El uso del inglés despunta en Alemania

Desde aulas de clase hasta los tribunales y la política, en Alemania se está adoptando cada vez más este idioma en un intento de hacer más atractivo el país a escala mundial. Pero el salto lingüístico tiene un precio.

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Crédito: Deutsche Welle

Lejos quedaron los días en que los políticos alemanes se negaban a hablar inglés. En 2009, el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, fue noticia por rechazar la petición de un periodista de BBC de responder una pregunta en inglés. “En Alemania obviamente hablamos alemán”, dijo. En alemán, claro. Pero ahora, varios ministros blanden sus habilidades lingüísticas cuando se encuentran en viaje oficial en el extranjero o son entrevistados por la prensa internacional.

La propia excanciller Angela Merkel casi nunca hablaba inglés, ni siquiera cuando se trató del discurso de graduación de 2019 en Harvard o una entrevista en CNN. Cuando su sucesor Olaf Scholz apareció en la misma emisora estadounidense, se defendió bien en inglés, su segunda lengua. Y cuando un periodista británico le pidió una respuesta en inglés en una conferencia de prensa tras las elección, le contestó en inglés. Eso sí, con la misma sequedad que lo hace en alemán.

Hoy es precisamente el partido que una vez dirigió Westerwelle (los liberales del FDP) el que más está impulsando el inglés en instancias oficiales.

Economía y Justicia

Dado el tamaño de la economía alemana, dependiente de las exportaciones y sede de importantes empresas globales, el inglés domina en ciertos contextos empresariales y puede ayudar a hacer más atractiva Alemania como lugar de trabajo. Inevitablemente pueden surgir disputas comerciales transfronterizas. Por eso a principios de este mes, el gobierno aprobó un proyecto de ley presentado por el ministro de Justicia, Marco Buschmann (del FDP), para ampliar los tribunales comerciales en Alemania, que también podrían manejar casos en inglés.

Un objetivo del proyecto de ley, que necesitará la aprobación parlamentaria para entrar en vigor, es “reforzar el atractivo de Alemania como localidad tanto judicial como empresarial”, dijo Christiane Hoffmann, portavoz adjunta del gobierno.

En 2018 se creó en Frankfurt, la capital financiera de Alemania, un tribunal mercantil que puede tratar asuntos en inglés. Es parte de un número creciente de tribunales comerciales en toda la Unión Europea, que los estados miembros han establecido a raíz del “Brexit”. Con Reino Unido fuera del bloque, Alemania, Francia y Países Bajos se encuentran entre los que buscan servir como alternativa al sistema legal británico.

Pero esta transición puede llevar años, ya que una “brecha generacional” afecta a los tribunales alemanes, explica a DW Michael Weigel, abogado mercantil en ejercicio y miembro del Colegio Federal de Abogados de Alemania. “Al igual que con cualquier tipo de especialización, la gente necesita tiempo para dominar estas habilidades. Y eso cuesta dinero”, observa.

Inglés en la administración pública

El año pasado, el FDP anunció su interés en introducir el inglés como segunda lengua oficial en la administración pública. La ley sobre trabajadores calificados aprobada recientemente tiene como objetivo facilitar que los extranjeros encuentren trabajo en Alemania, incluido el reconocimiento más rápido de sus títulos no alemanes.

Pero el ordenamiento jurídico alemán establece el alemán como único idioma oficial: las solicitudes y documentos presentados a una autoridad en un idioma extranjero deben venir acompañados de una traducción. El cambio tendría que ser aprobado por los gobiernos federal y estatales, pero hasta ahora sólo el FDP parece apoyarlo, en un momento en el que además la confianza de los alemanes en sus instituciones está en mínimos.

Ulrich Silberbach, presidente de la Asociación Alemana de Funcionarios Públicos (DBB), afirma que en las oficinas gubernamentales ya se habla mucho inglés. “El dominio del idioma en la administración es principalmente una cuestión de dinero“, dijo al tabloide Bild, añadiendo que muchos clientes hablan francés, árabe o farsi en lugar de inglés. “Necesitamos formación, herramientas de traducción y mediadores lingüísticos, pero todo esto suponen inversiones en personal”, afirmó. “Un requisito general de inglés no nos ayudará”.

El inglés en el sistema educativo y la vida diaria

Desde 2005, se enseña inglés en todas las escuelas primarias alemanas, con la única excepción de las regiones fronterizas francesas. Según la base de datos del Servicio Alemán de Intercambio Académico, alrededor de 10 % de los programas de educación superior en Alemania se imparte actualmente en inglés. La mayoría de estos son programas de posgrado y los resultados incluyen instituciones privadas que operan fuera del sistema público, que en gran medida es gratuito.

Alemania frecuentemente obtiene malos resultados en las llamadas encuestas de expatriados a pesar de albergar una gran población de ellos. Como la Expat Insider de 2023, realizada por InterNations, una red de trabajadores expatriados con sede en Múnich. El idioma es un factor clave en ello. Como en Berlín, donde en 2017, el entonces ministro de Salud, Jens Spahn, se quejaba de que el alemán estaba perdiendo terreno. “Me molesta que en algunos restaurantes de Berlín las camareras sólo hablen inglés. Estoy seguro de que eso no sucede en París”, lamentó.

De hecho, es perfectamente aceptable que los jóvenes expatriados trabajen en tiendas de moda sin ningún conocimiento de alemán, mientras que a sus padres refugiados se les niega el acceso al mercado laboral, a pesar de su buen inglés, por no hablar alemán lo suficientemente bien.

Con la modernización de las leyes de inmigración es probable que esto cambie.

(lgc/rr)

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