Escritores reales con la competencia virtual

Me atrevería a decir que se logró un pacto con el diablo entre el gremio Writers Guild of America (WGAW) y Hollywood sobre las limitaciones para la aplicación de “AI” en la creatividad

Imagen de la marcha del Sindicato de Actores que se llevó acabo esta semana.

Imagen de la marcha del Sindicato de Actores. Crédito: Getty Images

El debate por el uso de la Inteligencia artificial, “AI” estuvo entre los puntos más sensibles de la discusión durante el paro de escritores que dejó 5 mil millones de dólares en pérdidas en la industria del entretenimiento, todo por falta de contenidos en los estudios de cine y televisión, que afectaron también las plataformas de streaming como Netflix o Disney.

Y por fin, luego de casi 150 días volvieron a sus puestos estos genios de Hollywood, que, como héroes silenciosos, tras de cámaras, provocan todos tipo de sentimientos, risa o llanto, llenando los bolsillos de sus patrones por los millones de ganancias que dejan a la industria.

Y me atrevería a decir que se logró un pacto con el diablo entre el gremio Writers Guild of America (WGAW) y Hollywood sobre las limitaciones para la aplicación de “AI” en la creatividad.

¿Se imaginan lo que pasaría si las famosas estatuillas de los premios Oscar tuvieran que decir y “el premio es para… ChatGPT? 

Así avanza esta industria, pese a que además de mejores salarios, beneficios para la jubilación y compartir las ganancias por repetición o streaming de los programas, los escritores querían dejar claro que la Inteligencia Artificial debe tener límites. Aunque es poco lo que en verdad pueden hacer.

Tras el acuerdo tentativo queda claro que se trata de una huelga muy particular, porque debatían los riesgos de reemplazar la pluma que hizo inmortal a genios como Shakespeare o Arthur Miller y el Realismo Mágico de Gabriel García Márquez, a cambio de computadoras, que serían entrenadas para narrar historias o guiones de amor y guerra, el retorno de los muertos o los alienígenas como el popular ET de Steven Spielberg. 

El asunto es que todavía queda tinta para aclarar como manejar ese contrato hasta mayo del 2026, porque, incluye cláusulas de protección sobre la inteligencia artificial, pero es cierto que pronto esa tecnología afectará a buenos escritores, esos que ahora podrían echar al bolsillo más de 9.000 dólares por media hora de episodio.

Elon Musk advirtió sobre los riesgos de la inteligencia artificial. Y el acuerdo es que los estudios no escribirían ni reescribirían material. Los escritores también quedan atados, pues no podrán recibir ayuda robótica porque afectaría sus derechos y tampoco las productoras podrán exigirles utilizar ese software para su redacción creativa.

Pero no podemos engañarnos, para nadie es un secreto que es inevitable la penetración de la tecnología en todas las actividades humanas. Y de nuevo, la pregunta no es si lo harán, el gran interrogante es ¿cuándo esos avatares se convierten en competencia desleal como máquinas vs. el talento humano?

La autora, Sofía Villa, escribe esta columna a título personal y sus opiniones no representan a Televisa-Univision donde trabaja como Writer /Producer. 

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