VIDEO: El inquietante relato de Vaughn Allex, el empleado que permitió la entrada de secuestradores al vuelo 77 el 9/11

Admitió haber sentido culpa por la responsabilidad de la pérdida de aquella tripulación entre la que se encontraban algunos de sus compañeros de trabajo. Hasta 2008 formó parte de American Airlines y pasó a las filas de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA)

Aerial Photo Of The Pentagon

20 años han pasado y aún mantiene el peso por la responsabilidad de los ataques al Pentágono. Crédito: Andy Dunaway | Getty Images

El nombre de Vaughn Allex ha estado relacionado desde los últimos 20 años con los ataques del 11 de septiembre. Fue él quien permitió que dos de los secuestradores involucrados en los ataques terroristas tomaran el vuelo 77, que horas más tarde tendría un fatal destino.

Allex se desempeñaba como agente de boletos de American Airlines en el Aeropuerto Internacional Dulles, en Washington D.C., y desde aquel fatídico día no ha podido olvidar los rostros de la representación del terror que se propagó en el Pentágono, lugar donde chocó la aeronave.

Los hermanos Salem y Nawaf Al-Hazmi parecían perdidos aquel martes. Llegaron tarde, y se acercaron al mostrador donde los esperaba Allex, ya que habían comprado boletos de primera clase con tarifa completa. Luego de volver a reservarlos, el agente se aseguró de que tomaran el vuelo 77, el cual marcaría su vida.

“El registro fue extraño. De los dos que registré, que eran hermanos, uno era un poco brusco y el otro estaba parado un par de pasos detrás de él. Y suena extraño, pero esto es lo que me llamó la atención. Él estaba casi bailando, se movía de un pie a otro, sonreía y miraba a su alrededor, y mi pensamiento fue ‘aquí hay alguien que nunca ha estado en un avión y está emocionado'”, relató Vaughn Allex en una entrevista concedida a ABC News.

Agregó a su relato que los había observado mientras hacía las revisiones pertinentes y no habían respondido a las preguntas de seguridad que pidió que leyeran. Uno de ellos solo sonreía y ‘bailaba’, asegurando que “la imagen que tengo son los dos parados ahí, y que él estuviera ‘bailando’ fue de lo más extraño”. 

Al notar que ninguno de los hermanos pudo responder a las preguntas básicas de seguridad, el agente marcó los dos boletos a modo de prevención.

Una jornada que comenzaría con el martirio de Allex

Después que pasaron directamente a abordar la aeronave, la jornada del día siguiente representó una de las más complicadas en su vida, y el comienzo de una responsabilidad que aún pesa sobre sus hombros, además del duelo personal por haber perdido a compañeros de trabajo por los hechos terroristas.

“Esa noche del 11 de septiembre y la mañana del 12 estaba lidiando como todos los demás con lo que sucedió. Con perder amigos, perder pasajeros, perder a la tripulación. Conocía a toda la tripulación de la cubierta del vuelo y conocía a la tripulación de cabina; trabajé con ellos durante años”, lamentó Allex.

No obstante, a pesar de la dolorosa situación, aún no sabía que estaba directamente involucrado y que el vuelo donde él autorizó a la pareja de hermanos era el que había acabado con todas esas vidas.

“No lo supe hasta media mañana cuando el FBI me hablaba sobre que los dos últimos pasajeros que se registraron en realidad eran dos de los secuestradores. No tenía idea hasta ese momento de que había estado involucrado en esto”, manifestó.

Seguidamente, lo llamaron a la oficina de su jefe y comenzó a revisar la lista de los abordajes y pudo ver los nombres de los hermanos Salem y Nawaf Al-Hazmi. Fue en ese momento cuando se dio cuenta que había permitido el abordaje de esos secuestradores.

“Creo que sabían exactamente a quién buscaban, pero querían que yo mismo llegara a esa conclusión. Y una vez lo hicimos, la conversación se centró estrictamente en estas dos personas. Y el resto es historia”, destacó.

Esta culpa lo persiguió durante años, y aún en 2021 todavía hay cosas que no quisiera discutir. “Me culpo a mí mismo, pensé, ya sabes, si hubiera hecho algo diferente, si no los hubiese dejado entrar, si les habría dicho a los agentes que estos dos tipos llegaban tarde, que tomaran el próximo vuelo; teníamos uno al mediodía. No es gran cosa”, sentenció Allex.

A pesar de lo ocurrido, siguió trabajando para American Airlines hasta 2008. Ahora trabaja para la Administración de Seguridad del Transporte (TSA), y relató que las cosas desde ese punto habían mejorado para él.

“Desde que estoy con ellos, ha sido grandioso. Siento que el trabajo que hacen es muy importante para mantener a todos a salvo. Soy una persona más feliz en TSA, y se lo diré a cualquiera”, señaló.

Durante esta entrevista concedida a ABC News, volvió a recorrer las puertas en las que vio a los secuestradores llegar tarde aquella mañana, recordando lo que fue la punta de lanza de una de las guerras más largas de los últimos años y que terminó el 30 de agosto con el retiro de tropas estadounidenses de Afganistán.

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9/11 Administración de Seguridad del Transporte (TSA) Nueva York
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