El contralor lleva a la Ciudad a la Corte por retener información de la gestión de la COVID
Scott Stringer quiere investigar contratos sin concurso para proveer material médico
El contralor de la ciudad, Scott Stringer, ha pedido en la Corte Suprema del Condado de Nueva York que fuerce a la Ciudad de Nueva York a cumplir con la citación en la que se le conmina a presentar documentos sobre la preparación y respuesta a la pandemia de la COVID-19.
Es una medida extraordinaria que Stringer explicaba el miércoles que es la primera vez que usa su oficina. El contralor señalaba que se trata de ser transparente y aprender de lo que se ha hecho mal y de lo que se ha hecho bien y desarrollar protocolos de actuación con esas lecciones.
El hecho de que se esté reteniendo la información dijo que le causa “una gran preocupación dado el recorrido del alcalde y de la municipalidad”, explicó.
La citación para entregar estos documentos fue emitida en junio después de no lograr nada por la vía normal desde mayo. Hasta ahora solo a finales de octubre se han compartido algunos que no son de relevancia. “Esta es la manera de retrasar la investigación”, lamentaba el contralor quien compartió que la Ciudad dijo que enviaría los documentos en abril, casi un año después de que empezara la investigación.
“No vamos a esperar a abril”, dijo el contralor recordando que se está ante una segunda ola y se tienen que sacar conclusiones de cómo se han gestionado los recursos públicos en la primera. La oficina de la contraloría dice que lo que se quiere es una reconstrucción de lo que ocurrió durante la primavera y cómo se coordinó la acción.
Stringer, que es uno de los candidatos a la alcaldía de la ciudad en las próximas elecciones, se refirió en particular a la información de los aparatos médicos que se han necesitado y cómo se gestionó la contratación de los proveedores.
El diario The City publicaba el pasado día 12 de noviembre que en los peores momentos de la pandemia la ciudad hizo contratos sin concurso público por valor de $1,400 millones para comprar mascarillas y equipamiento médico. Las mascarillas eran las equivocadas y el personal médico no tuvo acceso a las necesarias a tiempo. Además, se perdió el rastro de algunas de las compras como ventiladores. Otros equipos dejaron de ser relevantes para cuando llegaron.
Stringer quiere esos contratos cuya supervisión por él fue suspendida y revisar los contratos del Departamento de Servicios Administrativos de la Ciudad, DCAS.
“Los neoyorquinos necesitan saber qué es lo que sabía la ciudad sobre el virus, cuándo lo supo y qué hizo con esa información, pero en vez de proveer documentos y ser totalmente transparentes, City Hall continúa retrasando la apertura de la información”, se quejaba el contralor.