Según un nuevo estudio la regulación del circuito cerebral puede ayudar a combatir la obesidad

Los alimentos con los que basamos nuestra dieta están directamente relacionados con el control de peso, sin embargo varios factores influyen en el aumento de peso. Tal es el caso de los hallazgos de los Investigadores del Baylor College of Medicine, quienes encontraron esperanza para resolver el desafío generalizado de la obesidad y que se relaciona con un circuito cerebral y el mecanismo de saciedad

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Muchas veces, el mismo rechazo que sienten hacia su obesidad, los lleva a desahogarse comiendo Crédito: Shutterstock

No es ninguna novedad decir que actualmente la obesidad es uno de los principales problemas de salud a nivel mundial, es considerada una enfermedad crónica que afecta a miles de personas en todo el mundo. No en vano la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoció la reconoció como una epidemia de consecuencias devastadoras. La realidad es que la obesidad va mucho más allá de ser un problema estético, se trata de una de las afecciones más comunes en la sociedad moderna y que se relaciona directamente con otros problemas de salud como es el caso de diversas afecciones cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, trastornos de salud mental y sueño, además aumenta el riesgo de padecer hipertensión, diabetes y otros problemas de salud degenerativos. Sin lugar a dudas cada día más personas luchan por superar el problema y por supuesto los científicos se han unido a la causa buscando encontrar una solución, tal es el caso de un estudio muy reciente que ha llegado a darnos una nueva esperanza y el cual encuentra una relación directa entre un determinado circuito cerebral, la obesidad y la respuesta ante la saciedad.

Sobre el funcionamiento cerebral y la obesidad:

El estudio fue publicado recientemente en Science Advances y fue titulado: Un circuito neural dopaminérgico del rombencéfalo previene el aumento de peso al reforzar la saciedad de alimentos. Si bien estamos de acuerdo con que puede parecer un concepto algo complicado, no lo es tanto. En palabras más sencillas: un circuito específico en el cerebro, se asocia con la capacidad de suprimir el hambre y tiene un papel importante para disminuye considerablemente el sobrepeso y la obesidad. Para profundizar más sobre el tema los autores del estudio declararon lo siguiente: “Actualmente muchas personas luchan con el control de peso, comen más de lo que el cuerpo necesita, lo que agrega kilos de más que pueden conducir a la obesidad y a un mayor riesgo de afecciones graves como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y diabetes tipo 2”. Y es por ello que se han inspirado en analizar mucho más a fondo la relación entre el funcionamiento cerebral y la obesidad.

Los principales autores del estudio pertenecen al equipo médico de Baylor College of Medicine: el Dr. Qi Wu y el Dr. Yong Han, quienes en conjunto con otros colegas descubrieron cómo se relacionan estos circuitos neuronales y neurotransmisores únicos con el auto-control en el consumo de alimentos.

Con base en lo anterior y de manera más detallada, el equipo descubrió un circuito novedoso que conecta un subconjunto único de neuronas productoras de dopamina con neuronas descendentes en el rombencéfalo (tronco cerebral inferior) y que en conjunto tienen la capacidad de suprime de manera potente la ingesta de alimentos al desencadenar la saciedad en ratones ¿Cómo llegaron a estas conclusiones? El equipo de investigadores utilizó varias técnicas avanzadas para estudiar la función neuronal, incluido el mapeo de circuitos específicos de las células, la optogenética y las grabaciones en tiempo real de la actividad cerebral.

Si bien como parte del estudio el Dr. Han enfatizo que se han propuesto otros circuitos cerebrales para regular la alimentación, el descrito en el estudio es el primero y más importante para regular el tamaño de las porciones de comida a través de la señalización de la dopamina. Como dato al margen: la dopamina es un mensajero químico previamente conocido por la regulación de la motivación y el placer, de tal modo que es más fácil entender su nuevo papel en el control de la alimentación mediante la regulación dinámica de la respuesta de saciedad. Finalmente no se trata de cómo se comienza una comida, sino de cómo se termina. Se trata de la respuesta de saciedad, que es tan importante como el apetito.

Si bien queda mucho trabajo de investigación por hacer, sin lugar a dudas este tipo de descubrimientos tienen implicaciones positivas para el futuro de la medicina y desarrollo de medicamentos específicos que puedan brindar un apoyo adicional en el tratamiento de la obesidad, sobre todo con mayor seguridad y eficacia.

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