Anciano acude a estética para aprender y poder peinar a su esposa
El hombre acudió al lugar para aprender a usar la secadora y rizadora pues solo quiere ayudar a su mujer a peinarse, cosa que ya no puede hacer por sí misma
El hombre solo desea ayudar a su esposa. Crédito: Shutterstock
A diario leemos historias de parejas de ancianos que, a pesar de todo y las dificultades diarias y que puedan tener las relaciones, nos demuestran que el amor sí puede ser para toda la vida, sobre todo cuando además de amor, entre ellos hay una lealtad inquebrantable.
Cuando una pareja decide llegar frente al altar, entre los votos o juramentos que se realizan es que estarán el uno con el otro, tanto en las buenas como en las malas, en la salud o en la enfermedad, en la riqueza o en la pobreza.
Sobre el tema, unas imágenes compartidas en las redes sociales que han conmovido el corazón de cientos de usuarios de Internet pues es muestra del gran amor que un anciano tiene por su esposa, a tal grado que hacer lo que sea por bien de ella.
Una trabajadora de un salón de belleza en Alberta, Canadá, le pareció extraño que desde hacía unos días, un anciano acudía al local para ver de cerca el trabajo que peinado que hacía una de sus compañeras.
El salón de belleza se llama Hair Design By Britney; el anciano acudió a este para pedirles a las chicas que trabajan en él a que le enseñen a peinar y a usar la secadora, la plancha y el rizador. El motivo, a más de una le rompió el corazón.
Resulta ser que el anciano desea ayudar a su esposa a peinarla como antes ella solía hacerlo ahora que le es prácticamente imposible hacerlo por ella misma.
“Este encantador caballero vino hoy para aprender a rizar el pelo de su mujer . Su esposa no puede rizar su propio pelo y a menudo se quema a sí misma, así que se vino y aprendió a rizar el cabello. ¡Tuvimos el placer de enseñarle! Le enseñamos cómo hacer rizos de volumen en pelo corto, cómo proteger su piel de las quemaduras e incluso le enseñamos a poner rímel”, explica la gerente de la peluquería en el post.
Al escuchar la petición de este anciano, las estilistas no pudieron negarse a enseñarle, así que con ayuda de algunos maniquíes, llevan a cabo las prácticas.
Sin duda, una historia que demuestra un gran amor.
