Cómo la tecnología usada para crear la vacuna contra el Coronavirus ayudaría para hacer una contra el cáncer
El principio fundamental de la tecnología de ARN mensajero es diseñar y administrar un antígeno a las células con el fin de inducir una respuesta inmunitaria
No todo es negativo cuando hablamos de las consecuencias de la pandemia de coronavirus.
El rápido desarrollo de las vacunas para combatirla será ampliamente reconocido en el futuro. Y dentro de ese proceso, hay un avance que muchos expertos vaticinan como “revolucionario”: la tecnología del ARN mensajero (ARNm) sintético.
Este método ya fue utilizado por compañías como Pfizer–BioNtech y Moderna (ambas de Estados Unidos) para para crear sus vacunas contra la COVID-19.
Al contrario de la mayoría de las inoculaciones —que se hacen en base a un virus debilitado para que nuestro sistema inmune produzca anticuerpos—, las que utilizan el ARNm (también llamadas “génicas”) buscan que el propio organismo genere una proteína del virus sin necesidad de inyectarlo.
Esta ingeniosa creación, que llevaba décadas investigándose, trasciende al SARS-CoV-2 y los médicos están apostando por aplicarla en el tratamiento de otras enfermedades. Entre ellas, el cáncer.
Pero ¿es realmente posible crear vacunas contra esta enfermedad que causa casi 10 millones de muertes al año en el mundo?
Una “herramienta muy poderosa”
El principio fundamental de la tecnología de ARNm es diseñar y administrar un antígeno a las células con el fin de inducir una respuesta inmunitaria.
Es decir, manipular el sistema inmunológico para que se defienda a sí mismo.
“El ARN mensajero es una instrucción a la célula; le manda a la célula lo que tiene que hacer. Cuando uno tiene eso en la mano, es una herramienta muy poderosa porque puede conseguir que la célula haga lo que a ti te interesa, como es arreglar alteraciones patológicas”, le explica a BBC Mundo Rubén Artero, experto en genética y académico de la Universidad de Valencia, España.
Para que enfermedades como el cáncer crezcan y se expandan en el cuerpo, el sistema inmunológico debe ignorarlas. Y esto sucede porque, según explica Artero, las células cancerígenas normalmente logran “esconderse”.
“La idea es compensar ese disfraz de las células cancerígenas con una reacción inmunitaria muy potente. Y en eso ayudaría la vacuna de ARNm; para que el propio cuerpo detecte las células que aprenden a esconderse y sobrevivir”, dice.
Existoso estudio en ratones
A principios de este año, un equipo de científicos del Centro Nacional de Nanociencia y Tecnología de China logró probar la eficacia de este tratamiento contra el cáncer en ratones con melanoma.
Los científicos desarrollaron un hidrogel que, al ser inyectado bajo la piel de los ratones, liberó lentamente nanopartículas de ARNm.
Esto provocó la activación de células T, una especie de células inmunes cuyo principal propósito es identificar y matar a patógenos invasores o células infectadas.
Según los resultados del estudio del centro chino, se logró reprogramar el sistema inmunológico de estos animales para reducir y prevenir la propagación de los tumores.
La conclusión marcó un precedente importante en el desarrollo del tratamiento, generando la esperanza de que pueda volverse una realidad en humanos dentro de un plazo bastante más corto del que se tenía pensado antes de la pandemia.
“No va a ser una revolución inmediata pero veremos el uso de este tipo de vacunas en muchas otras cosas de una forma progresiva”, dice José Manuel Bautista, catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid, en España.
“En los próximos 20 años, esperaría que hubiera una ganancia sustancial del tratamiento del cáncer mediante esta tecnología”, agrega a BBC Mundo.
¿Vacuna genérica para todos los cánceres?
Pero ¿se puede hacer una vacuna genérica para atacar todos los tipos de cáncer?
“Cada cáncer tiene particularidades. Por lo tanto, no será una vacuna genérica para tratar cualquier cáncer”, explica Bautista.
“En principio, hay que saber qué particularidad tiene el tipo de cáncer. Y habrá algunos más fáciles de tratar que otros”, añade.
De esta manera, lo que se busca es realizar “vacunas personalizadas” para cada persona.
El tratamiento, incluso, se podría adaptar al tipo de tumor de un determinado paciente porque, según explica Artero, los médicos podrían expresar una proteína asociada a ese tumor.
“Se sabe que el sistema inmunitario es de lo que mejor responde porque es muy específico y va buscando todas las células cancerosas que están en el cuerpo”, señala.
