Venganza familiar en Nueva York: pandillero mató al hombre que “asesinó” a su gemelo

Un líder pandillero fue declarado culpable de matar al joven Sean Peart (22) en venganza por el supuesto asesinato de su hermano gemelo en Brooklyn (NYC). Pero los fiscales dicen que la víctima no había cometido ese homicidio

Marvin "Mukk" Pippins.

Marvin "Mukk" Pippins.  Crédito: U.S. Attorney's Office | Cortesía

Marvin “Mukk” Pippins, líder pandillero de 32 años, fue declarado culpable de matar al joven Sean Peart (22) en venganza por el supuesto asesinato de su hermano gemelo en Brooklyn (NYC).

Aunque la defensa alegó que el crimen de Pippins fue para vengar al hermano gemelo y no para promover los intereses de su pandilla “5-9 Brims”, un jurado federal lo declaró ayer culpable de asesinato en ayuda del crimen organizado.

Pippins ejecutó a Peart, miembro de la pandilla rival “Real Ryte”, cuando estaba sentado en un automóvil en Dean St. cerca de Schenectady Ave el 19 de diciembre de 2015. El asesino le disparó seis veces a la víctima, que estaba sentada desarmada y con un pie enyesado en el asiento del conductor, según los fiscales.

Los abogados de Pippins argumentaron que él creía que Peart había matado a su hermano Melvin Pippins, entonces de 25 años, en un tiroteo desde un vehículo en Brooklyn dos meses antes. Pero los fiscales federales señalaron que Peart estaba en California la semana que mataron al hermano de Pippins y que no pudo haber cometido ese homicidio.

El asesinato de Peart por parte de Pippins fue “personal y completamente ajeno de alguna manera a los 5-9 Brims”, dijo su abogado Richard Levitt al jurado en su alegato final el miércoles. Pippins testificó en el juicio de dos semanas en su propia defensa, acotó Daily News.

“El acusado decidió admitir que mató a Sean Peart. La evidencia no le dejaba muchas opciones. Pero el hecho de que lo admitiera no lo hace menos escalofriante, menos despiadado o menos criminal”, dijo la fiscal federal adjunta Lindsey Oken en su alegato final.

Los federales describieron a Pippins como un miembro poderoso en la pandilla: carecía de una posición formal pero tenía el poder de dar luz verde a quien ingresaba. Agregaron que como parte del grupo participó en fraudes, tráfico de drogas, cocinando crack y otros actos de violencia.

Tenía una reputación de violencia que mantener y se ganó el elogio de uno de los superiores de su pandilla por su habilidad como “pistolero”, dijo Oken. La jueza Pamela Chen aún no ha fijado una fecha para la sentencia.

En esta nota

Brooklyn Violencia armada
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain