Lo que sucede en el cuerpo al saltarte las comidas

El hábito alimenticio de saltarnos las comidas, no tiene nada de bueno y se asocia con alteraciones en el estado de salud. Afecta los niveles de saciedad del organismo, incrementa el riesgo de padecer ansiedad, aumenta los antojos y es causa de posibles deficiencias nutricionales

Extraordinarios platillos que reflejan la inmensa riqueza cultural de grandes países.

Extraordinarios platillos que reflejan la inmensa riqueza cultural de grandes países. Crédito: Malcolm Garret | Pexels

Existen diversas razones por las cuales podemos saltarnos las comidas, sin embargo es momento de que sepas que se trata de un pésimo hábito alimenticio (sobre todo cuando es recurrente) y de hecho se asocia con graves peligros. Ya sea que te unas al popular ayuno intermitente, trabajes durante el almuerzo o te saltes el desayuno, pasar demasiado tiempo sin consumir alimentos entre comidas ¡Afecta absolutamente todo el funcionamiento de tu organismo! Es bien sabido que la comida es la principal fuente de energía del cuerpo, ayuda a alimentar todos los sistemas y nos hace funcionar, por lo mismo cuando acostumbramos saltarnos alguna comida del día prácticamente todos los órganos del cuerpo se verán afectados.

Lo cierto es que es una conducta que deteriora la salud a nivel físico, mental, emocional y el funcionamiento cognitivo. Con base en ello nos dimos a la tarea de recopilar las cinco señales de alerta que se asocian con pasar demasiado tiempo sin comer, tal vez sea momento de ser más disciplinado con tu plan de alimentación y de darle un descanso al ayuno intermitente.

1. Podrías experimentar ansiedad

Saltarse una comida, o pasar demasiado tiempo sin comer en general, puede llegar a tener un impacto grave en la salud mental. Lo cierto es que a largo plazo es muy normal que las personas experimenten un incremento en el estado de ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, estrés y depresión. De hecho se cuenta con un estudio de 2018 publicado en International Journal of Environmental Research and Public Health, en el cual se encontró que los adolescentes que se saltaban el desayuno eran más propensos a experimentar estrés y depresión que aquellos que desayunaban con regularidad. Lo que sucede al pasar demasiado tiempo sin comer, es que el nivel de azúcar en la sangre baja abruptamente y esto le indica al cuerpo que comience a producir cortisol. Se trata de una de las sustancias más temidas, ya que es comúnmente conocida como la “hormona del estrés” y en este caso se libera para tratar de ayudar a regular cualquier caída en la glucosa, sin embargo no podemos descartar que también está creando una respuesta de estrés en el cuerpo. Una mayor presencia de cortisol no solo hace que nos sintamos ansiosos o deprimidos, nos hace estar de mal humor, irritables y más propensos al cansancio.

Ansiedad
Ansiedad./Foto: Shutterstock

2. Bajos niveles de energía

Es evidente que las alteraciones en el nivel de azúcar en sangre, no le hace ningún favor al estado general de salud y sobre todo a nuestros niveles de energía. Un buen ejemplo es recordar como nos sentimos cuando tenemos hambre, finalmente no podemos olvidar que el cerebro humano funciona literalmente con glucosa y normalmente de los carbohidratos. Por lo tanto no comer afecta considerablemente en la energía y el rendimiento físico y mental, saltarse una comida significan menos calorías para cumplir con nuestras funciones diarias. Lo cual se traduce en menos energía y poca vitalidad. Además a estas alturas sabemos que no todas las calorías son iguales y al obtenerlas de alimentos de calidad estaremos beneficiando a todo el cuerpo e inclusive se promueve la pérdida de peso.

Cansancio. /Foto: Shutterstock

3. Posible desconexión con las señales de hambre y plenitud

El organismo humano es tan sabio que conecta las señales de hambre y saciedad con la producción de hormonas. De forma más concreta la leptina, en pocas palabras es considerada la hormona responsable de disminuir el apetito cuando el cuerpo ha comido lo suficiente; por su parte la grelina es la hormona que se relaciona con el estado de hambre y se presenta cuando el cuerpo necesita más combustible.Estas hormonas son importantes ya que promueven el buen equilibrio del organismo y no comer en horarios establecidos puede causar que dejemos de escuchar los mensajes de estas hormonas. Las señales de hambre y saciedad del cuerpo son un gran indicador de cuándo necesita alimento, pasarlas por alto y seguir un horario de alimentación centrado en el exterior crea una importante desconexión. Esto es muy serio ya que perder la comprensión sobre nuestras sensaciones de hambre y satisfacción, puede conducir a diversos problemas alimenticios (comer poco o padecer atracones constantes).

Antojos. /Foto: Shutterstock

4. Mayor antojo de alimentos ricos en azúcar y carbohidratos

Otra de las consecuencias sobre un bajo nivel de glucosa en la sangre y también de hacer caso omiso de las señales de hambre y saciedad, podrían traer consigo un incremento en los antojos (específicamente de carbohidratos simples y azúcar). Ambos tipos de alimentos se relacionan con ráfagas de energía breves y rápidas, que nos hacen sentir momentáneamente bien. De hecho dos consecuencias respaldadas por la investigación de saltarse comidas son los pensamientos persistentes e intrusivos sobre los alimentos, así como la pérdida de control sobre la próxima comida o merienda, especialmente cuando se trata de estas fuentes de carbohidratos refinados. De tal modo que saltarse comidas o bien ignorar las señales de hambre  es un hábito muy contraproducente para el peso corporal y suele relacionarse con atracones. De hecho, existen muchos estudios que asocian saltarse comidas (en particular el desayuno) con la obesidad.

Pizza. /Foto: Pexels

5. Mayor riesgo de sufrir deficiencias nutricionales

Saltarse comidas desequilibra por completo la ingesta de nutrientes diaria, disminuye la oportunidad de nutrir al cuerpo con las docenas de nutrientes esenciales que el cuerpo necesita para prosperar y por lo tanto es una costumbre que suele relacionarse con diversas deficiencias nutricionales Un estudio de 2017 de la Facultad de Medicina de la UMass encontró que aquellas personas que suelen saltarse el desayuno presentan una ingesta diaria más baja de tiamina, niacina y folato, mientras que los que desayunaban consumían más fibra, menos grasa y azúcar, a lo largo del día. Además, cumplir con esos antojos de carbohidratos refinados después de pasar demasiado tiempo sin comer aporta satisfacción momentánea ¿El mayor problema? Estos alimentos carecen de nutrientes y en su mayoría se caracterizan por ser calóricos. Con base en ello es importante elegir con inteligencia a los carbohidratos que consumimos y apostar por las fuentes de granos integrales, complementario con un buen equilibrio en frutas, vegetales, legumbres y semillas. 

Suplementos vitamínicos./ Foto: Shutterstock

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