Eso mismo explica Noubar Afeyan, confundador de Moderna, una de las empresas pioneras en el desarrollo de la tecnología ARNm y que la ha incorporado a su vacuna contra la COVID-19.
En una reciente entrevista con BBC Mundo, Afeyan adelantó que su compañía está llevando a cabo un ensayo clínico de una potencial vacuna contra el cáncer.
“Cuando decimos vacuna contra el cáncer parece que va a haber una inyección y eso no es lo que va a suceder. Lo que ocurrirá, si funciona, es que se van a hacer vacunas individualizadas para cada paciente que reflejarán su cáncer en particular”, aclaró.
Y añadió: “Todavía se necesitarán tres años para ver los resultados. Pero la buena noticia es que podemos probarlo con bastante eficacia y rápidamente. Y creo que, dada la gravedad de estas enfermedades, debemos hacerlo”.
¿Qué es el ARN mensajero y cómo actúa la vacuna?
El ácido ribonucleico mensajero, conocido como ARNm, es una molécula que aparece cuando se copia un tramo de ADN y transporta esta información a la parte de las células donde se fabricarán las proteínas que componen nuestro cuerpo.
Los virus de ARN (como el SARS-CoV-2, los de la gripe común o el dengue, entre otros) usan el mismo mecanismo para infectar una célula humana y producir copias de su propio código genético. Es así es como se replican en nuestro cuerpo.
Las vacunas génicas utilizan un fragmento del código genético del virus para hacer que el cuerpo produzca una proteína como la del coronavirus. Y eso es lo que genera en nuestro cuerpo una respuesta inmunológica.
Décadas de investigación
El método que usa ARNm en las vacunas no surgió con la pandemia de coronavirus.
Esta tecnología comenzó a desarrollarse en la década de los noventa pero dio un salto en los últimos 15 años gracias a descubrimientos que lo hicieron, poco a poco, más seguro y eficiente.
Al igual que el cofundador de Moderna Noubar Afeyan, los cofundadores de BioNTech de Alemania, Özlem Türeci y Uğur Şahin, han explicado que estaban trabajando en las vacunas de ARNm para tratar el cáncer mucho antes de que surgiera la COVID-19.
Esa fue, de hecho, la idea original.
“Llevamos más de 20 años trabajando en el ARNm. La razón por la que comenzamos fue nuestra visión de la terapia individualizada contra el cáncer, basada en la observación de que los antígenos tumorales”, dijo Uğur Şahin en la revista de investigación e innovación Horizon.
“Entendimos que una terapia futura podría (basarse en) analizar el tumor del paciente y averiguar qué antígenos serían adecuados y luego producir una vacuna basada en esta información”, agregó.
Los médicos explicaron que, para hacer posible un tratamiento contra el cáncer, se debe usar la “tecnología adecuada” que, por una parte, induzca una fuerte respuesta inmune contra cualquier tipo de antígeno tumoral y, por otra, pueda fabricarse en “pocas semanas” pues esta enfermedad avanza muy rápido.
“Revolución silenciosa“
La tecnología ARNm ha sido catalogada como una “revolución silenciosa”.
Investigadores de todas partes del mundo han asegurado que esta será recordada como uno de los inventos científicos más importantes de las últimas décadas.
Y no solo por su potencial para desarrollar tratamientos contra el cáncer, sino también muchas otras enfermedades.
Esclerosis múltiple, tuberculosis, malaria e incluso la gripe estacional (influenza) podrían ser tratadas con este tipo de inoculaciones.
Según su cofundador, Moderna ya está ensayando 20 medicamentos en base a la tecnología ARNm, entre ellos contra el zika, contra una infección viral grave llamada citomegalovirus (CMV), contra virus sincitial respiratorio) y está enfocada en “mejorar” la actual vacuna contra la influenza.
“Hay muchos trastornos genéticos raros para los que creemos que el ARNm podrá ofrecer esperanza y solución”, le dijo Afeyan a BBC Mundo.
Para el infectólogo de la Universidad Católica de Chile, Jaime Labarca, esta tecnología marcará un “antes y un después” en el modo de hacer vacunas en el mundo.
“Van a cambiar el futuro de las vacunas porque la efectividad que han demostrado no la habíamos visto antes”, dice a BBC Mundo.
“Además, son seguras y tienen una capacidad de producción rápida; cambió los estándares para siempre”, agrega.
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