“Crisis de salud pública generada por el coronavirus hace más urgente hacerse visible en el Censo 2020”

Caterine Almonte, Senior Manager de la Oficina del Censo en Nueva York, estima que a pesar de la emergencia, hay mucho optimismo en que se cumplirán las metas del conteo poblacional

Caterine Almont: estamos repensando el conteo en la Gran Manzana todos los días. (Foto: Cortesía)

Caterine Almont: estamos repensando el conteo en la Gran Manzana todos los días. (Foto: Cortesía) Crédito: Cortesía | Cortesía

El coronavirus y las políticas de aislamiento social,  siguen obligando a cambiar las fechas límites del Censo 2020. Ahora con la extensión de la recopilación de los datos hasta el 31 de octubre y la posible reapertura de las oficinas, en algún momento después de 1 de junio, continúan los grandes desafíos para este conteo poblacional, que por primera vez en la historia, está marcado por contratiempos causados por la emergencia de salud pública.

Sin embargo, en medio de las dificultades, en la Oficina del Censo en Nueva York, hay razones para el optimismo y algunas certezas que las metas planteadas, a pesar de los efectos del coronavirus, se van a alcanzar.

El Diario conversó con Caterine Almonte, Senior Manager de la Oficina del Censo en Nueva York, quien aseguró que algunos cómputos iniciales, a la tercera semana de abril, permiten concluir que en cuanto a niveles de participación, ya se está a la par de la jornada censal del 2010.

– Cómo es posible haber igualado la participación a esta fecha tomando en consideración todos los vientos en contra que ha tenido este conteo poblacional?

– Desde hace muchos meses se viene haciendo un trabajo de base comunitaria, que ha resultado muy efectivo. Y a pesar de los límites que puso la pandemia, a las posibilidades de seguir con los contactos cara a cara, algunos datos preliminares, dan cuenta, que en efecto hay una participación a esta fecha, que se equipara con la de hace 10 años.

-¿Es eso un buen síntoma?

-Por supuesto que sí. Hace 10 años no existía en el clima político del país, las amenazas consistentes a las comunidades de inmigrantes de una manera tan contundente en el discurso presidencial. No éramos capaces antes, de calcular los efectos que podía haber tenido el hecho de que el gobierno federal insistiera en adicionar una pregunta sobre ciudadanía. Además, todo indica que a pesar de todos los traumas que genera la pandemia en el proceso logístico de conteo, vamos a cumplir nuestras metas en Nueva York. Eso sí, dependerá de que se sigan extendiendo algunos plazos lo más posible. Pero, pese a toda esta emergencia, las amenazas y los miedos,  hemos salido adelante. Cada día estamos repensado el proceso, ante los giros que genera esta crisis de salud pública. La meta trazada es sobrepasar el conteo de 2010. Y no dudo que así será.

-Centenares de organizaciones de base comunitaria, en todos los condados de la Gran Manzana, estaban captando de manera directa en iglesias y escuelas. Con todo ahora cerrado, es difícil imaginarse que no existirá un impacto en los resultados.

-Ante estas eventualidades, que ni siquiera nos las imaginábamos en ninguno de los escenarios, nos hemos ido ajustando y cambiando las estrategias. Se había trazado una campaña que abordara a la población en su vida diaria, en el Subway, en su camino al trabajo. Obviamente eso no ha sido posible en las semanas cruciales del conteo. Ahora, nos hemos volcado a la tecnología. No hemos descansado. Hemos consolidado un proceso de evaluación de la realidad y acción inmediata. El censo en Nueva York , a pesar de las adversidades del momento, no ha tenido pausas.

-Específicamente, me puede dar un ejemplo de ese cambio de estrategia

-En esta fase, teníamos a miles de voluntarios y organizaciones que se iban a dedicar a tocar puerta a puerta y a abordar a las comunidades en sus vecindarios. De manera directa, cara a cara, en su propio idioma. Ahora esos mismos equipos están adiestrados y dirigidos a la tecnología. Al envío masivo de mensajes de texto en 12 idiomas. A la interacción remota. Obviamente, hay un grupo poblacional que no tiene acceso a internet. Eso está claramente identificado. A ellos nos dirigidos a través de llamadas telefónicas.

– ¿Es eso suficiente en esta coyuntura?

-Por supuesto que no. Tenemos una estrategia muy diversificada de divulgación a través de los medios étnicos. En el caso de las comunidades hispanas, que ahora son las más afectadas por el coronavirus en la Gran Manzanza, hemos alcanzado convenios con cadenas de televisión en español , además medios impresos y digitales, que abordan un mensaje más directo. Le estamos diciendo, con mucha responsabilidad, que ahora más que nunca en medio de esta crisis de salud es vital hacerse visible. Y eso es solo posible contándose. Tenemos un monitoreo diario de las áreas postales de la ciudad que no están respondiendo, eso nos permite doblar los esfuerzos en cada localidad. Te repito, es una evaluación y acción diaria.

“Repensamos el censo todos los días”

-En efecto, la crisis de salud pública impone una reingeniería del sistema hospitalario y eso solo es posible con un conteo poblacional lo más cercano posible a la realidad. Eso se están incluyendo en el mensaje.

-Afortunadamente, ya las comunidades han ido venciendo el miedo y están muy claras en las grandes ventajas que significa que se cuenten para su futuro, independientemente de su estatus migratorio. Y el tema de la salud, que en este momento es tan sensible y seguirá siéndolo por muchos años, solo será posible repensarlo y optimizarlo, si hay un conteo poblacional que describa los más verazmente, cómo están conformados nuestros vecindarios. Esto va a ayudar a reconfigurar millones de dólares en inversión en planes sociales, para nuestras comunidades, especialmente los servicios de salud, educación y servicios públicos.

-Algún ejemplo interesante de experiencias censales pasadas, que permitan ilustrar a las comunidades cómo los resultados de estos conteos poblacionales impactan la vida de la población.

-Por su puesto. Hay muchísimos. Pero hay uno que es muy cercano. Por ejemplo, tenemos el caso de Washington Heights, en donde en el Censo 2010, hubo una decisión de esas comunidades del Alto Manhattan de participar y contarse. Obviamente, en especial los dominicanos. ¿Qué pasó? Eso de tradujo en dos escuelas adicionales. Y en la posibilidad de elegir a un representante en el Congreso, en esos distritos. Por eso insistimos en lo imperativo que es contar a los niños. Eso será determinante para el futuro de su educación.

Organizaciones de base comunitaria siguen su trabajo de manera remota. (Foto: Fernando Martínez)

-Hay muchas personas que tienen miedo de especificar en el censo, el número exacto de personas que viven en su casa, especialmente aquellos que sub rentan habitaciones, cuando se supone que el contrato de arrendamiento no se los permite.

-Debemos ratificar que toda la información compartida es absolutamente confidencial y está protegida por ley federal, la cual nunca ha sido violada. No hay la mínima posibilidad de que se compartan esos datos con ninguna agencia federal, estatal o de la Ciudad. Y mucho menos con arrendatarios. Las comunidades deben saber que no tienen ningún riesgo en este sentido. Deben precisar, sin miedos, cuántos viven en cada residencia, por el futuro de su familia.

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