¡Nada de pánico! No habrá guerra por el talento

Es normal querer mejoras y cambios de horarios

Las empresas deben analizar la vuelta al trabajo en la era post  covid.

Las empresas deben analizar la vuelta al trabajo en la era post covid. Crédito: Shutterstock

Las redes sociales hablan de teorías tremendistas según las cuales los empleadores están al borde de un ataque de nervios porque se espera la renuncia masiva de trabajadores y habrá una costosa batalla para ganar o retener talentos después del coronavirus.

Analistas de la universidad de Texas como Anthony Klotz predicen que quienes todavía tenemos la fortuna de laborar en una posición estable, nos hemos refugiado en los trabajos durante más de un año, sólo por temor a engrosar las filas de casi 80 millones de desempleados que deja el Covid-19 en los Estados Unidos y descartamos o aplazamos posibles intentos de cambio. 

Según el Departamento del Trabajo en abril se incrementó en 2,7% el número de renuncias, el mayor índice desde el año 2000. Pero en verdad no creemos que se dé ese éxodo masivo o abandono de empresas en las que laboramos desde antes de la pandemia.

Es normal querer mejoras y cambios de horarios, o hasta buscar jefes más afines con nuestra propia manera de ver el mundo; pero no tan rápido, eso no se encuentra de la noche a la mañana, especialmente ahora que se estima que más de mil millones de personas en el mundo trabajan desde casa por culpa de la pandemia frente a los casi 350 millones que lo hacían en el 2019.

Y si bien es cierto que parece que habrá más oportunidades, también es verdad que las personas valoran el bienestar y no están dispuestas a arriesgarse por una apuesta a la incertidumbre. 

Se trata de una ecuación simple de costo-beneficio y si los empleadores estuvieron de acuerdo en permitir el trabajo a distancia, en pijama y desde el sofá habría que negociar cómo continuar una relación laboral gana-gana para todos.

Y aunque ahora con los porcentajes de vacunación al alza las cosas se ven mejor, no es cierto que los trabajadores se hayan envalentonado y piensen dejar sus puestos en masa. Eso no ocurrirá, por lo menos este año. 

Se dice que es grande la necesidad de trabajadores, y ahí los empleadores deberían tener en cuenta las expectativas y necesidades ofreciendo incluso mejores salarios para retener el conocimiento y talento de sus colaboradores, pues según la aseguradora Prudential uno de cada tres trabajadores no querría regresar a la oficina de tiempo completo. 

Las renuncias o despidos son siempre posibles, ambas partes pueden decidir que ya no va más esa relación laboral. Sin embargo, incluso si se confirmara la ola de renuncias, el cambio sería positivo. 

Los empresarios podrían encontrar nuevos talentos para renovar los procesos de producción en sus compañías y los trabajadores migrarían a posiciones más acorde con sus intereses, dejando una oficina donde ya no se sienten productivos, les faltan retos para enfrentar y nada bueno que esperar. 

Contestar una encuesta diciendo que si me piden volver al trabajo renunciaría es muy fácil, pero recordemos que trabajamos no solo porque nos gusta estar ocupados, es que no podemos decir adiós al ingreso, aunque los empresarios también deberían adoptar estrategias para salvarse de una guerra por retener talentos.

Esta columna fue preparada a título personal por la autora y sus opiniones  no representan a Univision Communications Inc. 

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