Obesidad: a partir de cuántos kilos se considera a alguien obeso
Los casos de obesidad en el mundo se han vuelto una epidemia muy preocupante para la salud de la población. Es una condición que se relaciona directamente con mayor riesgo de padecer otras enfermedades crónicas, que se determina al medir el índice de masa corporal, la circunferencia de cintura y el estado de salud de cada persona
La obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial, las cifras asustan y se relacionan con devastadoras consecuencias en la salud de la población. Ambas condiciones se padecen cuando existe una acumulación anormal o excesiva de grasa corporal, especialmente en el tejido adiposo y por obvias razones esto se presentan con el aumento del peso corporal. Para ser más específicos cuando una persona alcanza un 20% más de su peso ideal según la edad, la talla, y sexo. Lo cierto es que se han establecido algunos parámetros para clasificar el nivel de sobrepeso en las personas, con base en ello el concepto más importante es el índice de masa corporal, por lo tanto cuando es superior a 25 se considera sobrepeso y más de 30 es obesidad.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que desde 1975 los casos de obesidad se han triplicado. Se cuenta con información en la que se comprobó que en el año 2016 incrementó a cifras alarmantes, 1900 millones de adultos y 340 millones de niños y adolescentes. Lo cierto es que la obesidad es una de las principales causas que detonan otras enfermedades crónicas, como la hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, apnea de sueño, cáncer, y claro en otra esfera podemos mencionar a los trastornos de salud mental y emocional.
Si bien la obesidad es un lado de la doble carga de la desnutrición, llama la atención saber que actualmente existen más personas obesas que con bajo peso en todas las regiones del mundo, excepto en África y Asia. Lo cierto es que en algún momento el sobrepeso y la obesidad, fueron considerados un problema de salud característico de los países de ingresos altos; actualmente sabemos que los casos se han extendido y aumentado drásticamente en los países de ingresos bajos y medianos (especialmente en los entornos urbanos). No es ninguna coincidencia que la gran mayoría de los niños con sobrepeso u obesidad vivan en países en desarrollo, donde la tasa de aumento ha sido más de un 30% superior a la de los países desarrollados.
En cada persona podrán existir diferentes detonantes, sin embargo padecer sobrepeso y obesidad en la mayoría de los casos se relaciona con el estilo de vida de las personas. Por lo tanto seguir una mala alimentación con un alto consumo en procesados y comidas rápidas, comer en exceso, llevar una vida sedentaria, altos niveles de estrés, problemas emocionales, la adicción por la comida chatarra, la ansiedad y la falta de ejercicio físico, influyen directamente. Es decir la obesidad suele darse como el resultado de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las gastadas.
Por lo tanto, lo primero que tenemos que decir es que el diagnóstico de obesidad o sobrepeso, se determinará conforme las características de cada persona. El primer paso es medir el Índice de Masa Corporal (IMC), que se mide con el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros. Por ejemplo: 76 kg / 1,80 al cuadrado = 23.46 IMC. Los expertos en salud han determinado que los números superiores a 30, aumentan los riesgos para la salud y por lo tanto se recomienda que se revise con la adecuada supervisión médica una vez al año.
Además según lo establecido por los especialistas de Clínica Mayo, es oportuno que siempre sean consideren aspectos como los antecedentes médicos entre los que se encuentra padecer condiciones médicas existentes (diabetes, afecciones cardíacas, hipertensión, problemas en tiroides, entre otros), historial médico personal y familiar, consumo de medicamentos, nivel de actividad física y de estrés. También es importante realizar un examen físico general basado en conceptos sencillos como medición de la estatura, peso, frecuencia cardíaca, presión arterial y temperatura corporal. Complementario a ello será necesario realizar análisis de sangre, para verificar algunos de los principales marcadores de salud como los niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos, pruebas de función hepática, equilibrio hormonal y de la tiroides.
Además la medición de la cintura es un concepto determinante en la detección del sobrepeso, por lo siguiente: la grasa almacenada alrededor de la cintura a veces llamada grasa visceral o grasa abdominal, puede aumentar aún más el riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes. Por lo tanto se ha establecido que las mujeres con una medida de cintura (circunferencia) mayor de 35 pulgadas (89 cm) y los hombres con una medida de cintura mayor de 40 pulgadas (102 cm) podrían tener más riesgos para la salud que las personas con medidas de cintura más pequeñas. Al igual que con la medición del IMC, la circunferencia de la cintura debe revisarse al menos una vez al año.
Como conclusión podemos decir que el sobrepeso y la obesidad son una enfermedad crónica que es necesario atacar tajantemente, se relacionan activamente con otras condiciones de salud degenerativas y que causan la muerte. Por fortuna hoy contamos con más herramientas y valiosa información nutricional, que nos invitan a buscar el buen equilibrio a través de la calidad de la alimentación, la actividad física, el manejo del estrés y la buena salud mental. Finalmente gozar de un peso saludable va mucho más allá de un concepto “estético”, es el secreto mejor guardado para vivir mejor, alargar la esperanza de vida, prevenir enfermedades y gozar de una mejor salud física y emocional.
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