Primero de Mayo a la antigua

Hay que tratar de evitar que los centros educativos sean tomados como campos de batalla.

Marcha en las afueras de Columbia University el 1 de Mayo 2024.

Marcha en las afueras de Columbia University el 1 de Mayo 2024. Crédito: Sara Yenesel | EFE

La destrucción de puertas y ventanas en universidades como UCLA de California y Columbia University, en New York, pasará a la historia de los prestigiosos centros educativos de élite, por la manera como se ejerció el liderazgo para manejar las protestas sobre el conflicto en Gaza; pues se salió de las manos de las directivas, justo cuando se acercaba la conmemoración del Día del Trabajo.

Las protestas que comenzaron por los enfrentamientos entre Israel y el grupo Hamás, llegaron a su punto máximo el martes y miércoles de esta semana, por la violencia en centros universitarios, como las que ocurrían en nuestros países en conmemoración de los derechos de los trabajadores.

Fue viral a nivel mundial la imagen de la redada por la unidad especial de la Patrulla de Caminos de California, con escudos protectores que lanzaron granadas paralizantes y así se puso fin al campamento en el campus de UCLA.

En ese claustro cercano al pacífico decidieron tomar el toro por los cuernos tras el ejemplo del otro lado de la costa, cerca al Atlántico, donde los estudiantes fueron desalojados del campus y el emblemático edificio de la administración de Columbia University.

Creemos que, en New York, la gota que derramó el vaso fue la citación de un comité republicano de la Cámara para que la presidenta de la universidad de Columbia, Minouche Shafik, respondiera por supuesto antisemitismo contra los estudiantes judíos.

Luego empezaron las manifestaciones en el campus del alto Manhattan pidiendo suspender los vínculos con empresas que tienen negocios con Israel, dando ejemplo en la nación para más protestas en NYU o Cornell University, entre otras.

Los jóvenes se referían a empresas como Google, Amazon, Boeing, la plataforma Airbnb, o fabricantes de armas como la corporación de ingeniería aeroespacial y tecnología Lockheed Martin Corporation de North Bethesda en Maryland.

Estas manifestaciones, ahora son el símbolo de cómo la misma generación, que no pudo asistir a la graduación hace cuatro años, por la pandemia, queda en el limbo su grado tras la intervención policial.

Y como nos explicaban analistas de NPR, en el hipotético caso que las universidades suspendieran sus relaciones con esas empresas, el riesgo sería que, ahora los estudiantes o profesores y los ex alumnos que están en favor de la causa de Israel también marchen.

Recordemos que la libertad académica establece el intercambio de ideas y posiciones diversas en las universidades, que es un punto que todos debemos defender para el progreso de la educación y el conocimiento. Pero, ante todo, hay que tratar de evitar que los centros educativos sean tomados como campos de batalla.

Como autora, Sofía Villa escribe esta columna a título personal y sus opiniones no representan a Televisa-Univision Inc. donde trabaja como Writer/Producer.

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