Exempleada de Yale admite que robó $40 millones de dólares en productos electrónicos de la universidad

Durante casi una década, una trabajadora de una de las universidades de mayor prestigio del país robó millones de dólares en computadoras y iPads. Esto ocurrió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.

La exadministradora de Yale, Jamie Petrone, de 42 años, se declaró culpable el lunes en un tribunal federal de la ciudad de Hartford, Connecticut, de dos cargos de fraude electrónico y un delito fiscal por su participación en el complot.

La serie de robos de Petrone comenzó en 2013 y continuó hasta bien entrado el año 2021 mientras trabajaba en la universidad, según informó la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito de Connecticut, de acuerdo con NPR.

Hasta hace poco, el cargo de la mujer era el de directora de finanzas y administración del Departamento de Medicina de Emergencia de Yale. Como parte de este trabajo, Petrone tenía la autoridad para realizar y autorizar ciertas compras para el departamento, siempre que el monto fuera inferior a $10,000 dólares.

A partir de 2013, Petrone comenzó a ordenar, o también le pedía a un miembro de su personal, computadoras y otros artículos electrónicos, que sumaron un total de miles de artículos a lo largo de los años.

Estos los pedía a proveedores de Yale utilizando el dinero de la Escuela de Medicina de Yale. Luego se encargaba de enviar el hardware robado, cuyo costo ascendió a millones de dólares, a una empresa en Nueva York, a cambio de dinero una vez que se revendieran los dispositivos electrónicos.

Esas compras incluyeron iPads y máquinas Microsoft Surface Pros.

Los investigadores dijeron que Petrone informó en documentos a la escuela que el equipo era para necesidades específicas de la universidad, como estudios de medicina, los cuales no existían.

Ella dividía las compras fraudulentas en pedidos inferiores a $10,000 dólares cada uno para no tener que obtener aprobación adicional de los funcionarios de la escuela.

Petrone envió este equipo ella misma al negocio que se encargaría de revenderlo. Más tarde la empresa le pagaba a Petrone transfiriendo fondos a una cuenta de Maziv Entertainment LLC, una empresa que ella creó.

Petrone usó el dinero para darse una gran vida, pues compraba bienes raíces y viajaba. También compró autos de lujo. En el momento de su declaración de culpabilidad, estaba en posesión de dos vehículos Mercedes-Benz, dos Cadillac Escalades, un Dodge Charger y un Range Rover.

En junio de 2020, el alto volumen de pedidos de equipos electrónicos llamó la atención de la Universidad de Yale, asunto que fue explicado por Petrone, quien dijo que su departamento simplemente estaba actualizando su equipo informático.

Su esquema de robo continuó con éxito hasta agosto de 2021, cuando los funcionarios de Yale recibieron un aviso anónimo de que Petrone estaba ordenando volúmenes sospechosamente altos de equipos informáticos.

Ese mes, los auditores de Yale investigaron las órdenes de compra de Petrone y sus correos electrónicos, y finalmente entregaron sus hallazgos a las fuerzas de la ley.

En el momento de su declaración de culpabilidad, accedió a renunciar a los vehículos de lujo, así como a tres casas en Connecticut. Una propiedad que posee en Georgia también podría ser incautada.

Petrone también acordó confiscar más de $560,000 dólares que se incautaron de la cuenta bancaria de Maziv Entertainment LLC.

Los fiscales federales dicen que la pérdida de la Universidad de Yale suma aproximadamente $40,504,200 millones de dólares.

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