Asociación universitaria prohibió participación de atletas transgénero en deportes femeninos de USA

La National Association of Intercollegiate Athletics emitió un comunicado donde prohíbe que los transgénero participen en sus competencias, lo que podría marcar un precedente para otros como la NCAA, la mayor referencia del deporte universitario

Lia Thomas es, quizás, el caso más sonado de atletas transgénero compitiendo en el deporte de Estados Unidos.

Lia Thomas es, quizás, el caso más sonado de atletas transgénero compitiendo en el deporte de Estados Unidos. Crédito: John Bazemore | AP

La National Association of Intercollegiate Athletics (NAIA), segunda asociación universitaria de Estados Unidos tras la principal NCAA (National Collegiate Athletic Association) prohibió este martes la participación de deportistas transgénero en competiciones femeninas de Estados Unidos.

Según un comunicado difundido por la NAIA en redes sociales, informó que aquellas atletas que su sexo biológico sea femenino son las que tendrán el derecho a participar en las competiciones organizadas por el ente.

Solo las estudiantes-deportistas cuyo sexo biológico sea femenino podrán participar en deportes femeninos patrocinados por la NAIA“, reza la nueva normativa ya disponible en los estatutos legales de las normas de competición.

La NAIA actualmente regula a 241 pequeñas universidades de Estados en la que compiten cada año más de 83,000 estudiantes, por lo que se espera que tenga un impacto inmediato en los campeonatos de variadas disciplinas como natación o deportes en conjunto.

De igual manera esta asociación cuenta con alrededor de 1,100 universidades y en ella compiten más de 520,000 estudiantes cada año.

“Una estudiante que no ha comenzado ninguna terapia de hormonas podrá participar sin limitaciones. Una estudiante que haya comenzado terapia de hormonas podrá participar en todas las actividades que sean internas de la institución -no incluye competición externa- incluyendo ejercicios, entrenamientos, actividades de equipo (…) y competición externa que no sea una competencia computable según la definición de la NAIA”, añade la nueva regla.

Sin embargo el accionar de la NAIA es independiente al de la NCAA, la mayor referencia del deporte universitario y partícipe de eventos como el March Madness, que agrupa en llaves a los mejores 32 equipos de todo Estados Unidos y los pone a competir en baloncesto femenino y masculino.

Apesar de ello el paso que da la NAIA puede marcar un precedente que en el futuro pueda seguir la NCAA, quien no ha estado exenta de polémica desde 2022 cuando hizo oficial su permisión a que atletas trans compitieran en el circuito y que tuvo un impacto inmediato por un caso en particular: el de Lia Thomas.

FOTO: La decisión de permitir las atletas transgénero en la NCAA, como el caso de Lia Thomas, trajo protestas en diversos sectores de Estados Unidos. FOTO: AP Photo / John Bazemore.

Apenas se confirmó la noticia de la autorización a participar a Thomas en la categoría femenina, luego de cumplir con la exigencia de un período de un año con supresión de testosterona, ésta tuvo efecto inmediato con la nadadora ganando una competencia de la División I (categoría élite de todo el circuito) y desatando el debate popular sobre si era correcto permitir que compitiera a pesar que podía representar desventaja con sus competidoras biológicamente mujeres.

La polémica llegó a tal punto que provocó críticas del gobernador de Florida, Ron DeSantis, hacia la propia NCAA por permitir la participación de Thomas.

“La NCAA básicamente está haciendo esfuerzos para destruir el atletismo femenino, están tratando de socavar la integridad de la competencia y están coronando a otra persona como campeona femenina y creemos que eso está mal”, dijo DeSantis en aquella ocasión.

Junto a Thomas, otros casos también fueron pioneros como el de Natalie Fahey (Southern Illinois University) y Schuyler Bailar (Harvard University), este último siendo el primero en participar como trans en competición de la NCAA.

FOTO: Caster Semenya es la atleta profesional que más ha vivido los problemas de tener alta testosterona en su organismo. FOTO: AP Photo / Ashley Landis.

La decisión de la NAIA probablemente reaviva el debate de las competición de atletas transgénero en deportes femeninos, especialmente en un año donde se disputarán los Juegos Olímpicos de París 2024 y más recientemente con el Comité Olímpico Internacional (COI) actualizando su política sobre los atletas que experimentan un cambio de sexo.

“Ningún atleta debe ser excluido de competir en base a una ventaja competitiva injusta no verificada, supuesta o percibida debido a sus variaciones sexuales, apariencia física y/o condición de transgénero. Se debe permitir que los atletas compitan, pero se debe regular la ventaja injusta“, citó el COI en relación al tema.

Aunque no ha existido hasta la fecha un caso de un transgénero disputando los Juegos Olímpicos, la situación ha generado debate en el pasado como la que vivió la velocista sudafricana Caster Semenya, quien en su momento fue cuestionada porque sus niveles de testosterona eran mayores a los de una mujer regular debido a que nació como intersexual y se perdió una cita olímpica por su negativa a pasar por el mismo tratamiento hormonal de un año que sí cumplió Lia Thomas.

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