Hispano le disparó a su compañero de trabajo frente a niños: sentencia en Nueva York

Un hispano fue sentenciado a 13 años de cárcel por dispararle y casi matar a su compañero de trabajo en una caseta de juegos en Coney Island (Brooklyn), mientras varios asistentes, incluidos niños, caminaban por ese famoso paseo marítimo

Zona de juegos en Coney Island, NYC.

Zona de juegos en Coney Island, NYC. Crédito: Mariela Lombard | El Diario NY

Joseph Colón fue sentenciado a 13 años de cárcel por dispararle a su compañero de trabajo Alfredo Pérez en una caseta de juegos en Coney Island (Brooklyn, NYC), mientras varios asistentes, incluidos niños, disfrutaban una noche de verano en ese famoso paseo marítimo.

Según los fiscales, Colón le disparó a Pérez en el pecho porque pensaba que le estaba robando clientes en Jumbo Prizes en Luna Park, el 10 de septiembre de 2021, recordó Daily News.

Fue un acto de violencia escandaloso"

Eric González Fiscal de distrito de Brooklyn

Pérez casi muere, pero fue descubierto por un peatón al azar y salvado por un equipo de ambulancia que estaba en el área atendiendo a otro paciente, dijo el asistente del fiscal del distrito, Michael Boykin.

Colón, actualmente de 38 años, había sido declarado culpable en el juicio por intento de homicidio y otros cargos en la Corte Suprema de Brooklyn el pasado 31 de mayo. Ahora fue sentenciado por la jueza Susan Quirk.

Ambos hispanos trabajaban como reclutadores para el puesto de juegos y recibían unos cuantos dólares por cada cliente que traían. Aproximadamente una semana antes del tiroteo, Colón acusó a Pérez de robarle a uno de sus clientes mientras estaba de descanso, según fuentes policiales.

Ese argumento fue parte de una disputa de larga data. La noche del tiroteo, Colón ya estaba allí cuando Pérez llegó a trabajar. Según los fiscales, tomó una “posición táctica detrás de la cabina”, sacó un arma sin licencia y le disparó una vez en el pecho.

Ambos huyeron, antes de que Pérez colapsara. Colón luego fue captado en video quitándose su sudadera con capucha de camuflaje y caminando hacia Nathan’s Famous, donde arrojó la prenda a la basura.

La policía recuperó la sudadera con capucha, que tenía su ADN. Luego Colón se dirigió a su casa en Coney Island y “saludó a la gente, estrechó la mano de conocidos y abrazó y besó a vecinos en el camino”, escribió el fiscal Boykin en su carta de sentencia a la jueza Quirk.

Después Colón huyó a la casa de un familiar en Temple (Pensilvania) y permaneció allí hasta su captura por el Grupo de Trabajo Regional contra Fugitivos de la policía de Nueva York.

“Este tiroteo en el Luna Park de Coney Island fue un acto de violencia escandaloso que casi mata a un hombre y pone a muchas más personas en peligro”, dijo ayer el fiscal de distrito de Brooklyn, Eric González.

En un caso similar de celos por supuesto robo de clientes, la semana pasada dos hombres fueron sentenciados por contratar sicarios para matar a otro frente a un bar de karaoke en Queens (NYC) en 2019.

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