El estrés de la madre durante el embarazo puede dañar el cerebro del bebé

Las consecuencias en el feto de sufrir ansiedad durante la gestación

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El estrés durante el embarazo puede afectar el cerebro del feto. Crédito: Unsplash

Lo que siente la madre durante el embarazo también lo siente el bebé. Esta afirmación no fue extraída del baúl de una abuelita, es un enunciado que la ciencia ha comprobado en investigaciones recientes. Ahora, un estudio del Children’s National de Washington ha comprobado que el estrés de la madre durante el embarazo puede dañar el cerebro del bebé.

Los investigadores analizaron el nivel de estrés de 50 mujeres que cursaban entre 24 y 39 semanas de gestación. Luego de completar cuestionarios sobre su estado de salud, depresión, ansiedad y estrés, les practicaron escáneres cerebrales a los bebés en desarrollo, estudios que no dañan ni a la mamá ni al feto. Posteriormente, monitorearon el desarrollo de los bebés hasta que cumplieron 18 meses de edad.

Los especialistas encontraron que los bebés de madres con niveles altos de estrés y ansiedad suelen tener conexiones cerebrales más débiles entre las áreas encargadas de funciones ejecutivas y funciones cognitivas, así como conexiones más fuertes entre las áreas que regulan los controles emocionales y conductuales.

La angustia psicológica materna durante el embarazo se asocia con resultados obstétricos adversos y déficits neuropsiquiátricos en los niños”, asegura la investigación publicada en JAMA Open Network y que cobra especial importancia en estos tiempos de pandemia, cuando el estrés se ha incrementado en diversos niveles y sectores de la población, no sólo entre las embarazadas.

También encontraron una relación entre el estrés materno y los trastornos al dormir. “Los estudios neuroconductuales y de imágenes cerebrales han informado una asociación de la ansiedad materna con el desarrollo cerebral atípico. Los estudios de ecografía fetal durante el tercer trimestre, por ejemplo, han demostrado que los fetos de mujeres ansiosas demostraron un aumento de la vigilia y la variabilidad de la frecuencia cardíaca, un patrón que puede estar relacionado con los ciclos de sueño-vigilia desorganizados observados en diversas neuropsicopatologías en niños y adultos”, afirman los investigadores.

Otros estudios han abordado la relación de estrés fetal con algunos problemas neuroconductuales, de aprendizaje y emocionales.


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