Un perro como alcalde: este pueblo de California solo permite alcaldes que sean animales

Un golden retriever de raza pura apodado Mayor Max fue elegido como el alcalde de Idyllwild, al sur de Banning, como una iniciativa para recaudar fondos

Max, con casi 100,000 seguidores en Instagram y 50,000 en Facebook, no solo es un fenómeno local.

Max, con casi 100,000 seguidores en Instagram y 50,000 en Facebook, no solo es un fenómeno local. Crédito: Alcalde Max vía Facebook | Cortesía

En el pintoresco pueblo de Idyllwild, al sur de Banning, California, la política toma una forma inusual: no se permiten alcaldes humanos. En su lugar, la comunidad decidió, en 2012, elegir a un perro para liderar el camino.

Phyllis Mueller, de 72 años, junto a su esposo Glen Warren, de 59, presentaron a Maximus Mighty-Dog Mueller III, apodado Mayor Max, un golden retriever de raza pura, como el alcalde oficial.

La elección de animales fue bien recibida por los residentes, ya que la ciudad no contaba con un alcalde humano propio, según un reportaje de Los Angeles Times. Aunque no está incorporada y está bajo la jurisdicción de la Junta de Supervisores del Condado de Riverside, Idyllwild adoptó esta singular práctica con el objetivo de recaudar fondos, dijeron los dueños al medio.

Los candidatos caninos y sus dueños deben residir en Idyllwild o áreas cercanas para postularse, y el voto cuesta solo un dólar, lo que generó más de $31,000 para el rescate de animales en la última elección. Las personas podían votar cuantas veces quisiera.

Tercer “mandato”

El actual alcalde Max, en su tercer mandato, ha demostrado ser más que un simple símbolo. En las últimas elecciones obtuvo 21,132 votos, derrotando a otros 13 perros y dos gatos, según el medio.

Su dueña, Mueller, afirma haber consultado a dueños de negocios antes de la elección de animales para determinar cambios necesarios. El pedido de más tráfico resultó en un aumento de negocios, y la presencia del alcalde canino ha unido a la comunidad, atrayendo incluso más atención a Idyllwild.

“Si yo fuera alcalde de Idyllwild y le dijera a la gente que iba a estar en el centro a las 2 pm para reunirme con la gente, la mayoría de la gente no vendría, y ciertamente no vendrían todos los días”, dijo Mueller a LA Times. “Si publico que el alcalde Max estará en el centro a las 2 pm… cientos de personas vendrán porque es interesante e inusual ver a un perro como alcalde”.

Más que un fenómeno local

Max, con casi 100,000 seguidores en Instagram y 50,000 en Facebook, no solo es un fenómeno local sino que ha llevado a Idyllwild a la fama. Haciendo apariciones regulares en el centro y participando en eventos privados, ha demostrado ser una atracción única y efectiva para el pueblo.

Aunque los dueños reconocen los desafíos financieros y de tiempo que implica, aseguraron al medio que continuarán mientras crean que contribuyen a la felicidad de la gente.

El alcalde Max III es un trabajo de amor para mí, y no iremos a ninguna parte mientras lo amen y adoren tal como es”, dijo Mueller a LA Times. “Mientras creamos que realmente estamos ayudando a tantas personas en todo el mundo a vivir una vida más feliz, no voy a poner fin a esto”.

Este peculiar enfoque político ha llevado a la reflexión sobre la naturaleza de la política convencional. Mientras que en el ámbito humano las decisiones pueden polarizarse, la elección de un alcalde canino en Idyllwild parece ofrecer una alternativa más ligera y apolítica, uniendo a la comunidad de una manera que un líder humano podría encontrar difícil de replicar.

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