Hombre se aísla y deja de usar celular e internet por 3 meses; se la pasó entre el pánico y la calma

El experimento de desintoxicación digital del escritor Johann Hari fue mucho más difícil de lo que pensó, pero tuvo su recompensa

Redes sociales

Cada vez son más las redes sociales disponibles para usuarios de internet. Crédito: KIRILL KUDRYAV | AFP / Getty Images

Extraño y con pánico, así se sintió un autor británico Johann Hari que permaneció tres meses sin acceso a internet para poder contar su historia en el libro “Stolen Focus: Why You Can’t Pay Attention — and How to Think Deeply Again” (Crown), que estará disponible a partir del 25 de enero.

En el verano del 2018, Hari decidió iniciar su experimento y acudió a una tienda Target en Boston, Massachusetts, con la intención de buscar un celular que no tuviera acceso a internet.

El empleado, que reaccionó con ingenuidad, dijo que lo más que podía ofrecerle era uno con internet súper lento.

El trabajador no fue el único que manifestó sorpresa, todos los amigos de Hari tampoco parecían procesar lo que estaba cuadrando.

Pero el autor no cesó en su plan y rentó una pequeño espacio en Provincetown. Hari no tenía pareja ni hijos en ese momento, y tampoco un trabajo a tiempo completo, lo que facilitó la ejecución del experimento.

Un amigo le prestó una computadora sin conectividad a red inalámbrica o Wi-Fi, por si se levantaba a las 3 a.m. e intentaba conectarse, no pudiera.

La primera semana, Hari se sentía en una “niebla de descompresión”, según cita el New York Post del libro.

El británico se dedicaba a sentarse en cafés y leer libros. En momentos se concentraba en sus propios pensamientos, y en otras instancias conversaba con extraños.

Pánico, extrañeza y calma al mismo tiempo

A pesar de la sensación de extrañeza, sentía una calma que no había sentido en años.

Hari escribió que era como si su teléfono o laptop estuvieran gritando como niños con cólicos, y ahora, una “babysitter” cuidaba de los críos, por lo que los gritos y el vómito desaparecían.

Al mismo tiempo, el escritor experimentó pánico al pensar en cuántos correos o mensajes de texto importantes estaría ignorando o cuántos temas “trending” estaría perdiendo de vista.

Hubo días en los que el investigador instintivamente se metía la mano al bolsillo como si fuera a agarrar el aparato.

Un reporte del 2021 de Pew Research arrojó que un 31% de los adultos en Estados Unidos están conectados a internet o en línea casi constantemente. En el 2015, la estadística era de 21%.

Según los datos que maneja Hari del profesor Martin Hilbert, de la Universidad del Sur de California, si tú añades toda la información disponible para un ser humano promedio dividido en televisión, radio y lectura, para el 1986 era equivalente a 40 periódicos cada día. Para el 2007, ese número aumentó a 174 periódicos al día, y, cada 2.5 años, esa cifra prácticamente se duplica.

Bajo ese cálculo, el nivel de información al que tenemos acceso hoy día es equivalente a 700 periódicos al día.

“Es demasiada información para que cualquier cerebro biológico lo consuma”, indicó Hilbert a The New York Post.

En contraste, la cantidad de tiempo que un estadounidense invierte en leer por placer un libro cayó de 28 a 16 minutos al día entre el 2003 y el 2018, según estadísticas de un estudio del American Academy of Arts and Sciences.

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