El empleo ralentiza su mejora a apenas semanas del fin de las ayudas por la pandemia

A finales de diciembre finalizan programas de colecta especial para desempleados

El jefe de la Reserva Federal estima que millones de personas no recuperarán su antiguo empleo.

El jefe de la Reserva Federal estima que millones de personas no recuperarán su antiguo empleo. Crédito: Justin Sullivan | Getty Images

La semana pasada 709,000 personas solicitaron el seguro de desempleo o colecta por primera vez, unas 48,000 menos que en la semana anterior. Otras 298,154 personas que normalmente trabajan como freelancers, contratistas y en la economía gig, solicitaron esta protección que se brinda en estos casos especialmente por la pandemia hasta fines de año, la llamada asistencia en la pandemia o PUA.

En total, un millón de personas nuevas se suman desde hace unos días a los que cobran ya esta ayuda por falta de ingresos. La semana anterior esta cifra era más elevada porque 112,000 trabajadores más solicitaron la ayuda.

El avance hacia la mejora es un hecho. Pero también lo es que es lento y eso tiene consecuencias.

Como recuerda Heidi Shierholz del Economic Policy Institute, ya suman 34 las semanas seguidas en las que el total de las peticiones de ayuda al desempleo superan a la peor semana de la Gran Recesión de 2008. Si se eliminan las PUA, las demandas están tres veces por encima de lo que estaban hace un año.

Y pronto esta eliminación no va a ser una abstracción. Este beneficio finaliza el 26 de diciembre.

Además, un buen número de trabajadores también van a estar apurando sus colectas regulares. Normalmente estas duran 26 semanas. La crisis ya es más larga que esto. Algunas de las caídas en solicitud continua de esta colecta se deben a que muchas personas ya han salido de esta ayuda que se continua con un pago de emergencia durante la pandemia que tiene una duración adicional de 13 semanas.

Esta ayuda no va a durar tanto para quienes la empiezan a solicitar porque también expira justo después de Navidad.

Más de 552,000 millones de trabajadores dependen ahora de los beneficios extendidos de sus estados por haber agotado todas las formas de ayuda.

Para los analistas de Oxford Economics, es evidente que el mercado laboral está muy dañado y es algo que se mantendrá durante un tiempo. Hay 21.2 millones de personas recibiendo beneficios del estado. Las estadísticas apuntan a que el 60% de ellos dejarán de percibirlos el 26 de diciembre, se trata de más de 13 millones de personas.

Mientras tanto Washington mantiene la parálisis sobre las ayudas que hace meses que eran urgentes. Las complicaciones añadidas tras las elecciones complican aún más el cuadro de la posibilidad de hacer realidad una ayuda de la que depende muy buena parte del país máxime cuando los casos de la COVID no dejan de aumentar a un ritmo exponencial.

Las restricciones normales para asegurar la caída de los contagios y las que imponga la rebaja de una demanda que no puede mantenerse sin ingresos suficientes por parte de los consumidores van a complicar mucho el panorama económico.

“A pesar de que hay perspectivas de una vacuna efectiva en el horizonte, las infecciones de COVID y el fin cercano de las ayudas fiscales representan un riesgo a la baja para la economía en el corto plazo. Los representantes deben aprobar un paquete de ayudas que no esperamos que pase del billón de dólares”, explican en Oxford Economics.

Secuelas a largo plazo

A pesar de los avances en la búsqueda de una vacuna para la COVID va a pasar tiempo antes de que esté lista y se empiece una distribución que se va a sentir lenta. Además, primero tiene que ser declarada segura y aprobada por las autoridades. Todo ello impide contar con una vuelta a la normalidad de la prepandemia y con ello la mejora económica.

El panorama económico sigue dependiendo de unos estímulos, que no llegan, aunque en el punto en el que se está las secuelas de esta enfermedad serán inevitables.

La primera de ellas es cómo afecta esta situación al empleo femenino. La Oficina de Estadísticas Laborales certificó a finales de octubre que los empleos que más están sufriendo son aquellos en los que se emplean más mujeres. Además, dada la situación en en la educación, con escuelas en remoto, y menos ayudas con personas mayores en la casa, las mujeres suelen tomar las riendas de la vida doméstica dejando atrás la profesional por falta de alternativas.

Finalmente, muchos de los trabajos hechos por mujeres no son susceptibles de ser hechos telemáticamente.

La educación de los menores y la destrucción de pequeños negocios que son junto con la clase media la columna vertebral de la economía, son otras de las circunstancias que serán un reto a la hora de reconstruir lo que la COVID ha destruido.

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