Editorial: Un año de Joe Biden

El gobierno puede y debe mejorar su ofensiva contra el coronavirus

El presidente Joe Biden cumplió un año de gestión.

El presidente Joe Biden cumplió un año de gestión. Crédito: EFE

Al cumplirse un año del gobierno de Joe Biden, es importante que señalemos sus logros y fallas para poder enunciar nuestras expectativas para el próximo. 

Es innegable la gravedad objetiva de los problemas que enfrenta el presidente.  

La pandemia del COVID-19 ha contagiado a 67 millones  de estadounidenses y matado a casi un millón. 

La economía prácticamente se  detuvo y aún no sale del atolladero. Especialmente preocupan los aumentos de precios causados por la inflación, proceso que golpea especialmente a los que menos tienen. 

La democracia corre un serio peligro y el país está dividido en bandos hostiles.  

Estados Unidos pierde su liderazgo en el mundo, después de la caótica retirada de Afganistán, que de por sí fue un paso inevitable ya iniciado por su predecesor. 

En el Congreso el presidente careció de una mayoría que le permita llevar a cabo su agenda. Trágicamente, en parte por la oposición de una minoría dentro de su propio partido. 

En la Suprema Corte la mayoría conservadora es militante y podría eliminar los logros de las últimas décadas en materia de derechos humanos. 

Cada una de estas crisis es lo suficientemente seria como para caracterizar esta era como excepcional. Cuando son simultáneas su superación es casi imposible. 

Sin embargo, el presidente devolvió a la Casa Blanca el sentido de normalidad y dignidad que perdió durante los años de Trump.Con él regresaron la competencia básica y la disciplina. Más de 207 millones de estadounidenses están completamente vacunados. 

Y si bien muchos de los más ambiciosos programas hechos públicos durante la campaña electoral no han avanzado, el país está mucho mejor que hace un año, cuando ineptitud, corrupción, narcisismo, crueldad y extremismo nos llevaron al borde del desastre. 

Para 2022, año electoral, el gobierno puede y debe mejorar su ofensiva contra el coronavirus, especialmente logrando que se vacunen los que hasta ahora se han rehusado. Debe contener la inflación, hoy del 7%, la peor en 40 años,  y compensar a los trabajadores y los pobres por la pérdida de su poder adquisitivo.  

Biden reaccionó poco y tarde a la ofensiva de los estados republicanos para hacer más difícil la votación y controlar sus resultados. Los intentos de legislar leyes federales que codificarían las protecciones nacionales para los derechos de voto hasta ahora han fracasado. Es crucial su aprobación para que sigamos siendo una democracia. 

Finalmente, para la comunidad latina se destaca por su ausencia un plan migratorio que corresponda a sus promesas electorales y la continuación de las prácticas discriminatorias en la frontera. Biden simplemente debe cumplir esas promesas hechas a la comunidad. 

Estas son las principales tareas y confiamos en que el presidente acelerará sus esfuerzos para llevarlas a cabo. Que así sea, para el bien de toda la nación. 

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