Ojalá hubiera Wifi en el cielo…

El 23 de Marzo se nos fue de este mundo Alberto Ciurana

Lamentamos la partida de Alberto Ciurana.

Lamentamos la partida de Alberto Ciurana. Crédito: Shutterstock

Admito que me sentía su amiga sin conocerlo. Era el filósofo de Twitter. Cada frase que escribía me caía como anillo al dedo, me hacía pensar. 

De tanto leerlo me convertí en su fan como el resto de millones de personas que lo seguían en Twitter.

Un día llegó la noticia a Univision: Alberto Ciurana iba a ser nuestro jefe. 

Sí, el filósofo de Twitter, que hasta ese momento era el Vicepresidente de Programacién de Televisa,  estaría ahora a cargo de la Presidencia de Programación y Contenido de Univision y supervisaría todo el Departamento de Entretenimiento al que yo pertenecía.

Lo primero que me impactó cuando lo conocí en persona fue su sonrisa fácil. Y eso en la cara de un jefe siempre es una cualidad. Beto, como lo empezamos a llamar en cuanto nos dio confianza, pasó rápidamente de ser jefe a ser nuestro gran líder.

Todas las mañanas pasaba por el estudio de “Despierta América” a saludarnos. Era lo más parecido a nuestra audiencia. Se emocionaba al saludar a Thalia o Eugenio Derbez, se tomaba fotos con los personajes de Plaza Sèsamo, y era el primero que le daba el visto bueno a las sabrosas recetas que se preparaban en el show. 

El día de la entrega del primer Premio Emmy al que nos nominaron, nos acompañó a Los Ángeles. Estábamos convencidos de que íbamos a ganar y entramos al lugar creyendo que saldríamos de allí con el trofeo en la mano.

Esa noche el ego nos puso una trampa y perdimos. Beto se levantó muy triste. 

Una hora después aliviamos la tristeza todos juntos comiendo tacos. 

Así era Alberto Ciurana:  apasionado, competitivo, curioso y leal a su gente. 

Le encantaba hacer equipo. 

Desde jovencito estaba destinado a aprender el arte de entretener. Su primer maestro fue Raúl Velasco en “Siempre Domingo”. Muchos años después llegó a ser el jefe del maestro de entretenimiento de los sábados: Don Francisco. Cuando Cristina Saralegui se convirtió en la Reina del Talk Show, hace 30 años, fue el mismo Beto quien lanzó su programa en México. Su lista de amigos era lo más parecido a la historia de la televisión en español: Chespirito, Emilio Estefan, doña Florinda,  Thalia…

Los conocía a todos y todos lo conocían. 

Cuando decidí publicar mi primer libro, “La Mujer de mis Sueños”, fue Alberto Ciurana quien me dio el permiso para hacerlo. Un email con solo una palabra: “¡Adelante!” fue el pasaporte a mi nueva vida de escritora. Meses después, Beto renunció a Univision y regresó a México. El día del lanzamiento de “La Mujer de mis Sueños”, viajó a Miami a acompañarme desde la primera fila de Books and Books. Se lo agradecí tanto.

Nunca dejamos de hablar y sus frases siguieron mejorando mi vida. Muchas veces le dije que debía escribir un libro…  El día que ganamos el primer Emmy fue Beto el màs feliz y el primero en felicitarnos.

Dicen los que lo tenían cerca que Beto, quien estaba a la cabeza de Contenidos y Distribución de Tv Azteca, estaba viviendo los mejores años de su vida personal y profesionalmente.  Durante la pandemia me contó que se estaba cuidando mucho.

“A estas alturas estar vivo y trabajando es la mayor ganancia de este mundo”, me escribió el 12 de febrero.

El  miércoles 10 de Marzo Beto escribió sin saberlo el último post de su vida. No tenía frases màgicas. Anunciaba que tenía covid y que irònicamente se había vacunado el viernes antes. 

(Cabe aclarar que deben pasar más de dos semanas despuès de la segunda dosis de la vacuna para estar inmunizado contra el Covid y tres semanas si la vacuna tiene una sola dosis).

El 23 de Marzo se nos fue de este mundo el gran filósofo de Twitter.  Se nos fue Beto y sus millones de seguidores lo lloraron en las redes mientras le dábamos las gracias.

Sandra Smester, su gran amiga y mano derecha, Directora de Azteca 1, no pudo describir mejor la pérdida: “La historia de la televisión y contenidos perdió un gran líder, un genio apasionado, un amante empedernido de esta gran industria”.

Me lo imaginé allá arriba con su gran sonrisa.

Instagram y Twitter, aquí abajo, no serán iguales sin él.  

Ojalá hubiera Wifi en el cielo…. 

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