Nuevo salario mínimo en NY representa muy poco para los trabajadores, pero muchísimo para los pequeños comercios

La adición de $0,50 por hora trabajada es interpretada por líderes de bodegas y restaurantes como un aliento más a la inflación

Francisco Marte, líder de la Asociación de Pequeños Negocios y Bodegas de NY proyecta "recargos" en las facturas de algunos clientes y consumidores.

Francisco Marte, líder de la Asociación de Pequeños Negocios y Bodegas de NY proyecta "recargos" en las facturas de algunos clientes y consumidores. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

El aumento salarial de $0,50 adicionales por hora trabajada, vigente desde este 2025, en la ciudad de Nueva York, Long Island y Westchester, en una primera mirada, es percibido como una cantidad insignificante para una masa laboral que lucha por sobrevivir, ante el ritmo galopante de la inflación. Al mismo tiempo, se generan inquietudes en los pequeños empresarios quienes lo describen como un “golpe” de año nuevo, para un sector atareado por tantos gastos. Ya algunos vaticinan que esta medida le pondrá más “fuego” a la espiral inflacionaria, que terminarán pagando de alguna forma los consumidores.

Hasta el pasado 1 de enero el salario mínimo legal en estas localidades era de $16. Ahora pasa a $16,50.

Si se trata de describir más detalladamente este incremento, esto significa que para la masa laboral que gana lo mínimo y trabaja 40 horas a la semana, recibirá un promedio de $80 adicionales cada mes, sin tomar en cuenta las deducciones de impuestos. Lo que se traduce en menos de $20 por semana.

“Si sacamos bien la cuenta, el nuevo aumento no alcanza para cubrir ni siquiera una Metrocard semanal, ni mensual. Y lo más probable es que sea devorada en cuestión de semanas por los pequeños ajustes que los dueños de pequeños negocios, tendrán que aplicar para poder cubrir este incremento”, razona un trabajador brasileño de una bodega en Astoria, quien prefirió mantener en anonimato su identidad.

El migrante asegura que el propietario del pequeño negocio en donde trabaja en Queens, comentó que tendrá que realizar “algunos ajustes”, para poder cumplir con su pequeña nómina de cinco trabajadores.

Lo que no tiene claro es si ese “ajuste” se dirigirá a los costos de algunos productos o a la reducción del número de trabajadores. O, quizás, ambas medidas.

“Cumpliremos, pero nos golpea”

Del otro lado de la moneda, los portavoces de los pequeños comercios y bodegas aseguran que de ninguna manera toman esta alza salarial que parece insignificante, como una oportunidad para abusar o especular con los precios, pues no es nada nuevo que desde hace mucho tiempo, vienen luchando para mantener de pie sus emprendimientos.

En este sentido, Francisco Marte, director de la Asociación de Pequeños Negocios y Bodegas de Nueva York, recordó este miércoles que todavía muchos emprendedores comerciales familiares, no se han podido levantar de los efectos de la pandemia.

“Queremos ser generadores de bienestar para nuestros trabajadores, como lo hemos sido por años. Pero nadie pensó que en el caso de centenares de bodegueros, estamos peleando con los efectos perversos de los ladrones que entran todos los días a nuestros negocios. Que las facturas de la electricidad están acabando a muchos negocios. Y que la renta comercial no para de aumentar”, resumió el activista dominicano.

Marte destaca que esta realidad debió haber sido analizada antes de este incremento, que aunque es de apenas de $0,50 por hora, significa mucho para quien tiene más de 10 trabajadores y tiene deudas de electricidad pendiente por miles de dólares.

“Obviamente somos respetuosos de la ley y la cumpliremos. Pero también es momento en que los pequeños comerciantes, quienes somos los grandes empleadores de la clase trabajadora, reciban estímulos financieros para seguir adelante. Nosotros no podemos competir con las grandes corporaciones. Todas estas políticas nos someten más a desaparecer”, agregó el comerciante.

En contraparte, Maritza Silva-Ferrell de ALIGN una organización que defiende las revisiones salariales ancladas con las tendencias inflacionarias, contradice a quienes aseguran que una revisión salarial significa un riesgo para los pequeños comerciantes: “Lo hemos visto desde 2018. Al poner más dinero en los bolsillos de los trabajadores, eso se traduce en más consumo. La gente pensaría menos en ir a comprar o consumir. Es justamente la razón por la cual muchos negocios están sufriendo, porque quienes más gastan, están devorados por la inflación”.

El caso de los restaurantes

Desde este 1 de enero de 2025, en la Gran Manzana, los empleados de servicios que reciben propinas deben recibir al menos un salario en efectivo de $13,75 por hora con un crédito por propina de $2,75.

Además, específicamente los trabajadores de restaurantes que reciben propinas, pasan de ganar $10,50 por hora a $11,00, con un crédito por propina de $5,50.

La obligación de los dueños de los restaurantes es que si el trabajador no alcanza el mínimo de $16,50, por hora con las propinas, igual debe ser cubierta la diferencia en cada cheque.

Ante este panorama, Sandra Jaquez, presidenta de la Asociación Restaurantes, Bares y Lounges del Estado de Nueva York predice que lamentablemente esto tendrá un efecto en la capacidad de muchos pequeños restaurantes en retener o mantener su mismo número de empleados.

