“No era libre”: Hace 20 años regaló todo su dinero y su casa para irse a vivir una cueva

En su juventud fue trabajador del campo, se casó varias veces y nunca encontró la felicidad hasta que se mudó a vivir a las montañas

Vive en una cueva hace 20 años

El hombre de 70 asegura que nunca había sido tan feliz. Crédito: Shutterstock

Panta Petrovic es un serbio de 70 años, el cual hace 20 tomó la drástica decisión de dejar toda su vida para iniciar una nueva, alejado de su familia y conocidos, sin comodidades, al interior de una cueva.

A pesar de su edad, Petrovic se siente muy a gusto y es muy feliz viviendo en una cueva que se encuentra en la montaña boscosa Stara Planina, ubicada al sur de Serbia. Solamente se puede acceder a ella caminando por una subida muy empinada. El hombre adaptó una bañera como inodoro, y cuenta con sillas y una cama hecha con heno.

En sus años mozos, este hombre trabajó como peón en el campo, se casó en varias ocasiones sin que pudiera establecer una relación plena y feliz, y fue hace 2 décadas cuando optó darle un giro radical a su vida, pues asegura que ya no se sentía “libre” viviendo en la ciudad.

“Yo no era libre en la ciudad. Siempre hay alguien que está en tu camino. Discutes con tu esposa, con los vecinos o con la policía. Aquí nadie me molesta”, contó el ermitaño en entrevista para la agencia AFP.

Antes de aislarse, Petrovic donó todo el dinero que tenía a la comunidad para financiar la construcción de 3 puentes en el pueblo. “El dinero es una maldición porque echa a perder a las personas. Yo creo que nada corrompe tanto a la gente como el dinero”, señaló.

Y sobre uno de esos puentes, el hombre construyó un enorme y alto palomar al que escala todos los días para dejar migas de pan para las aves.

El anciano suele alimentarse hongos y pescado que obtiene de una quebrada cercana a su cueva y en ocasiones baja a la ciudad más cercana a buscar sobras que las personas dejan a los basureros. Aunque no quería, se vio obligado a hacer esto luego de que una manada de lobos mató a varios animales que tenía. Los pocos que le quedaron los trasladó a una choza que construyó en las afueras del pueblo.

Petrovic comparte su día a día con Mara, una jabalí a la cual encontró hace 8 años, atrapada entre los arbustos. Luego de rescatarla, la adoptó y ahora pesa cerca de 200 kilos. “Ella es todo para mí. La amo y me escucha. No hay dinero que pueda comprar algo así. Es una verdadera mascota”, aseguró el ermitaño.

Se entera de la pandemia un día que bajó de su cueva

Fue justamente en uno de sus descensos a la ciudad semanas atrás para buscar comida cuando se enteró de la pandemia del coronavirus. Sin pensarlo, a pesar de la situación en la que vive, recibe asistencia social, y hace unos días acudió a vacunarse contra el COVID-19.

“El virus no elige, vendrá aquí también, a mi caverna. Quiero recibir las 3 dosis, incluida la adicional. Llamo a todos los ciudadanos a vacunarse, a cada uno de ellos”, sentenció.

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