Dieta Mediterránea: también la mejor opción para tener un hígado sano

Si lugar a dudas los beneficios de la dieta mediterránea no dejan de sorprendernos, se ha comprobado que seguir este estilo de alimentación, reduce hasta en un 50% el riesgo de padecer hígado graso. Seguir una alimentación natural y basada en alimentos integrales de temporada, parece ser el mejor aliado de la salud hepática

dieta mediterránea

La dieta mediterránea incluye una cantidad baja a moderada de proteína animal. Crédito: Shutterstock

Cada día se comprueban con mayor intensidad los beneficios medicinales de seguir una dieta mediterránea, la cual es considerada un estilo de vida armonioso y equilibrado, que se asocia con grandes beneficios para la salud física y mental. Además se ha posicionado como uno de los mejores aliados nutricionales, para bajar de peso y combatir enfermedades crónicas, como la obesidad. No es ninguna novedad decir que la obesidad es considerada una epidemia a nivel mundial y se relaciona con muchos otros problemas de salud. Uno de ellos es la enfermedad del hígado graso, una afección crónica que afecta entre el 30-40% de los adultos estadounidenses. Por fortuna la alimentación, los hábitos cotidianos y el estilo de vida, son la llave secreta para evitar estas afecciones degenerativas y la dieta mediterránea es simplemente el más poderoso aliado. 

Hoy en día existen muchas dietas enfocadas en perder peso de la manera más rápida y contundente posible, sin embargo apostar por aquellas que brindan beneficios para la salud hepática ¡es un gran acierto! La investigación científica no miente, no en vano ha comprobado a través de numerosas referencias que seguir una dieta mediterránea, es probablemente la opción más saludable tanto para promover la pérdida de peso como para la salud hepática. 

Entre las grandes virtudes de la dieta mediterránea se encuentra que no se trata de un patrón alimenticio estricto, más bien es un esquema de alimentación que se enfoca en dar prioridad al consumo de ciertos productos que se relacionan con grandiosas propiedades nutricionales y terapéuticas. De tal modo que gran parte del éxito radica en basar la dieta en alimentos naturales e integrales, con especial énfasis en los ingredientes locales y de temporada. A grandes rasgos una dieta mediterránea equilibrada suele conformarse por 7 categorías de alimentos básicos: frutas, verduras, semillas, frutos secos, cereales integrales, pescados y mariscos, y por supuesto aceite de oliva. Los cuales brillan por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, que promueven la depuración de toxinas y grasas del hígado.

Si bien es un estilo de vida que promueve seguir una dieta natural, libre de procesados y con un limitado consumo de carnes rojas. Recientemente de manera más específica se descubrió, que seguir una dieta mediterránea que incluya más materia vegetal verde puede reducir a la mitad el riesgo de enfermedad del hígado graso no alcohólico. Se trata de un reciente estudio que se realizó en coautoría con investigadores de Harvard T.H. Escuela Chan de Salud Pública. También se descubrió que la llamada dieta mediterránea verde, que incluye el consumo diario de té verde y una planta acuática llamada Mankai, que contienen compuestos beneficiosos conocidos como polifenoles, reduce la grasa hepática más que las otras dos dietas saludables probadas durante el estudio.

Este maravilloso estudio fue publicado en 2021, en la revista Gut y su autora principal fue Iris Shai, profesora adjunta de nutrición en Harvard T.H. Escuela Chan de Salud Pública ¿En qué consistió el estudio? Durante un ensayo clínico de 18 meses, los investigadores siguieron a 294 adultos con obesidad abdominal. Los participantes fueron divididos en tres grupos con diferentes regímenes dietéticos: asesoramiento nutricional estándar, dieta mediterránea y dieta mediterránea verde. Dentro de los hallazgos más relevantes cabe mencionar que los tres grupos perdieron grasa hepática, sin embargo los del grupo de la dieta mediterránea verde tuvieron la mayor reducción. Perdieron una media del 39% de la grasa hepática en comparación con una reducción del 20% con la dieta mediterránea tradicional y del 12% con el asesoramiento nutricional estándar. Complementariamente cabe mencionar que un estudio anterior en coautoría con Iris Shai, se avalaron los beneficios de la dieta mediterránea verde en la pérdida de peso y cuestiones cardiometabólicas.

Por último y no menos importante no podemos dejar de mencionar los estudios científicos más recientes, en los cuales se suman las bondades de la dieta mediterránea en la salud intestinal; la cual se relaciona con el buen funcionamiento del hígado. Se demostró que una intervención para aumentar la adherencia a la dieta mediterránea y un programa intensivo de adelgazamiento producen cambios muy beneficiosos en la microbiota intestinal en tan solo un año. Estos hallazgos fue verificado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Obesidad y Red de Nutrición (Ciberobn) -del Instituto de Salud Carlos III-, la Universidad Rovira i Virgili (URV) y el Hospital Virgen de la Victoria (Universidad de Málaga) y sus resultados fueron publicados en American Journal of Clinical Nutrition.

Las bacterias intestinales son los pequeños organismos vivos en el intestino grueso de los seres humanos, que han sido reconocidos como importantes para mantener una buena salud en general. Aunque de manera específica se relacionan con cualidades para beneficiar el proceso digestivo y al sistema inmunológico. Cabe mencionar que el trabajo se realizó bajo el marco del estudio PREDIMED-Plus y se basó en el seguimiento a un grupo de participantes que siguieron una dieta mediterránea con restricción energética, actividad física y cambios de comportamiento, y otro grupo de participantes siguió una dieta mediterránea sin restricción calórica, es decir sin ningún patrón de pérdida de peso. Los resultados: el primer grupo perdió más peso (4,2 kilos), mientras que los participantes que siguieron la dieta mediterránea sin restricciones, perdieron 0,2 kilos. Lo relevante de todo esto es que tanto la pérdida de peso y la buena salud intestinal, son dos aspectos clave para disminuir el riesgo de padecer hígado graso. De hecho se sabe que bajar cerca del 10% de peso corporal es una gran medida para combatir este padecimiento en su etapa inicial.

Un beneficio más que agregar a la famosa y muy querida dieta mediterránea. Finalmente no podemos olvidar que la alimentación sí puede ser nuestra mejor medicina y es la llave para prevenir numerosas afecciones de salud. Un estilo de vida saludable y equilibrado como el que propone la dieta mediterránea, es la mejor herramienta para vivir más y mejor, protegiendo la salud física, mental y emocional.

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