Grito neoyorquino por protecciones laborales y mejoras salariales a toda la clase trabajadora

Más de 1,000 trabajadores, mayormente inmigrantes, se tomaron este 1 de Mayo el Washington Square Park y calles de Manhattan para exigir a los gobiernos local y estatal seguro de desempleo para todos, aumento de sueldos, despenalización del trabajo sexual y acabar con despidos injustificados

Gino Murillo, trabajador de la construcción

Gino Murillo, trabajador de la construcción Crédito: Edwin Martīnez | Impremedia

En el calendario oficial de Estados Unidos el 1 de Mayo no es una fecha destacada. Pero para miles de trabajadores neoyorquinos que se ganan la vida en todo tipo de industrias, como la construcción, el cuidado de ancianos, limpieza, restaurantes, trabajo doméstico, venta ambulante, trabajo sexual, y labores independientes, este lunes fue un motivo para levantar la voz. La jornada de protesta ocurre cuando Albany está terminando de definir el presupuesto estatal del año fiscal 2024, donde beneficios de la clase trabajadora han sido puestos una vez más en el tintero.

Con todo tipo de arengas y pancartas, en las que resonaban frases como “No más excluidos”, “seguro de desempleo para todos”, “trabajos seguros“, “menos despidos injustos“, “no más esclavitud laboral” y “mejores salarios“, manifestantes provenientes de todos los rincones de la Gran Manzana se tomaron el parque Washington Square para exigir la aprobación de leyes estatales y municipales que otorguen protecciones básicas a sus labores.

La meta es que, entre otras exigencias, se apruebe un aumento significativo del salario mínimo, un programa permanente para acceso al seguro de desempleo de los trabajadores excluidos, fin del trabajo penitenciario forzoso, aprobación y despenalización del trabajo sexual y mejoras a condiciones laborales.

Así lo manifestaron líderes comunitarios como Ángeles Solís, de la organización Make the Road New York, quien advirtió la urgencia de que se dé vía libre a normativas que garanticen que los trabajadores neoyorquinos puedan ser tratados con respeto y dignidad, sin importar su estatus migratorio ni el tipo de labor que desempeñen.

“Hoy, defendemos a los trabajadores que han sido excluidos sistemáticamente de las protecciones laborales esenciales. Mientras celebramos el Primero de Mayo, hay cientos de miles de trabajadores en todo Nueva York a los que no se les paga un salario digno y no pueden acceder al apoyo básico de la red de seguridad”, aseguró la activista, quien destacó el rol que cumplieron miles de trabajadores esenciales en los peores días de la pandemia, a los que luego se les dio la espalda. “Aplaudimos a los trabajadores esenciales durante la pandemia, pero nuestros líderes continúan dejando que los mismos trabajadores se las arreglen solos. No podemos tener un movimiento laboral real si estamos dejando a los trabajadores atrás”.

La concejal de Queens, Tiffany Cabán, también formó parte de la multitudinaria manifestación, que se tomó varias calles de Manhattan, y exhortó a los legisladores municipales y de Albany a que no se hagan de oídos sordos con las exigencias de los trabajadores y velen por sus derechos y no los de los millonarios.

Más de 1,000 trabajadores, mayormente inmigrantes, se tomaron este 1 de Mayo el Washington Square Park y calles de Manhattan. / Edwin Martínez
Crédito: Edwin Martīnez | Impremedia

“El trabajo del Gobierno es apoyar a los trabajadores y mejorar sus condiciones. A nosotros nos eligieron para eso, punto, y tienen que entender que estamos en medio de una revolución de los trabajadores”, aseguró la política demócrata, quien está promoviendo una ley para que se acaben los despidos sin justa causa.

Tenemos que velar por los excluidos, por los trabajadores encarcelados que salen de prisión, por las trabajadoras sexuales, por los trabajadores indocumentados, y hacer que la ley proteja el derecho básico de que un empleador no pueda despedir a un trabajador sin justificación”, dijo Cabán.

Marlon García, se sumó al clamor por los trabajadores excluidos, quienes abogan por protecciones como el seguro de desempleo para indocumentados, y además de urgir a Albany que no relegue a quienes mantienen activa la economía de Nueva York, hizo un llamado a todos los trabajadores y a la comunidad inmigrante para que sus clamores se conviertan en leyes.

