La discriminación, un factor contra el que luchar para mejorar el empleo latino
La formación académica no es el factor que juega más contra estos trabajadores
La tasa de desempleo general en septiembre fue del 7.9%. La de los latinos del 10.3% cuando la falta de trabajo afectaba al 7% de los blancos. Esta disparidad no es una excepción. Es la norma.
El Center for American Progress (CAP) ha verificado en un informe que desde 1976, cuando la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. comenzó a rastrear los datos de empleo por origen étnico, la tasa de desempleo de los latinos en general se ha mantenido entre 1,6 y 1,9 veces más alta que la de los blancos no hispanos.
La causa, según este grupo de estudios no se encuentra en decisiones personales, como la formación académica, sino en cuestiones externas. “La persistencia de esta brecha particular es evidencia de que en EEUU se está lejos de alcanzar la equidad racial y étnica en el mercado laboral”, explica el CAP en un estudio en el que analiza esta situación.
El reporte aclara que la educación detecta que la educación, a menudo promocionada como un gran igualador, no protege a los latinos del desempleo. De hecho, los latinos enfrentan peores resultados laborales en comparación con sus pares blancos no hispanos a medida que adquieren más educación.
Desde 2000, la tasa promedio anual de desempleo de los latinos de edad intermedia sin diploma de secundaria era cuatro puntos porcentuales menor que la de sus homólogos blancos pero una vez que se tiene un diploma universitario el desempleo es 1.4 puntos porcentuales más elevado que en el caso de sus compañeros blancos.
Hay varias razones potenciales que explican esta brecha, la falta de oportunidad de educativas, la segregación ocupacional el sentimiento anti-inmigrante y políticas y prácticas discriminatorias. El informe explica que hay razones sistémicas ligadas a la discriminación étnica, la xenofobia y el racismo que están evitando el empleo y la participación de los latinos en la fuerza laboral.
A eso hay que unir la segregación ocupacional que ha llevado a una situación en la que los latinos trabajan desproporcionadamente en industrias que son estacionales o susceptibles a choques económicos, como la construcción, los servicios alimentarios y la agricultura.
Muchos de los latinos nacidos fuera del país están más a merced del ciclo económico por lo que son más vulnerables. En el caso de la COVID-19 la situación se complica además porque viven en las áreas metropolitanas donde más se ha sufrido y sufre esta enfermedad y por tanto hay más incertidumbre laboral y desempleo.
Por supuesto las desigualdades también llegan al cheque. El informe del CAP resalta que a menudo se les paga menos que a sus pares.
Para cerrar esta desigualdad, el Center for American Progress recomienda mejorar los programas que amortigüen la volatilidad del mercado laboral, como el seguro de desempleo, los programas de trabajo compartido y los subsidios salariales. Adicionalmente se considera vital que haya políticas de licencia médica familiar y por enfermedad remuneradas.
Junto con la mejora de los resultados de la educación latina y hacer que la educación superior sea más asequible para los latinos se sugiere que se conceda a los trabajadores indocumentados y no ciudadanos un camino hacia la legalización y la ciudadanía, además del acceso a programas de seguro social.
Ryan Zamarripa, autor del informe afirma, no obstante que hay un límite para lo que estas políticas específicas pueden hacer para aumentar la participación de la fuerza laboral latina y facilitar el período de transición entre trabajos, cuando muchos de los que toman decisiones de contratación y despido tienen opiniones discriminatorias contra los latinos”.