La generación perdida de América Latina

Si los políticos vieran como inversión futura a estas familias de inmigrantes, ahí tendrían un buen puñado de votos

Fotografía de un grupo de migrantes a su llegada a Nueva York tras ser enviados por el Gobierno de Texas.

Fotografía de un grupo de migrantes a su llegada a Nueva York tras ser enviados por el Gobierno de Texas. Crédito: Javier Otazu | EFE

La tragedia de América Latina podría ser una fortuna para los Estados Unidos, si salimos bien librados de la crisis humanitaria como la que vivimos en New York por la llegada masiva de solicitantes de asilo.

Los países del sur padecen la estampida de posibles “cerebros fugados” o gente del común que podría convertirse en pérdida del recurso humano que es el principal capital del desarrollo y crecimiento de un país.

Esa consecuencia no intencional de la emigración parece una bendición para países como México que logra así incrementar la llegada de divisas con las remesas, pero hay presión local aquí por estos indocumentados que necesitan del sistema educativo estadounidense para convertirse en futuros genios, inventores, desarrolladores de patentes, o de tecnología y convertirse en los maestros, doctores o científicos forjadores del futuro que cualquier país envidiaría.

Sin saberlo, ellos están en medio del fuego cruzado por el debate político ante las elecciones de mitaca, el próximo 8 de noviembre, cuando Republicanos y Demócratas se disputan el Control del Congreso.  Escuchamos esta semana a la vicepresidenta Kamala Harris invitando a votar para ganar más escaños en el Senado de la nación y Nancy Pelosi muy sonriente en The Late Show de Steven Colbert recordaba como la sentencia de la Corte Suprema sobre el aborto convirtió el tema en caballito de batalla electoral para ampliar su mayoría legislativa; pero a nadie se le ha ocurrido que en esta crisis hay una oportunidad para ambos partidos.

Si los políticos vieran como inversión futura a estas familias de inmigrantes, ahí tendrían un buen puñado de votos que haría la diferencia en los comicios, pues según reporte de Pew Research Center, publicado por El Diario, más del 70% de los hispanos cree que los demócratas sí trabajan para intentar conquistar el voto hispano, mientras ven cómo los recién llegados son expulsados por los gobernadores republicanos de estados como Texas o Arizona.

Ellos bien podrían ser los votantes futuros si les ofrece soluciones para quedarse, aunque sea en el invierno, bajo las carpas de Randall ‘s Island.

Ni ellos ni los candidatos saben la magnitud de su poder como la próxima fuerza laboral y electoral, pues si los acogemos aprenderían el idioma, las costumbres y se educarían para ser los ejecutivos del mañana.

Pero primero deben enfrentar el reto de acomodarse a su nuevo hogar para ser los nuevos americanos que trabajan por la recuperación económica tras la pandemia. Ahí está la apuesta del futuro.

Sofía Villa es la autora y escribe esta columna a título personal. Sus opiniones no representan a Televisa-Univision Inc. donde trabaja como Writer/Producer.

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain