Los niños no están a salvo de los ladrones de identidad

El robo de identidad afecta a los más pequeños y se debe proteger antes de que salga caro

Se estima que más de  un millón de niños sufrió robo de identidad hace tres años./Shutterstock

Se estima que más de un millón de niños sufrió robo de identidad hace tres años./Shutterstock Crédito: Shutterstock

Antes era el entretenimiento pero ahora, forzados por los cierres parciales o totales de las escuelas debido al COVID-19, los niños se pasan muchas más horas delante del computador, tableta o teléfono que antes. Y tienen que aprender una cosa básica: la privacidad es importante.

Este es un mensaje también para padres y cuidadores, hay que proteger los datos personales y sobre todo el más importante el número del seguro social porque el robo de identidad no perjudica solo a los mayores también a los más pequeños.

El Centro de Recursos de Robo de Identidad (ITRC en sus siglas en inglés) recordaba este problema esta semana al informar que la identidad de más de un millón de niños fue robada hace tres años. Se estima que esto es solo lo que se sabe y que la incidencia de este fraude es mayor.

En un comunicado explicaban que en este año en el que el fraude está al alza, han recibido notificaciones de casos como el de dos padres que no pudieron recibir beneficios durante la pandemia porque el seguro social de su hijo de dos años estaba siendo usado por otra persona.

También se sabe de casos de jóvenes que cuando van a solicitar becas y ayudas para la universidad se dan cuenta que en su nombre alguien ha abierto cuentas de banco y cometido fraude, lo que impide que inmediatamente se pueda procesar sus peticiones de ayuda para los estudios.

Desde el ITRC se explica que cuanto más tiempo pase desde que la identidad del menor se ha comprometido y por tanto más se haya podido usar fraudulentamente, más costoso es deshacer la situación. El hecho de que el robo de identidad pase desapercibida durante más tiempo en el caso de los menores porque no se espera de ellos ninguna transacción que muestre el daño, añade un atractivo para los ladrones y una preocupación para padres y cuidadores.

El costo de este robo es muy elevado. EL ITCR cita el estudio de Javelin Strategy & Research de 2018 en el que se verificaba que las pérdidas por estos fraudes suman unos $2,670 millones. Este mismo informe destaca que dos tercios de los niños que son víctimas de robo de identidad tenían menos de siete años y el 20% de los afectados estaban entre los ocho y los 12.

Aunque se tenga mucho cuidado con la información personal de los menores las fisuras pueden venir de muchos lugares, robo de información de una escuela, de organizaciones que prestan servicios a menores y otro tipo de fisuras en los datos. Según esta organización especializada en la lucha contra este fraude, en 2019, los datos de 2.3 millones de estudiantes fueron expuestos en los sistemas de almacenamiento.

Vigilancia

Por eso hay que redoblar la vigilancia. ¿Cómo?

El ITRC recomienda prestar atención a señales que parece que pudieran ser errores pero no lo son. Si llega una notificación a nombre del menor de una agencia como el IRS, la administración del Medicaid, de un cobrador de deudas o del registro de un auto, préstele atención.

Haga seguimiento porque puede ser un error pero también puede ser algo más siniestro, alguien que esté usando la personalidad administrativa del menor para abrir cuentas, solicitar ayudas del Estado o matricular un carro.

Desde esta organización se pide que todo la documentación que tenga que ver con la identidad del menor se cuide como una joya. Saber a quién se le dan estos datos y para qué porque normalmente no es necesario hacerlo.

Hay veces que los ladrones de identidad tienen datos incompletos de sus víctimas y llaman por teléfono con la excusa de verificar datos para alguna organización legítima con el fin de obtener los que les faltan, entre ellos el más importante de todos, el número del seguro social.

Congelar el crédito

En caso de que tenga dudas o que sepa que hay riesgo lo más importante que ha de hacer es congelar el informe de crédito del menor en las agencias de crédito: TransUnion, Experian y Equifax. “Cómo hacerlo varía de agencia a agencia”, explica la presidenta de ITRC, Eva Velasquez, “pero no es difícil y les prometo que toma menos tiempo y esfuerzo congelar el crédito del niño que ponerle remedio a un caso de fraude”.

Los menores de 18 años no suelen tener informe de crédito. Si llama a las tres agencias antes de esa edad y no lo tienen entonces esté tranquilo. Haga chequeos rutinarios si intuye algo malo para no encontrarse con sorpresas al cabo de los años. Con una congelación se restringe el acceso al informe y no se podrá volver a usar para una transacción financiera como la apertura de una cuenta o la financiación de un carro.

Para hacer esta operación, que es gratis, los padres o cuidadores tienen que verificar la identidad propia y demostrar la capacidad que tienen de actuar en nombre del menor con documentos como la partida de nacimiento o la orden de custodia entre otros. En caso de que el menor no tenga un informe de crédito pero se tema que pueda haber problemas con su identidad se puede crear un informe de crédito y congelarlo como medida preventiva.

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