“Lo primero es que tenemos que aprender a conocer nuestros derechos para no dejarnos intimidar por empleadores abusivos y lo más importante en este momento es fortalecer nuestro poder. Unidos por un solo objetivo: respeto y mejores condiciones. Esa debe ser la meta, porque si nos unimos, vamos a conseguir que nos escuchen y nos tomen en serio”, aseguró el guatemalteco, miembro de la organización Mixteca.

Dolores Rodríguez, quien trabaja en la industria de la limpieza, pidió a los legisladores neoyorquinos que están terminando de definir el presupuesto fiscal 2024 en Albany, que incluya protecciones laborales más fuertes y que otorguen seguridad laboral a todo nivel.

“La verdad es que la clase trabajadora es la que ayuda a enriquecer a los más ricos y a mantener prósperos los negocios. Bueno fuera que el pastel de ganancias se repartiera de manera más equitativa, pero al menos pedimos que Albany nos suba el salario a cifras decentes con las que no tengamos que batallar para poder sobrevivir y que nos traten igual a todos, tengamos o no tengamos papeles”, dijo la mexicana. “Protejan a todos los trabajadores, pero protéjannos de verdad. Salarios justos, respeto y dignidad“.

Más de 1,000 trabajadores, mayormente inmigrantes, se tomaron este 1 de Mayo el Washington Square Park y calles de Manhattan. /Edwin Martinez
Crédito: Edwin Martīnez | Impremedia

Nathan Brown, mujer transgénero latina, reiteró en la marcha que “el trabajo sexual también es trabajo”, y pidió que se legalice esa labor, al igual que se de vía libre a protecciones para que no exista discriminación contra personas trans en el campo laboral.

Queremos que se nos haga justicia y que se humanice el trabajo sexual consentido y entre adultos” , dijo la joven, quien narró que muchas veces ha sido discriminada al solicitar trabajo. “Me miran de arriba abajo y me dicen te vamos a llamar, y nunca llaman”.

Gino Murillo, miembro de la unión sindical Local 79, que agrupa a miles de trabajadores de la industria de la construcción, apoyó los pedidos para mejorar las condiciones de la clase trabajadora en Nueva York, y abogó por un aumento en los salarios.

“Todos sabemos lo costoso que es vivir en Nueva York para nosotros los trabajadores, por lo que urge que haya salarios sostenibles, que se nos trate con respeto. La explotación tiene que parar hoy. Nosotros somos los que construimos esta ciudad y merecemos salarios justos”, dijo el ecuatoriano, quien pidió que a los trabajadores de construcción se les pague un salario mínimo de $40 la hora. “Seguiremos peleando para tener sueldos justos y poder sacar a nuestras comunidades de la pobreza”.

Lucas Shapiro, director ejecutivo interino de ALIGN, que lidera la coalición Raise Up NY, exigió el incremento de salarios.

Todos los trabajadores merecen un salario digno, dignidad en el lugar de trabajo y condiciones de trabajo seguras”, dijo Shapiro. “En este Primero de Mayo, marchamos por los trabajadores mal pagados, explotados y excluidos mientras continuamos luchando por un salario mínimo que brinde un verdadero alivio a las familias trabajadoras de Nueva York”.

Marlon García, trabajador guatemalteco en la marcha por el 1 de Mayo en NYC.
Crédito: Edwin Martīnez | Impremedia

Katie Schaffer, directora de Defensa y Organización del Centro de Alternativas Comunitarias, puso sobre la mesa la urgencia de que se apruebe “la Ley de Borrón y cuenta nueva”, que dijo “pondría fin al castigo perpetuo al que se enfrentan más de 2 millones de neoyorquinos debido a condenas que cumplieron en las cárceles.

“Con un apoyo abrumador en todo el Estado, ahora es el momento de romper los ciclos de pobreza intergeneracional y permitir que todos los neoyorquinos se mantengan a sí mismos y a sus familias. Esta ley brindaría alivio a los neoyorquinos que han sido excluidos de oportunidades económicas, vivienda estable y educación superior durante demasiado tiempo (por haber estado encarcelados)”, aseveró la activista.

Tina Luongo, abogada Jefe de Práctica de Defensa Criminal de la organización The Legal Aid Society, insistió en que las propias leyes están privando de oportunidades y de trato justo a los trabajadores.
“No puede haber más excepciones. Estamos unidos en la lucha por la dignidad y el respeto de cada uno de los trabajadores de nuestro estado, incluidos los trabajadores encarcelados y los trabajadores con antecedentes penales”, dijo la defensora.

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