Aplazar el pago de la hipoteca no siempre es diferirlo

Cuando se llega a un acuerdo de morosidad hay que entender bien cómo se va a completar el pago

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Comienza a planear desde ya, tu hipoteca. Crédito: Shutterstock

Los problemas que tienen muchos inquilinos para pagar su renta son muy similares a los que tienen muchos hipotecados para pagar su cuota mensual al banco. Los dos tienen comprometida su vivienda por la falta de liquidez para financiar el techo que tienen encima.

Mientras se buscan fórmulas públicas y privadas para inquilinos cuya inquietud crece en la medida que se amplían los plazos del confinamiento que les impide trabajar o buscar trabajo, los bancos entablan conversaciones para aplazar pagos de hipotecas a quienes lo solicitan.

Según la Mortgage Bankers Association, se está viviendo un momento sin precedente de peticiones de aplazamientos de pagos de hipoteca (forbearance) por parte de afectados por el coronavirus (Covid-19). Según sus últimas cifras, publicadas el martes, el número de préstamos aplazados creció del 0.25% el 2 de marzo al 2.66% el 1 de abril. 

El Gobierno puso en marcha medidas para limitar el daño que el Covid-19 hiciera entre los hipotecados y ordenó que todas las hipotecas que estuvieran apoyadas por programas del Gobierno (más del 60%) pudieran tener pagos aplazado por un mínimo de 90 días.

Entre el 2 de marzo y el 16 del mismo mes, fecha en la que se acababan de oficializar las pausas o confinamientos en varios estados, las peticiones de aplazamiento de pago crecieron un 1,270% y en los 15 días siguientes un 1,896%.

La infraestructura de la banca está tan abrumada que las llamadas que se atendían cada dos minutos ahora tienen un tiempo de espera de más de 17 minutos. El 2.73% de los préstamos hipotecarios están ahora aplazados o in forbearance según esta asociación.

Ahora bien, ¿Hasta qué punto es un alivio?

Al final del periodo de aplazamiento hay que pagar lo que  no se ha cobrado durante ese tiempo, normalmente en un pago. Es decir que el pacto de morosidad retrasa un golpe que llega en cualquier caso en un plazo cierto y, en principio, de forma acumulada.

En una época de incertidumbre global como la actual hay que entender muy bien el acuerdo de morosidad y la situación en la que está cada uno porque si se deja de pagar para tener liquidez para otros pagos, es conveniente pensar si se va a tener esa liquidez multiplicada por tres cuando se llegue a término.

El aplazamiento es un arreglo para un bache pero puede complicarse en una situación tan extraordinaria como la actual.

Algunas veces y en el caso de algunos bancos se llega a acuerdos con los acreedores para estructurar pagos en varios meses y no solicitar una gran suma el día después del periodo de ayuda.

Lo ideal es que se permita pagar lo que se debe en plazos durante un determinado periodo de tiempo o se difiera totalmente.

Esto último es algo que se hace en otros pagos y en reestructuraciones hipotecarias. El diferimiento (deferment en inglés) es que se permite que lo adeudado durante un periodo de tiempo se añada al final de la vida del préstamo. Si durante tres meses no se cobra, la hipoteca se amplía un trimestre más.

En algunos casos los bancos hablan del aplazamiento y el diferimiento de forma indistinta pero es necesario que el cliente, a la hora de solicitarlo y aceptar los términos que se le ofrecen, entienda lo que firme y que hay distintas situaciones que pueden solucionar o agravar un problema, dependiendo del caso de cada uno.

Es decir, lea todo y si duda, pregunte.

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