Grupos empresariales anticipan escasez de productos y aumento de precios en EE.UU. ante amenaza de paro general en industria ferroviaria por tranque con sindicatos

Más de 400 grupos empresariales alertaron a los líderes del Congreso de Estados Unidos que una huelga ferroviaria a partir de la próxima semana podría causar un caos económico que se sumaría a los prolongados efectos de la inflación.

En una carta encabezada por la Cámara de Comercio y dirigida a los principales legisladores en Washington D.C. como la portavoz cameral demócrata, Nancy Pelosi; el segundo en mando en ese cuerpo, Kevin McCarthy; el principal líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer; y el de la minoría en el mismo organismo, Mitch McConnell, los suscribientes pidieron acción congresional para evitar una debacle mayor.

“Nadie gana cuando los ferrocarriles dejen de funcionar”, plantean las organizaciones en la misiva de este lunes que citan medios como CNN.

Entre los 449 grupos empresariales se encuentran Aluminum Association, Beer Institute, US Apple Association y  Window & Door Manufacturers Association.

A juicio de los solicitantes, el asunto es de grave urgencia, ya que incluso un paro laboral de corta duración podría causar efectos mayores. Aunque la expectativa es que las partes (uniones y los ferrocarriles de carga) lleguen a un acuerdo voluntario, las entidades advirtieron al Congreso que deben prepararse para lo peor.

“Ausencia de un acuerdo voluntario, nosotros les pedimos que tomen pasos inmediatos para prevenir una huelga nacional de ferrocarriles y la destrucción económica que provocaría”, plantean en la carta.

Desde 1926, el Congreso ha intervenido en 18 ocasiones en las negociaciones laborales cuando el comercio interestatal se ve amenazado.

Las autoridades en la capital federal tienen el poder de imponer un contrato para ambas partes o extender el periodo de reflexión en la negociación.

Esto prevendría interrupciones en el transporte bajo la Ley Laboral Ferroviaria del referido año.

El principal reclamo de los trabajadores está relacionado con las reglas de días libres.

Si lo anterior no se resuelve pronto, para el 5 de diciembre se podrían empezar a sentir los efectos del tranque; mientras que para el 9, los trabajadores podrían paralizar sus labores a nivel general.  La situación se traduciría en escasez de suministros, aumento en precios y la pausa en la producción en fábricas.

Adicional, afectaría los  servicios de transporte ferroviarios para más de  siete millones de viajeros al día, y el traslado de unos  6,300 cargamentos de comida y productos agrícolas, entre otros, al día.

 Este martes, el presidente Joe Biden se hizo eco del llamado de los grupos de comerciantes.

En una reunión en la Casa Blanca con los líderes demócratas y republicanos del Congreso, Biden indicó que huelga podría poner “en peligro” la economía de Estados Unidos. “Hay mucho que hacer, incluyendo resolver la huelga de ferrocarriles. El Congreso debe actuar. No será fácil, pero creo que tenemos que hacerlo. La economía podría estar en peligro”, aseveró el mandatario rodeado de los líderes legislativos.

No es la primera vez que Biden interviene este año en las negociaciones entre la industria ferroviaria y los sindicatos.

Con la ayuda del Gobierno federal, las dos partes alcanzaron en septiembre un acuerdo tentativo que establecía una subida de salarios del 24 % para los trabajadores, así como disposiciones para acudir a citas médicas y responder a emergencias familiares sin ser penalizados.

Los trabajadores de ocho sindicatos del sector ferroviario votaron a favor de ese acuerdo, pero otros cuatro, no. Estos últimos amenazaron con convocar un paro a partir del 9 de diciembre.

La propuesta de Biden es que el Congreso apruebe una ley para imponer el acuerdo tentativo que se alcanzó en septiembre.

Pelosi ya anunció anoche en un comunicado anoche que someterá a voto en esa cámara un proyecto de ley a esos fines.