Volviendo a incorporar mujeres en la fuerza laboral

Este es el momento para implementar políticas audaces y transformadoras

Para la trabajadora de restaurantes Yadira Rosario "la vacuna permitrá a NY levantarse". (Foto: F. Martínez)

Para la trabajadora de restaurantes Yadira Rosario "la vacuna permitrá a NY levantarse". (Foto: F. Martínez) Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

Ahora mismo millones de mujeres en el país concuerdan en que cuando se trata del trabajo, todo va en su contra, y tienen toda la razón. Tanto el Congreso como los gobiernos estatales han fallado en ajustarse a las realidades de nuestra economía moderna. Las mamás trabajadoras en particular requieren de una infraestructura mejorada y prudente dado que el sistema actual lleva años fallándole tanto a ellas como a sus familias.Y ahora con la pandemia, el sistema está en ruinas.

Desde que empezó esta crisis, las mujeres han sufrido la mayor parte de las pérdidas laborales causadas por la pandemia. Más de una de cada 11 latinas estaban desempleadas en diciembre, casi el doble de los hombres blancos sin empleo. Muchas tuvieron que dejar la fuerza laboral porque no tenían tiempo libre pagado ni el apoyo necesario para el cuidado de sus hijos o familiares enfermos. Estamos claros que ni estas familias ni nuestra economía pueden llegar a recuperarse sin que estas mujeres puedan regresar a sus empleos. Para ello, tenemos que invertir en la infraestructura.

Lo primero es que los niños puedan regresar a la escuela ya que de lo contrario las mujeres no podrán volver a la fuerza laboral. Por eso luché para que el Plan de Rescate Estadounidense (American Rescue Plan) incluyera $130 mil millones para que nuestras escuelas puedan implementar las directrices de los CDC, llevando a cabo mejoras necesarias tanto a los planteles como a sus sistemas de calefacción, refrigeración y ventilación (HVAC), al igual que hacer cumplir medidas que harán que el retorno escolar sea seguro para los docentes y los estudiantes.

Además, el tener que quedarse en casa por enfermedad propia o para cuidar a un familiar no terminará con la pandemia. Es por esto que le insté al presidente Biden incluir licencias familiares y médicas pagadas como parte del Plan de Familias Estadounidenses (American Families Plan). Me enorgullece ver que su propuesta incluya medidas inspiradas en la Ley FAMILIA que crearían un programa universal y permanente de licencias pagadas. Presenté la Ley FAMILIA por primera vez en el 2013, y ahora, ni una década después, estamos a punto de implementar una política que no solo transformará nuestra economía sino que dejará de obligar a las mujeres a tener que escoger entre cuidar a su familia o generar un sueldo.

También necesitamos invertir en la economía del cuidado de personas para que las mujeres puedan delegar el cuidado de sus hijos o de sus padres envejecientes a una persona de confianza durante horas laborales. En estos momentos, hay familias que podrían esperar hasta cinco años para obtener los servicios de cuidado en el hogar que necesitan sus seres queridos envejecientes o discapacitados. Me complace ver que el presidente Biden le dé prioridad a los fondos para el cuidado familiar en el Plan de Empleos Estadounidenses (American Jobs Plan).

Cuando mejoramos los empleos de cuidado familiar con proyectos de ley como la Ley de la Declaración de Derechos de los Trabajadores Domésticos, los beneficios son dobles. Por un lado, ayudamos a mejorar las vidas de las personas, primordialmente mujeres de color que ocupan estos empleos; y por el otro, estos empleos se hacen más deseables, logrando que más personas entren a la fuerza laboral del cuidado familiar. Esto ayudará a que más familias puedan volver a trabajar más rápidamente.

También es primordial que aumentemos el acceso al cuidado infantil económico, accessible y de calidad. La industria del cuidado infantil se decimó en el último año con los proveedores enfrentando costos crecientes y matrículas en declive. El acceso al cuidado infantil ya era un problema antes de la pandemia. Simplemente no estaba disponible– en el 2018 más de la mitad del país vivía un llamado desierto de cuidado infantil– y era costoso. El cuidado infantil de un bebé podría costar hasta 15 mil dólares al año.

Finalmente, necesitamos asegurar que cuando las mujeres puedan regresar al empleo tengan un sueldo justo y equitativo. Necesitamos aumentar el sueldo mínimo a $15 por hora porque $7.25 la hora no es suficiente para mantener a una familia. También necesitamos cerrar la brecha de paga que deja a las latinas aún más rezagadas. En Nueva York, las latinas solo ganan 55 centavos sobre el dólar comparado con los hombres blancos. Esto representa una pérdida de ingresos equivalente a $32 mil dólares cada año.

Estos temas y desigualdades han existido mucho antes de la pandemia y seguirán existiendo cuando pase si no tomamos acción. Este es el momento para implementar políticas audaces y transformadoras con miras al futuro que asegurarán que las familias no solo puedan recuperarse de esta pandemia, sino navegar las crisis que sucedan el día de mañana.

Kirsten Gillibrand es Senadora federal por Nueva York.

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