Veintitrés años repartiendo noticias

Distribuidor de diarios de La Opinión comparte su historia

La AB 323 establece un camino para que los medios de comunicación comunitarios y étnicos lleguen a comunidades desatendidas.

La AB 323 establece un camino para que los medios de comunicación comunitarios y étnicos lleguen a comunidades desatendidas. Crédito: Pixabay | Pixabay

Existen trabajadores cuya labor es esencial para la comunidad. Trabajadores cuyo aporte, muchas veces invisible y no siempre reconocido, es fundamental para la vida diaria de millones de personas.

Los distribuidores de diarios son un ejemplo de este tipo de trabajadores y la conexión fundamental entre los lectores y los reporteros.

Los responsables de que el diario llegue a tiempo cada mañana son el eslabón final de una larga cadena de producción que comienza todos y cada día con una idea o acontecimiento, sigue con la investigación sobre el tema y las entrevistas a expertos y protagonistas. Dicha información es luego combinada, redactada, ilustrada, editada, diagramada, impresa y finalmente distribuida. Todo para volver a comenzar al día siguiente, día tras día, llueva o salga el sol, días hábiles, fines de semana, feriados, Navidad, Año Nuevo o cuarentena.

La producción de un diario es un trabajo en equipo por excelencia y no podría llevarse a cabo sin la labor de distribuidores como Moisés Barillas, quien desde hace 23 años, y mientras la mayoría de la población duerme, se asegura de que este diario llegue a tiempo a dispensarios y tiendas de la ciudad, para que el lector hispano pueda comenzar el día informado y con las herramientas necesarias para enfrentar la jornada.

En entrevista con La Opinión, Barillas recuerda sus primeros días como repartidor de diarios.

“Yo trabajaba en una fábrica de transformadores, cuando mi amigo Max Hernández, que en paz descanse, me preguntó si estaba interesado en tirar periódicos”, recordó el inmigrante nacido en Guatemala. Fue así que, 23 años atrás, Barillas comenzó a distribuir diarios cada mañana.

“Una madrugada, mientras trabajaba, unos cholos me golpearon y tuve que pedir un par de días para recuperarme. Al regresar, me contrataron para trabajar adentro, con todo el equipo”, recordó.

A la fábrica de transformadores le siguió el restaturante Cheesecake Factory.  Barillas siguió trabajando en ambos empleos y repartiendo el diario cada madrugada.

“Fueron 8 o 9 meses en los que trabajaba 10 horas en el Cheesecake Factory, llegaba a casa a las 10 u 11 de la noche, y al rato me iba a tirar periódicos, desde las 2 hasta las 4:30 de la madrugada”, recordó.

Desde hace 23 años, Barillas distribuye las noticias.

Una buena y una mala

En el año 2004 hubo cambios en La Opinión y los repartidores pasaron de ser empleados de la empresa a ser distribuidores mayoritarios. Barillas estaba interesado en esta nueva posición, “pero  sabía que era difícil conseguirla, porque había mucha competencia”. Sin embargo, se animó, envió su información y se entrevistó con los empleadores. Mientras esperaba una respuesta, viajó a su natal Guatemala a ver a su familia.

Estando en Guatemala, recibió un llamado desde EE.UU. de su supervisor diciéndole que tenía una buena y una mala noticia para él.

“Era un lunes, y primero me dieron la buena noticia de que me habían contratado como distribuidor mayoritario. Después me dieron la ‘mala’ noticia. Me dijeron que debía comenzar a trabajar al día siguiente, el martes al mediodía. Llamé de inmediato a la aerolínea y cambié mi pasaje”.

Desde entonces, Barillas está a cargo de la distribución del diario en el área de Metro (Los Angeles).

“Es una gran responsabilidad tener a cargo una cierta área. Tengo un equipo de 15 personas entre distribuidores y choferes, y sin ellos el trabajo no sería posible”, reconoció Barillas, quien destacó la importancia de siempre agradecer a los miembros del equipo de trabajo y de apreciar su labor. “Trabajo con mucha gente a quien admiro y a quien siempre estaré agradecido”.

Su trabajo comienza cuando muchos ya se fueron a dormir.

“Cargamos alrededor de las 2:00 de la mañana para asegurarnos que los diarios estén temprano en las racas (dispensadores de diarios). El diario puede tener mil páginas, pero si no está a tiempo cuando lo va a buscar el lector, no sirve”.

Barillas, su esposa Orlenda y sus dos hijos, Kenner, de 29 años, y Loren de 22, trabajan en el negocio familiar de distribución. “Yo tengo mucho que agradecerle a La Opinión, de todo corazón.”, mencionó.

El distribuidor explicó que, como en todo trabajo, existen aspectos buenos y malos. “Son los gajes del oficio”, reflexionó, recordando la muerte en un accidente de Max Hernández, quien primero le ofreció el trabajo.

“También me entristecen las despedidas. Y entre inmigrantes, nunca faltan las despedidas porque muchos tenemos que regresar a nuestro país”. Barillas recordó a otro distribuidor y compañero, Daniel Quiñones, que tuvo que volver a Argentina para cuidar a su familia. “Todo trabajo tiene sus problemas, pero también sus cosas lindas”.

Lealtad de los lectores

A lo largo de sus 23 años en la empresa, Barillas ha visto incontables cambios en el diario y en sus lectores, cambios que van desde un nuevo formato hasta el auge de la internet.

“Yo sé que mucha gente se ha volcado a la vía electrónica, pero también sé que al lector latino le gusta la vía física. A los hispanos nos gusta levantarnos temprano y tomarnos nuestro cafecito mientras leemos el periódico”, reflexionó

También reconoció el impacto negativo de la pandemia del COVID-19 en todos y cada ámbito de nuestras vidas, y cómo esta afectó a la industria del diario.

“La pandemia está incontrolable y nuestra comunidad es la que está siendo más afectada. Uno o dos meses atrás tuvimos una reapertura, pero luego todo tuvo que volver a cerrar. Es como si hubiésemos ido a nadar a la costa, sin darnos cuenta de que estaba llegando un tsumani”, comparó.

El distribuidor contó que las ventas de diarios en algunas zonas eran más estables que otras, pero que en algunas regiones las ventas habían caído.

“Yo solo le pido a Dios por la salud de nuestra gente, le pido que esto pase. Es muy duro ver cómo están sufriendo nuestras familias. Pero hay que tener paciencia, porque esto también pasará”.

Barillas es optimista con respecto al futuro.

“La pandemia nos está afectando a todos, pero yo sé que vamos a salir adelante. Nuestros lectores no se suben al bus, sin antes recoger el diario. La comunidad hispana ama a La Opinión”, aseguró. “Desde hace como 90 años que salimos cada día. Tenemos una credibilidad que no se gana de la noche a la mañana. Yo sé que vamos a salir a flote después de la pandemia”, agregó.

Agradecimiento

Barillas pidió mencionar y agradecer a todos los compañeros de su equipo que día tras día ayudan su labor.

“Gloria López, Douglas García, Miguel Solano, Fernando Valladares, Samuel y Missael Caniz, Kenner, Loren y Orlenda Barillas, Miguel Peña, Nicasio Hernández, Agustín, Crispín Pérez, Leonardo García, ellos son parte de mi equipo y es gracias a ellos que el diario se sigue distribuyendo cada día”, concluyó

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