Cuatro pasajeros chinos de un crucero en Nueva Jersey internados en hospital por posible coronavirus

Mientras aumentan a 61 los pasajeros infectados en otro crucero anclado en Japón

Royal Caribbean

La embarcación "Anthem of the Seas" de Royal Caribbean. Crédito: (Captura video YouTube / Royal Caribbean) | Cortesía

Cuatro ciudadanos chinos de más de dos docenas de esa nacionalidad que viajaban a bordo de un crucero que regresó a la costa de Nueva Jersey este viernes fueron trasladados a un hospital para ser examinados por posible contagio con el coronavirus, informaron las autoridades. Mientras aumentan a 61 los pasajeros infectados en otro crucero anclado en Japón.

El alcalde de ciudad de Bayona, Jimmy Davis, dijo a NBC New York que uno de los cuatro viajeros procedentes de China sufrió fiebre en la embarcación “Anthem of the Seas” de Royal Caribbean pero remitió, aún así, junto con los otros tres están bajo estricta observación en el Hospital Universitario de Newark, que cuenta con salas de aislamiento.

Además, como medida de precaución, otros 23 pasajeros de nacionalidad china fueron examinados en el interior del crucero después de atracar en la localidad este viernes por la mañana serán enviados al aeropuerto de Newark desde donde regresarán a China, mientras que el resto viajeros permanecen en la embarcación sin que se conozca hasta el momento cuando podrán desembarcar.

Davis aseguró que ninguno de los 27 ciudadanos chinos son de Wuhan o han viajado a la ciudad, el epicentro del brote de la enfermedad mortal que ha causado al menos 636 muertos en China, según los últimos datos proporcionados por las autoridades del país, que cifraron en 31.161 el número de personas contagiadas.

“Estamos monitoreando de cerca los posibles contagios con el coronavirus y contamos con protocolos médicos rigurosos a bordo de nuestros barcos. Continuamos trabajando en estrecha consulta con los Centros de Control para Enfermedad (CDC, por sus siglas en inglés), la Organización Mundial de la Salud y las autoridades sanitarias locales para su orientación y garantizar la salud y el bienestar de nuestros pasajeros y la tripulación “, dijo en un comunicado la portavoz de Royal Caribbean, Melissa Charbonneau.

Por su parte, Japón ha confirmado este viernes que se detectaron 41 nuevos casos de coronavirus entre las personas a bordo de un crucero varado en un puerto del país desde el pasado lunes, y puesto en cuarentena ante el riesgo de que el microbio, detectado en algunos de los viajeros, se propague ulteriormente. Los responsables sanitarios nipones ya habían hallado otros 20 casos en los dos días anteriores.

Las 3,700 personas embarcadas en el navío varado en Japón, llamado Diamond Princess, tienen que transcurrir 14 días de aislamiento a bordo (el tiempo estimado como el periodo máximo de incubación del virus, que está provocando una emergencia sanitaria internacional), según determinaron las autoridades. De acuerdo a lo que describen algunos de estos pasajeros, ya no están disfrutando un viaje en un “crucero de lujo”, y tienen que enfrentar restricciones, aislamiento e intranquilidad por la situación, de las que varios se sienten poco informados.

“Vamos a estar aquí durante mucho tiempo. Creo que esto nos va a poner un poco a prueba, obviamente. Pero no sé. ¿Qué hacemos? No podríamos saltar del bote; hace un poco frío”, dijo a The Associated Press Jacqui Fidrmuc, una pasajera australiana.

“No va a ser un crucero de lujo; va a ser como una prisión flotante “, afirmó David Abel, otro viajero a bordo del barco, anclado en el puerto de Yokohama, que cuelga varios videos en Facebook para describir la situación a bordo.

Pasajeros “sin luz natural”

El hombre describió que los pasajeros tienen que quedarse aislado dentro de sus propias cabinas. “Los pasajeros que están en las cabinas interiores no tienen ventanas para mirar, no hay luz del sol, luz natural, y no pueden caminar por un pasillo”, afirmó en conexión con CNBC.

A esos viajeros, agregó, se les permite una salida de hora y media a la cubierta para tomar el aire. “Tienen que quedarse a un metro el uno del otro y no pueden entrar en contacto o juntarse en grupos”, dijo en uno de sus posts en Facebook.

También la comida no es la misma que antes. En una de ellas, solo le dieron un vaso de jugo de naranja, un yogur y un poco de melón, según contó. Otra vez, se trató de un “sándwich de lechuga con algo de pollo adentro” y un postre.

En conclusión, opinó Abel, “todo el lujo de tener a alguien —un miembro de la tripulación que viene a la cabina, hace la cama, pone chocolate en la almohada, cambia las toallas, los paños para la cara, limpia el baño— esos días ya se han ido”.

La alarma a bordo del Diamond Princess saltó después de que uno de las personas que se encontraban a bordo, un hombre de Hong Kong, fuera detectado con el coronavirus después de bajarse del crucero durante una parada en su ciudad de origen.

Masako Ishida, otra pasajera del crucero, dijo a The New York Times que varias personas tardaron un tiempo en darse cuenta de que podrían haber estado expuestos al virus porque “no había mucha información” sobre lo que estaba ocurriendo.

La televisión pública japonesa informa que entre los 61 viajeros contagiados por el coronavirus hay ocho estadounidenses. Los pacientes serán tratados en instalaciones sanitarias.

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, anunció el jueves que el país negará la entrada de pasajeros extranjeros en otro crucero, el Westerdam de Holland America, en camino a Okinawa desde Hong Kong, por la sospecha de pacientes con virus encontrados a bordo. El operador del navío, con sede en Estados Unidos, negó que alguien tuviera virus.

También las autoridades de Hong Kong mantienen un crucero con 3,600 personas a bordo en cuarentena después de que se detectaran algunos casos de pasajeros de viajes anteriores infectados.

Indignación en China tras la muerte del médico que alertó del peligro y fue reprimido

En China, el país epicentro del brote del coronavirus, donde murieron por las consecuencias de la infección al menos 636 personas y más de 31,000 resultan contagiadas, se produjo una oleada de indignación después de que un médico que alertó del peligro provocado por la difusión del microbio y fue reprimido por ello por parte de las autoridades, murió justamente por este virus.

Cuando el virus, desconocido hasta finales de diciembre, se empezó a extender, Li Wenliang compartió en un chat privado con otros doctores información sobre la enfermedad; entonces había una persona en cuarentena en su hospital, con síntomas similares a otra enfermedad anterior, el SARS, que se extendió a principio de la década de los años 2000.

El hospital donde trabajaba este médico de Wuhan, la ciudad china con más casos de enfermos y muertes por el virus, informó de su fallecimiento en las primeras horas de este viernes. Cientos de miles de personas y hasta un medio normalmente afín al Gobierno chino homenajearon al doctor, y expresaron críticas a las autoridades por la gestión de la crisis sanitaria.

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