Editorial: Por una receta más asequible

Una propuesta legslativa apunta a la importación de medicamentos de Canadá, donde son más baratos, así como modificaciones al sistema Medicare para que pueda negociar directamente los precios

Medicamentos básicos para el hogar.

Los precios de los medicamentos han subido mucho en Estados Unidos. Crédito: Shutterstock

Inaudito. Sencillamente no hay otra palabra para calificar el hecho de que durante la pandemia la industria farmacéutica haya aumentado el precio de más de 860 medicamentos recetados. Cinco de las compañías más grandes de esta industria en el país obtuvieron casi $45,000 millones en ganancias por la crisis de salud que desató el Covid-19.

Con una atención médica que ya de por sí es demasiado onerosa, sumarle al paciente otra preocupación a la hora de retirar su receta es injusto.

Los jubilados, las personas de bajos o medios ingresos están pasando por una situación financiera muy difícil por los efectos de la inflación. No podemos añadir otro dolor de cabeza que va en detrimento de su bienestar.

Estados Unidos es uno de los países del mundo desarrollado con los precios más altos en los medicamentos. Encuesta tras encuesta muestran el clamor de la población por bajar estos costos, expandir el Medicare y apoyar días pagados por enfermedad.

Es por eso que recibimos con beneplácito la propuesta que presentó esta semana la senadora federal Kirsten Gillibrand para poner freno a un problema que cada vez resulta más angustiante para nuestra gente. La legisladora esbozó un plan que sugiere la importación de medicamentos de Canadá, donde son más baratos, así como modificaciones al sistema Medicare para que pueda negociar directamente los precios.

Ya es hora de poner a la gente primero. Estas no son políticas “socialistas” como muchos republicanos quieren pintar. Son medidas de sentido común. Hay muchas personas que hoy en día se debaten entre comprar una receta o la comida. Entre suspender un tratamiento o pagar el alquiler.

Y es que según las propias palabras de la senadora neoyorquina “el costo anual promedio de la terapia para medicamentos especializados ampliamente utilizados fue de más de $84,000. Esto es casi tres veces el ingreso medio de las personas con Medicare y más de cuatro veces y media el beneficio de jubilación promedio del Seguro Social”.

Según un informe de AARP, los precios de los medicamentos de marca han crecido más rápido que la inflación general durante más de una década, lo que ha provocado que un número cada vez mayor de pacientes se quede sin los remedios necesarios. 

Pero especialmente, los beneficiarios de Medicare, quienes toman un promedio de cuatro a cinco medicamentos recetados cada mes y tienen un ingreso anual promedio de poco menos de $30,000- son quienes llevan la peor parte si contamos todas las otras necesidades que necesitan cubrir para su diario vivir.

Por eso la propuesta legislativa apunta a la ampliación de los subsidios para que los adultos mayores puedan cubrir las primas mensuales y gastos de fármacos recetados. 

El proyecto de ley también apunta a la revisión del aumento de precios de marca para igualarlos a lo que cuestan en Canadá, el Reino Unido, Francia, Alemania y Japón.

Los congresistas de ambos partidos tienen que comprender que las familias estadounidenses simplemente no pueden darse el lujo de seguir pagando tanto por los medicamentos. Es hora de que el Congreso haga algo al respecto.

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