Lo (malo) que nunca supiste sobre los refrescos

Un alto consumo de refrescos es una de las principales causas de diversas enfermedades degenerativas. Descubre los datos más inquietantes sobre su consumo y cuida tu salud

Refresco

Crédito: Foto de Artem Beliaikin en Pexels | Pixabay

Lo hemos escuchado hasta el cansancio la más fiel recomendación para vivir mejor, radica en seguir una alimentación natural y libre de procesados. Si bien es un camino que se construye y cumplir muy ocasionalmente con algún antojo de comida chatarra no simboliza ningún daño significativo para la salud, existen bebidas y alimentos adictivos. Y justamente cuando se presentan este tipo de conductas compulsivas y recurrentes, es cuando estos hábitos alimenticios se tornan sumamente peligrosos. Los refrescos son pertenecen al grupo de bebidas más preocupantes y altamente adictivas, no en vano en los últimos años todos hablan acerca de sus efectos negativos para la salud en diversos ámbitos. Cargados de azúcares añadidos, colorante de caramelo y una larga lista de aditivos, hay muchos otros factores dañinos en los refrescos de lo que normalmente figura en las etiquetas de información nutricional.

Todas estas cuestiones nos llevan a una pregunta básica:¿Qué estamos bebiendo exactamente al consumir un refresco? A continuación algunos de los datos más inquietantes, con referencias científicas de gran valor. Probablemente la próxima vez que consideres beber un refresco lo pienses más de dos veces.

1. Tienen químicos tóxicos

No es ninguna novedad los refrescos son todo menos bebidas naturales, sin embargo poco sabemos sobre sus ingredientes reales y efectos en concreto sobre la salud. Una de las sustancias más preocupantes es el 4-metilimidazol (4-MEI) el cual se forma al hacer el colorante de caramelo artificial que se encuentra en muchos refrescos. Se cuenta con una referencia muy valiosa al respecto, según un estudio del año 2014 publicado por Consumer Reports y el Johns Hopkins Center for a Livable Future, descubrió que el 4-MEI se puede encontrar en diferentes niveles en una muestra de 110 muestras de refrescos y colas dietéticas. Dicho hallazgo comprueba que se trata de un químico tóxico que podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer y otras enfermedades crónicas. Sin embargo las declaraciones de Food and Drug Administration, señalan que no es peligroso consumir alimentos o bebidas con 4-MEI, ya que tendría que beber más de 1,000 latas de refrescos todos los días para experimentar cualquiera de los problemas de salud relacionados con la ingesta de 4-MEI. La realidad es que saber de qué están hechos los refrescos y hacernos más conscientes de su alto contenido en sustancias químicas tóxicas, sin lugar a dudas es una razón suficiente para empezar a olvidarnos de los refrescos de una vez por todas.

2. Reducen la fertilidad

Según un estudio publicado en el año 2018 por la revista Epidemiology, es fundamental para las parejas que planean tener hijos pronto dejar los refrescos. Dicho trabajo de investigación se basó en 5,000 parejas y los resultados fueron contundentes, se encontró que el simple hecho de beber una o más bebidas endulzadas con azúcar al día (haciendo especial énfasis en los refrescos) tanto en el hombre como en la mujer; reduce significativamente las probabilidades de lograr un embarazo con éxito.

3. Aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular

Aunque no lo creas un alto consumo de refrescos se relaciona directamente con deficiencias en la salud cardiovascular. Un largo estudio publicado en la revista Stroke, se basó en analizar durante un período de 10 años a 2,888 personas con el objetivo de detectar posibles derrames cerebrales y demencia, informó que quienes consumían al menos un refresco dietético al día aumentaron tres veces sus probabilidades de padecer accidentes cerebrovasculares.

4. Altera los niveles de colesterol malo

Una de las principales afectaciones de una alta ingesta de refrescos, se deriva posibles obstrucciones en los vasos sanguíneos. Según un estudio del año 2015 a cargo de The American Journal of Clinical Nutrition, se encontró que las personas que consumen bebidas azucaradas en cantidades bajas, medias y altas, en tan solo dos semanas el contenido en jarabe de maíz de alta fructosa aumentaba sus niveles de colesterol LDL o colesterol “malo” y triglicéridos en sangre. Este trabajo de investigación resulta de gran relevancia ya que demuestra el vínculo directo entre los azúcares agregados y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

5. Generan dependencia al azúcar

Uno de los principales riesgos del consumo de refrescos se relaciona con lo adictivos que pueden llegar a ser para el organismo y el cerebro, es por ello que cuando estamos estresados y cansados tendemos a consumir alimentos azucarados y ricos en grasas. Un trabajo de investigación publicado por en The Journal of Endocrinology & Metabolism, comprueba que beber bebidas cargadas cargadas de azúcar, como es el caso específico de los refrescos puede ayudar a aliviar el estrés al reducir el cortisol, la hormona del estrés. Sin embargo estas conductas generan una respuesta emocional ante el azúcar y hacen que cada vez comamos más cosas dulces, creando un ciclo muy dañino. 

6. Puede provocar diabetes

Teniendo en cuenta que la diabetes es una de las enfermedades crónicas más recurrentes y preocupantes en la sociedad a nivel mundial, según información liberada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más de 100 millones de estadounidenses viven con diabetes o prediabetes, es momento de entender lo peligroso que puede ser mantener a largo plazo el hábito de beber refrescos. Según un estudio publicado en Global Public Health, el alto consumo de refrescos es una de las razones por las cuales la diabetes puede tornarse tan desenfrenada y se relacionan sus principales consecuencias con el jarabe de maíz de alta fructosa. 

7. Aumenta la grasa en el vientre

Es bien sabido que los refrescos se relacionan con un mayor índice de obesidad y sobrepeso, de manera concreta su alta ingesta es una de las principales causas del aumento en la grasa abdominal. Según una investigación del Journal of the American Geriatrics Society, se realizo un estudio de casi 1,000 adultos mayores de 65 años que consumían cotidianamente refrescos dietéticos y el resultado final fue una circunferencia de cintura casi tres pulgadas más grande que aquellos que no tomaban una bebida dietética.

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