Restaurantes latinos y el uso de las Apps

Los establecimientos de los vecindarios deben poder elegir si quieren pagar por los servicios de marketing de las aplicaciones de entrega

La mayoría de los restaurantes todavía tratan de recuperarse de los efectos devastadores de la pandemia.

La mayoría de los restaurantes todavía tratan de recuperarse de los efectos devastadores de la pandemia. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

Sabemos que la pandemia afectó gravemente a la industria gastronómica. Los más afectados tienden a ser restaurantes pequeños, independientes y propiedad de minorías.

Como Gerente General de la Asociación de Restaurantes Latinos, también sé que, a veces, muchos propietarios de restaurantes latinos están a un costo inesperado de perder su negocio. Es por eso que debemos expresar nuestro firme apoyo a un proyecto de ley del Ayuntamiento de Nueva York que proporcionaría más flexibilidad a la forma en que los restaurantes que utilizan plataformas de aplicaciones de entrega puedan elegir los servicios de comercialización, mientras se mantiene la protección crítica para los cargos de entrega al mismo tiempo.

Nueva York y otras ciudades impusieron estas normativas, conocidas como “topes de tarifas”, al principio de la pandemia como una medida de emergencia, a fin de evitar la especulación con los precios. Sin embargo, con el tiempo han provocado un aumento de los costos para el consumidor, lo que se traduce en menos clientes y pérdidas de negocio para los restaurantes.

Por eso, todas las demás grandes ciudades que tenían leyes similares (incluida San Francisco) han introducido desde entonces revisiones de sentido común para evitar estas consecuencias imprevistas y permitir una mayor oferta de restaurantes.

Los servicios de entrega en las comunidades latinas han ayudado a mantener abiertos los restaurantes; los que utilizan aplicaciones de entrega tienen muchas más probabilidades de seguir activos que los que no.

Más allá de la entrega de comidas, estas aplicaciones también son motores de promoción para los pequeños restaurantes, porque les da herramientas como el marketing en páginas web y búsquedas, programas de fidelización y otras promociones para llegar a nuevos clientes. Los restaurantes pequeños no pueden permitirse la publicidad tradicional que las grandes cadenas pagan con sus presupuestos de marketing de cientos de millones. En vez de ello, los restaurantes independientes recurren a aplicaciones de entrega, cuyos servicios son más personalizados y económicos.

No obstante, los grandes restaurantes no necesitan estas opciones; estos se anuncian en todas partes y no dependen de la entrega como fuente crucial de ingresos.

Muchos de ellos se oponen a este importante cambio, ya que la ley actual solo perjudica a los restaurantes pequeños.

Mientras tanto, las comisiones mantienen la entrega de comida a domicilio asequible, al tiempo que proporcionan una retribución justa a los conductores, que merecen mejores salarios. Al limitar lo que los restaurantes deciden comercializar, la ley actual rompe un delicado equilibrio: la carga restante de las comisiones recae injustamente en los consumidores, lo que los lleva a reducir sus propinas, que a su vez perjudica a los repartidores.

Los restaurantes de los vecindarios deben poder elegir si quieren pagar por los servicios de marketing de las aplicaciones de entrega. Esta enmienda permitirá modificar la ley para preservar el límite de la comisión de entrega y dar estas opciones a los restaurantes. Esto restablecería cierta equidad y beneficiaría a las comunidades que todos queremos que prosperen.

Lilly Rocha es la CEO de la Asociación de Restaurantes Latinos.

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