Por qué sabe raro el agua del vaso que dejaste durante toda la noche y cómo evitarlo

El agua en un vaso o jarra que dejas en tu mesita de noche puede llegar a tener un sabor raro o rancio; también puede contaminarse, incluso si se encuentra cubierta. Te decimos por qué y cómo evitarlo

Mujer bebiendo agua en la cama

El sabor raro en el agua puede indicar que algo ha cambiado en el agua que dejaste reposar en la mesita de noche. Crédito: Olesia Bilkei | Shutterstock

Es común que las personas tengan una jarra o un vaso con agua en su mesita de noche para hidratarse si sienten sed, tomar medicamentos o para beber por la mañana. Hay ocasiones en las que el agua puede tener un sabor raro.

El sabor raro, amargo o rancio es una de las señales que pueden estarte indicando que algo ha cambiado en el agua que dejaste reposar. El sabor rancio en el agua que reposó por largo tiempo pudo haberse desarrollado por compuestos ácidos.

“Cuando el agua del grifo se asienta durante la noche, se expone al aire, lo que permite que el dióxido de carbono, que está presente en el aire, se disuelva en el agua”, explica la Dra. Kelly Johnson-Arbor a través de Well and Good.

Cuanto más tiempo reposa el agua a la intemperie, más compuestos ácidos se desarrollan y cambian el sabor de la bebida.

“Cuando hay un exceso de dióxido de carbono en el agua potable, saboreamos más ácido carbónico, ya que el dióxido de carbono se convierte en ácido carbónico…”, agrega Johnson-Arbor.

El sabor desagradable ocasionado por el exceso de dióxido de carbono puede ser desagradable, no resulta peligroso para la salud.

El dióxido de carbono está presente en varias bebidas populares como el agua carbonatada, los refrescos y la cerveza. Sin embargo, en exceso, el dióxido de carbono puede afectar el sabor negativamente.

El agua puede contaminarse aun cuando la botella está cerrada

Es evidente que dejar un vaso o jarra al descubierto expone el agua al polvo e insectos. Sin embargo, el agua que se deja reposar durante largos periodos de tiempo también puede contaminarse con bacterias aun cuando la jarra o botella está cerrada.

Cuando ponemos la boca en la botella en la botella, se transfieren el sudor, polvo, células de piel e incluso restos de secreción nasal. La saliva también transporta bacterias. “Si se deja incubar durante horas, eso podría contaminar el agua y enfermarte al reintroducir esa bacteria”, dice en Reader’s Digest el Dr. Marc Leavey, especialista de atención primaria en Mercy Medical Center en Massachusetts.

Para evitar malos sabores en el agua y reducir la contaminación. Es recomendable poner una tapa al recipiente o usar una botella de agua cerrada; reemplazar el agua periódicamente y lavar los recipientes a diario; y evitar acercar la boca a la botella, en lugar de ello, servir en un vaso.

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