“No se requiere ser economista, ni saber mucho de matemáticas, para calcular que estas medidas tienen dos efectos: cargan más costos a los clientes y reduce la posibilidad de nosotros de mantener el número de empleados. Estamos tratando de sobrevivir y este tipo de medidas aplicadas de esta manera, no ayudan”, asegura la líder gremial.

Jaquez quien es dueña de un pequeño restaurante en Manhattan, cuenta que antes tenía 26 empleados, ahora solo tiene ocho. Y esta reducción se debe a los “vientos adversos que trajo la pandemia, la inflación y la reducción del número de clientes”.

“Todo es una cadena que termina impactando al cliente. Si no actuamos con cautela, perdemos a nuestros comensales, que se quejan cuando se les aumentan los precios. Y pierden los empleados que le dejan menos propinas. Y lo peor, no los podemos seguir manteniendo en nómina”, agregó.

La portavoz del gremio de restaurantes latinos de Nueva York, uno de los sectores mayormente empleadores de mano de obra hispana e inmigrante, explica que los precios de los productos alimenticios han aumentado por lo menos 3 veces y las facturas eléctricas “dejan sentado” a los propietarios de estos negocios cada mes.

“Seré específica. Hace tres años, una caja de aguacates costaba $28, ahora cuesta $70. Antes una caja de limones costaba $22, ahora supera los $50”, acotó.

Los líderes gremiales de bodegas y restaurantes vaticinan aumentos en algunos productos en supermercados pequeños para poder enfrentar esta alza salarial oficial. (Foto: Fernando Martínez)

“No quieren trabajar por el mínimo”

El otro cuadrante de este ‘momentum’ económico, es que muchos empleadores de pequeños negocios, observan una tendencia muy clara: cada vez es más complicado retener o contratar a trabajadores que acepten el mínimo salarial legal.

“La cultura laboral ha cambiado. Y muchos prefieren quedarse en su casa o ver cómo aplican para recibir beneficios del gobierno, que trabajar por el mínimo, porque consideran que no vale la pena. Parece insólito, pero así es. Para muchos restaurantes, especialmente en Long Island, esta medida no tiene impacto, porque muchos han tenido que ofrecer más del mínimo desde hace tiempo, para poder operar”, comentó a El Diario, Lino Rebolledo, el gerente de un restaurante en Huntington, Long Island.

Lo que viene con los aumentos

El próximo enero de 2026, el salario mínimo aumentará también en $0,50, después el salario mínimo del estado aumentaría a una tasa determinada por el Índice de Precios al Consumidor para asalariados urbanos y trabajadores administrativos, lo que representará una fórmula que permitirá alzas en las horas salariales, ajustadas a las medidas regionales de inflación desde 2027.

De acuerdo con los criterios de los legisladores estatales, la indexación del salario mínimo a la inflación ayudará a mantener el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores de un año a otro. Y aumentar el ingreso bajo esta fórmula, beneficiaría abrumadoramente a los trabajadores de bajos ingresos, en particular a las mujeres y a las personas de color, que constituyen una parte desproporcionada de los trabajadores que perciben los ingresos más bajos.

En teoría, las investigaciones económicas muestran que aumentar el salario mínimo, puede conducir a reducciones de la pobreza, reducción del gasto en asistencia social, gasto de estímulo, mejora de la productividad de los trabajadores y otros beneficios.

Pero en la práctica el testimonio de muchos trabajadores de la Gran Manzana, es que ni uniendo dos salarios mínimos de una pareja, permiten alcanzar una vida digna.

“Trabajamos mi pareja y yo en restaurantes. Aun así, no podemos rentar un apartamento decente. Es imposible vivir en Nueva York con un salario mínimo. Tienes que hacer magia, trabajar muchas más horas, rebuscarte en las despensas de alimentos para complementar el mercado, buscar varios trabajos los fines de semana. Es como una esclavitud”, contó la migrante venezolana, Sabrina Gómez, de 35 años, quien opina que para tener una vida digna, “hay que moverse de aquí”.

En efecto, de acuerdo con un informe de realtor.com en la ciudad de Nueva York, una persona que percibe el salario mínimo tendría que trabajar hasta 106 horas semanales para pagar un alquiler típico en Manhattan, 89 horas en Brooklyn, 80 horas en Queens y 75 horas en el Bronx. Y aun eso significa que debe contar con un compañero de apartamento (roommate) para compartir los gastos.

Detalles de este ajuste salarial:

  • Las empresas que emplean a personas en el estado de Nueva York deben consultar los recursos del (NYSDOL) para conocer los requisitos y las regulaciones salariales.
  • Si necesita asistencia adicional o desea presentar una queja, llame al: 1-888-4-NYSDOL (1-888-469-7365).

El dato:

  • $960 dólares más este año recibirán en promedio los trabajadores que tienen un empleo de 40 horas a la semana.
  • 85% de los trabajadores que se beneficiarían con la nueva escala de ingresos por su trabajo por hora serían personas hispanas y afroamericanas.
  • 55% de la fuerza laboral que gozaría de este incremento serían mujeres.
  • 93% de los trabajadores que recibirían un aumento en los próximos años tiene más de 20 años y el 72% tiene 25 o más.

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