Mike Pence, el “presidente en la sombra” al frente de la respuesta de EE.UU. al coronavirus

El único debate entre los candidatos a la vicepresidencia de EE.UU. se celebró el miércoles

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Crédito: AFP

Fue una noche única en la historia de los debates políticos en Estados Unidos.

Y no solo porque era la primera y última vez que Kamala Harris y Mike Pence se veían en un estrado para presentar sus programas y tratar de cambiar el curso de las elecciones como candidatos a vicepresidente.

Fue diferente por el momento decisivo que vive la nación: en medio de una pandemia que ha dejado más de 211,000 muertos y que incluso se ha esparcido por la Casa Blanca y contagiado al presidente y a muchos de sus allegados.

Pero también porque era la primera noche en que Pence, como jefe de la fuerza de choque de EE.UU. contra el coronavirus, sería cuestionado en vivo ante millones de televidentes sobre su tarea para hacer frente a la pandemia por una adversaria demócrata.

Luego de que Trump diera positivo por covid-19 poco después del debate con Joe Biden, los organizadores decidieron aumentar a 4 metros la distancia entre los candidatos vicepresidenciales y colocar láminas de plexiglás entre ellos.

Aunque la campaña de Pence se opuso en un principio, finalmente aceptaron la condición que, para muchos, es simbólica: la persona responsable de enfrentar la pandemia por el gobierno estaba tras láminas de plástico por los peligros que todavía representa el virus para EE.UU.

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Como un símbolo del momento, las pantallas de plástico separarán a los candidatos a la vicepresidencia durante el debate.

Como vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence le ha dado vigencia a una frase de John Adams, el primero en ocupar su cargo 229 años atrás: “No soy nada, pero puedo ser todo”.

Y es que Pence está lejos de ser la figura intrascendente que otrora representaban los vices de este país.

Por el contrario, algunos le atribuyen gran influencia en el gobierno de Donald Trump y su Partido Republicano.

Pero ¿quién es Mike Pence?

Una larga carrera política

El exgobernador de Indiana, de 61 años, suele moverse lejos de los focos de atención que se posan sobre Trump y evita las polémicas de su jefe, por lo que pasa inadvertido para muchos.

Pero según una investigación que dio paso a un libro de Michael D’Antonio y Peter Eisner, Pence ha actuado muchas veces como un “presidente en la sombra“, con un rol activo en asuntos de gobierno, su propio comité nacional de acción política, gente de su confianza en la burocracia federal y viajes constantes alrededor del país.

Nacido el 7 de junio de 1959 en Columbus, Indiana, está casado con Karen Pence, tiene tres hijos y ha contado en entrevistas que no se queda solo en ninguna circunstancia con otras mujeres si no está su esposa o hay otras personas.

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El vicepresidente está casado con Karen Pence.

Visto actualmente como uno de políticos más conservadores de EE.UU., el propio Pence ha reconocido que en 1980 votó por el demócrata Jimmy Carter y contó que ingresó a la política inspirado por el expresidente John F. Kennedy (también demócrata) y por el líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr.

“Puede ser que crecí en una familia grande católica irlandesa como él (Kennedy). Tal vez fue que mis abuelos estaban muy orgullosos del primer presidente católico irlandés”, ha expuesto Pence sobre su pasado liberal.

Con los años, cambió de visión política y religiosa (se volvió un ferviente creyente evangélico) y según en el libro de Michael D’Antonio y Peter Eisner, llamado “El presidente en la sombra: la verdad sobre Mike Pence“, se convirtió en “el más exitoso supremacista cristiano en la historia de Estados Unidos”.

“Es una persona de voz suave cuya conducta y apariencia exterior disfrazan ideas religiosas muy fervorosas. Es un cruzado en nombre de lo que llamaríamos la derecha cristiana. Le gustaría imponer una moralidad más bíblica en el esquema de gobierno”, contó D’Antonio anteriormente a BBC Mundo.

Trump y Pence

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Pence junto a Trump, durante un evento religioso en la campaña de 2016.

Esto, según el analista, le sirvió para convertirse el compañero ideal de fórmula de Trump, dada su amplia influencia en un sector cada vez más decisivo en las elecciones: los votantes evangélicos, que votaron en su mayoría por los republicanos en 2016.

Y es que es imposible separar la religión de la vida política de Pence, que en varias ocasiones se ha definido a sí mismo como “un cristiano, un conservador y un republicano, en ese orden”.

Expresentador radial y excongresista, Pence también ha expresado dudas sobre el cambio climático pese a la ciencia que lo avala y a inicios de siglo llegó a afirmar que “fumar no mata”.

Logros y polémicas

En 2015 el entonces gobernador captó la atención de EE.UU. y otras partes del mundo con su Ley de Restauración de la Libertad Religiosa.

La legislación permitía que los dueños de negocios actuaran conforme a sus principios religiosos, por lo que tendrían la libertad de negar atención o servicios a miembros de la comunidad LGBT.

“Esto no es sobre discriminación, es sobre dar poder a la gente contra los excesos de los gobernantes”, se defendió en 2015.

Ante la presión de activistas, políticos y amenazas de boicot de corporaciones nacionales, finalmente fue aprobada una enmienda que prohibía la discriminación.

Pence también firmó un endurecimiento de los supuestos en los que se permitía el aborto, especificando en una nueva ley que una madre no puede optar por el procedimiento cuando el feto “tenga el síndrome de Down o cualquier otra discapacidad”. Esta legislación fue bloqueada por un juez federal.

Mike Pence

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Pence se define como cristiano antes que nada.

En Indiana, se presentó como el gobernador que hizo “el recorte más grande de impuestos” en la historia del estado y que extendió la cobertura médica a los ciudadanos más desfavorecidos.

También destacó haber logrado reducir el desempleo del 8.5% que había en 2013 al asumir su cargo al menos de 5% actual.

Durante el gobierno de Trump, se ha mantenido activo, viajando continuamente (previo e incluso durante la pandemia) y movilizando su base a favor del presidente.

En febrero, el mandatario lo nombró al frente del equipo del gobierno que coordinaría la respuesta al coronavirus.

Sus seguidores destacan que sus acciones ayudaron a aumentar la producción de respiradores y a reducir el impacto de la pandemia, que creen que sin las acciones del gobierno hubieran sido incluso peor.

Pero sus detractores no perdonan que EE.UU. se convirtió en el país con más muertos y más enfermos de coronavirus y tildan al gobierno de haber desoído la opinión de los científicos y tomar medidas de corte político en lugar de en beneficio de la salud pública.


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