Atracones de comida: cómo armar una dieta que combata la enfermedad
El trastorno por atracón es una irregularidad alimenticia que surge por la presencia de desequilibrios emocionales y psicológicos. Las personas que los presentan suelen experimentar una falta de control que los lleva a ingerir una gran cantidad de alimentos en periodos muy cortos de tiempo y es por ello que parte indispensable del tratamiento radica en la dieta
Los atracones de comida forman parte de los trastornos alimenticios más populares y recurrentes en la sociedad actual. Se trata de una condición en la que una persona acostumbra consumir frecuentemente cantidades extraordinarias de alimentos durante una comida. Debido a las excesivas cantidades, el sentimiento general es que el comportamiento alimentario está fuera de control. Lo cierto es que los atracones se relacionan con diversas causas, que no se deben necesariamente a una enfermedad subyacente como es el caso de comer demasiado durante las celebraciones o consumir muchas calorías para prepararse para un evento atlético. Se relacionan directamente con una ansiedad desmesurada por comer y son episodios que deterioran la salud a nivel físico, mental y emocional. Con base en ello recopilamos algunas recomendaciones dietéticas para combatir con mucha nutrición esta enfermedad.
Los atracones de hambre suelen presentarse con una sensación intensa de hambre, que normalmente esconde síntomas asociados con afecciones emocionales mal manejadas. Muchas personas con este padecimiento suelen tener pensamientos de frustración, depresión, altos niveles de estrés, ansiedad y sienten que la mejor manera de alejarse del dolor es comiendo.
De acuerdo con la doctora Lorna Richards, quien es psiquiatra consultora especializada en trastornos alimentarios en adultos en el Centro de rehabilitación Priory’s Life Works en Woking: el trastorno por atracón es una enfermedad mental grave y uno de los trastornos alimentarios más comunes, que representa el 22% de los casos conocidos. El síntoma clave es comer, de una manera que se siente fuera de control o compulsiva, una cantidad objetivamente excesiva de comida en un corto período de tiempo.
Al tratarse de episodios muy angustiantes es normal que vengan acompañados de sentimientos de culpa, vergüenza y disgusto. Por esta razón, las personas a menudo mantienen en secreto sus dificultades y les resulta difícil pedir ayuda. Además, se sabe que las personas con baja autoestima son las más vulnerables, mientras que la restricción dietética puede desencadenarla o exacerbarla. También puede desarrollarse como una forma de controlar o adormecer las emociones difíciles y convertirse en una forma habitual de afrontarlas.
Según Richards, muchos pacientes además tienen sobrepeso u obesidad, lo cual puede tener un impacto negativo en la salud física y mental. Es por ello que el tratamiento para el trastorno por atracón consiste en una terapia psicológica especializada y en algunos casos los medicamentos antidepresivos también pueden ser útiles. Además, una parte importante se enfoca en el tipo de dieta que deberán seguir estos pacientes y es por ello que durante los últimos años han salido a la luz algunas pautas creadas por especialistas.
¿Cómo armar una dieta adecuada para el trastorno por atracón?
Lo primero que tenemos que decir, es que cuando se padece cualquier tipo de trastorno por atracón ya sea leve, moderado o grave (lo cual se define por el número de episodios semanales): es indispensable contar con el apoyo de profesionales en diversos ámbitos. Sobre el tratamiento nutricional, se sabe que deberá tener como objetivos principales:
– Disminuir la frecuencia de atracones, con el objetivo de prevenir o detener la ganancia de peso y promover la pérdida de peso gradual y sostenida. Esto se logrará mediante la modificación de hábitos de alimentación y actividad física, que serán muy importantes para promover un buen estado de salud y mejorar la calidad de vida de las personas con esta afección.
– Todos los tratamientos deben ser individuales y estos deberán contemplar información como el peso corporal inicial, el gasto energético (obtenido por calorimetría) y con base en ello se podrán calcular los requerimientos específicos de cada persona. Además, individualizar no solo es una manera de tener un estricto control calórico; es indispensable para considerar gustos, preferencias, historial médico y dietético de cada paciente. Todos estos aspectos facilitan la recuperación.
– Para elaborar el plan de alimentación se recomienda un aporte energético del 100% del requerimiento de energía, con el fin de prevenir atracones y evitar la ganancia de peso. La distribución de macro nutrientes debe ser del 50-60% del aporte energético total a partir de hidratos de carbono, del 20-30% de lípidos, y del 15-20% de proteínas. Para asegurar un aporte proteico adecuado, se debe de calcular 0.8 g de proteína por kilogramo de peso. También se debe garantizar un aporte adecuado de micro nutrimentos.
– Sobre el tipo de alimentos recomendados, es importante apostar por aquellos que brillen por su contenido en nutrientes esenciales y evitar a toda costa los procesados. Estos suelen ser altamente calóricos, además de contener muchas grasas, azúcares, sodio y conservadores. Los expertos recomiendan la ingesta de alimentos naturales como las frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas, proteínas de alto valor biológico, especias medicinales, grasas saludables y abundantes líquidos.
– La alimentación deberá estructurarse y ordenarse con horarios definidos fraccionándola en 5 tomas: desayuno, colación media mañana, comida, colación media tarde y cena. Es importante fijar horarios de acuerdo con la rutina de cada persona y sobre todo crearse el hábito de respetarlos, es una buena manera de evitar ansiedad por comer de más y de crear hábitos saludables.
– Es importante ser cautelosos con las porciones, es mejor considerar pequeñas porciones de alimentos 5 veces al día que comer en grandes cantidades dos veces al día. Si bien es cierto que las porciones resultan todo un reto para las personas con trastorno por atracones, como parte de la estrategia de 5 comidas al día es posible un buen manejo de cantidades. Poco a poco la cautela y moderación se volverán un sentimiento más familiar.
Como parte del seguimiento médico es importante el monitoreo de indicadores antropométricos, bioquímicos, clínicos, dietéticos y de estilo de vida evaluados inicialmente. Después de normalizar peso y composición corporal, la intervención nutricia debe de proseguir para promover mantenimiento y profundizar en la adquisición de hábitos alimentarios saludables. Esta estrategia en conjunto con la terapia y la actividad física, son aspectos que prevendrán futuras recaídas y garantizarán un buen pronóstico de recuperación.
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