Alto contraste: El éxito de Hans Flick, entrenador del Bayern, es lo que buscaba el Barcelona cuando llegó Quique Setién

Dos casos en el banquillo completamente diferentes que se enfrentan con un favorito claro

Hans Flick, éxito inmediato con el Bayern Múnich.

Hans Flick, éxito inmediato con el Bayern Múnich. Crédito: Getty Images

Lo que la directiva del Barcelona pretendía con el cambio de Ernesto Valverde por Quique Setién lo consiguió el Bayern Múnich después de la destitución de Niko Kovac y la entrada en acción de Hans Flick, desde entonces el fútbol del Barça sigue plano y el del Bayern ha dado un salto de calidad que los convierte en favoritos para ganar la Champions.

Setién, cruyffista confeso, dejó claro su ideario en la presentación como entrenador del Barça, pero los resultados lo han desmentido y lo dejaron de respaldar prácticamente desde el primer día.

“Cuando voy a un equipo, garantizo una cosa: va a jugar bien”, pero el Barça no lo ha hecho. Llegó cuando el equipo iba líder, pero perdió el Campeonato, ahora solo le queda la Champions como tabla de salvación y se la jugará contra el rival más fuerte a las primeras de cambio: el Bayern.

El cántabro ha sido señalado por Leo Messi, por Luis Suárez y a pesar de que ha intentado redirigir el rumbo, no lo ha conseguido. Vive su equipo al son que marcan Messi y Ter Stegen y el destino está en manos de los jugadores, porque su capacidad de influencia en el equipo parece casi nula.

Empezó utilizando un 4-3-3 clásico, probó con tres centrales, reforzando la medular y seguramente ante el Bayern utilizará una variante de ese previsible 4-4-2 para intentar contrarrestar el orden y contundencia de los bávaros.

Setién ha sido cuestionado en la recta final de la temporada e incluso se abrió una puerta para que fuera sustituido antes de la Champions, que sería el título que podría mantenido en el banquillo, aunque no así es seguro.

El caso de Hans Flick no tiene nada que ver: Setién en su carrera como entrenador ha dirigido durante 19 años a siete equipos (Racing Santander, Poli Ejido, Logroñés, Lugo, Las Palmas, Betis y Barça), Flick ha destacado más como asistente y se ha aferrado a su oportunidad desde el principio y de la mejor manera posible.

Le llegó con 55 años y después de que un 5-1 ante el Eintrach que acabó con la carrera de Niko Kovac en el Bayern. Su evolución ha sido “diferente” a la de buena parte de los entrenadores, pues durante 20 años atendió una tienda de deportes de su propiedad, y aunque tenía claro que quería ser entrenador, no se saltó ningún paso intermedio.

Su etapa de formación en la Federación alemana de Fútbol (DFB) le ayudó a tener muchas perspectivas diferentes. Estudió cómo trabajan las academias de fútbol del Barcelona y el Real Madrid, acudió como invitado a los entrenamientos de City, del PSG y del Arsenal.

Fue el coordinador deportivo de Giovanni Trapattoni y de Lothar Matthaus en el Salzburg y en los inicios de su carrera dirigió al Hoffenheim, con el que ganó una Oberliga.

Después lo fichó la Federación para encargarse de la estrategia de la selección alemana y es considerado como uno de los cerebros a la sombra de la Alemania que ganó el Mundial de 2014 como asistente de Joachim Löw.

“Mi filosofía nunca fue copiar las cosas tal cual. Pero valoro tener nuevas ideas y formas. Cuando yo era jugador solo importaba el éxito. Ganar 1-0, daba igual cómo. Hoy con ganar no basta y me parece absolutamente acertado”, resume Flick.

Su Bayern está invicto en Europa, tiene una racha de 26 victorias y un empate; y ha recuperado al mejor Lewandowski, la peor de las noticias para el Barça.

Con Información de EFE

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