Defendamos nuestra salud mental

Expertos dicen que podemos adoptar tácticas y comportamientos para prevenir esos problemas o para limitar sus efectos

Cada persona debe decidir si necesita o no atención con un profesional, un terapeuta. Y si cree que la necesita, no debería dudar ni por un instante en pedirla.

Cada persona debe decidir si necesita o no atención con un profesional, un terapeuta. Y si cree que la necesita, no debería dudar ni por un instante en pedirla.  Crédito: Shutterstock

En columnas recientes les comenté que casi uno de cada cinco latinos o latinas tiene problemas de salud mental, y que la pandemia del COVID 19 está complicando más ese panorama. Les comenté, con valiosas aportaciones de Nayla Lehrfeld, Supervisora Principal de Programa del Instituto de la Familia Puertorriqueña, sobre los tratamientos y medicamentos disponibles.

 Pero hay más, porque los expertos nos dicen que podemos adoptar tácticas y comportamientos para prevenir esos problemas o para limitar sus efectos.

 “Es indudable”, explica Nayla Lehrfeld, “que la pandemia ha tenido como resultado un aumento de la incertidumbre en muchas vidas, además de sufrimientos. Parte de eso se debe al peligro del virus en sí, pero también hay muchos otros agravantes. Por ejemplo, la información que tenemos sobre el virus que nos amenaza, porque cambia constantemente”.

 La pandemia, que en muchos casos mató a familiares y seres queridos, tiene consecuencias sobre ciertas necesidades primordiales que compartimos todos los seres humanos. Como la necesidad de alimentarnos y alimentar a nuestros dependientes, la de contar con refugio o vivienda, y la de tener seguridad para nosotros y nuestros seres seguidos. Y todo eso influye en nuestra salud emocional.

 Cada persona debe decidir, sin prejuicios previos, si necesita o no atención con un profesional, un terapeuta. Y si cree que la necesita, no debería dudar ni por un instante en pedirla. Pero también hay pasos prácticos que podemos dar para reducir el riesgo de esos problemas de salud mental.

 Asimismo, la pandemia nos ha confirmado algo que ya sabían nuestras abuelas y bisabuelas: que las relaciones sociales son muy importantes para la salud emocional. Especial, pero no exclusivamente, las conexiones con otros seres humanos, en particular con familiares y amigos. En lo posible, de manera personal. Y si eso no es posible, en forma virtual.

 “En conjunto, esas prácticas se llaman cuidado emocional”, señala Nayla Lehrfeld. “Se trata de algo similar a la buena alimentación, que es buena para la salud física. Lo más importante para la salud mental es poder dormir unas siete u ocho horas cada noche. Parece muy simple, pero tiene efectos muy positivos. Para combatir o prevenir el stress, conviene hacer ejercicios de respiración profunda, o meditación. Hoy en día hay muchos videos tutoriales sobre estos ejercicios en YouTube o Internet en general”.

  ¿Y las mascotas?

 “Sí”, termina diciendo Nayla Lehrfeld. “Una mascota puede traer mucho alivio y mucha alegría. Y también las plantas. Hay estudios recientes que indican que la terapia con plantas pueden ser beneficiosa para la salud mental”.

Si quieren más información sobre los servicios de salud mental del Instituto de la Familia Puertorriqueña, pueden llamar al (212) 229-6942, o visitar www.prfiorg.com.

 Y para obtener más información sobre la Hispanic Federation, visiten www.hispanicfederation.org

¡Celebremos juntos el 31er aniversario de nuestra organización, y hasta la columna próxima! ¡Cuídense y cuiden a los demás!


Frankie Miranda es el presidente de la Hispanic Federation

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