En imágenes: Rescatistas intentan hallar sobrevivientes tras choque de avión y helicóptero en Washington D.C.
Al menos 28 cuerpos han sido rescatados del río Potomac, mientras continúan las labores de recuperación. Trump culpa del accidente a los controladores aéreos
Las 64 personas que se encontraban a bordo del avión de American Airlines que chocó con un helicóptero del ejército murieron en el peor desastre de aviación de Estados Unidos en casi un cuarto de siglo, señaló este jueves John Donnelly, jefe de bomberos y servicios de emergencia de Washington.
Al menos 28 cuerpos han sido rescatados de las heladas aguas del río Potomac mientras continúan las operaciones de recuperación.
Donnelly explicó que las labores han pasado de ser una operación de “rescate” a una de “recuperación”, dado que ya no se espera encontrar supervivientes.
En la misma rueda de prensa, el secretario de Transporte de EE.UU., Sean Duffy, anunció que las autoridades han localizado los restos de ambas aeronaves.
¿Qué fue lo que ocurrió?
El vuelo 5342 de American Eagle, aerolínea regional subsidiaria de American Airlines, procedente de Wichita (Kansas), realizaba su aproximación al aeropuerto Ronald Reagan de Washington cuando, a las 20.48 hora local del miércoles, chocó con un helicóptero militar Black Hawk, en el que viajaban tres personas.
Sean Duffy aseguró que el avión realizaba una aproximación para aterrizar normal y que “algo ha salido mal”, porque es normal que en esa zona helicópteros militares compartan espacio aéreo con aviones civiles.
El secretario explicó que el fuselaje del avión de American Eagle quedó invertido y ha sido hallado en tres secciones distintas en aguas de poca profundidad. Iban 60 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación.
Apuntó además que el helicóptero “seguía un patrón estándar” y que el avión de American Eagle también estaba en una trayectoria normal de aproximación al aeropuerto, aunque concedió que algo ocurrió para ocasionar el accidente que ahora están investigando las autoridades.
En el momento del accidente, la temperatura del agua era de cuatro grados centígrados y aún había placas de hielo en algunas zonas del río, lo que ha complicado las labores de rescate.
Las labores de rescate continúan
El trabajo de recuperación de los restos continuarán a lo largo del día y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, en inglés), agencia independiente encargada de investigar accidentes de transporte civil, analizará los restos para esclarecer las causas del siniestro.
Anoche, cuando se produjo el accidente, las condiciones meteorológicas en Washington eran óptimas, con cielo despejado y sin fuertes vientos.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, dice que el Ejército está investigando si la altitud del Blackhawk jugó un papel en el accidente, según reseña AP. A bordo se encontraban un joven capitán, un sargento y un suboficial jefe.
Aunque no se ha determinado la causa del siniestro, el presidente Donald Trump parecía preocupado por encontrar culpables por el primer gran desastre que ocurrió bajo su mandato.
Incluso, se aseguró de decirle al recién juramentado Secretario de Transporte, Sean Duffy, “No es tu culpa”.
Luego, Duffy subió al podio de la Casa Blanca y declaró: “Cuando los estadounidenses despegan en aviones, deben esperar aterrizar en su destino”. Y agregó: “No aceptaremos excusas”.
Sin pruebas, Trump culpó a los controladores aéreos, a los pilotos de helicópteros y a las políticas demócratas en las agencias federales. “No, no lo creo”, dijo cuando le consultaron si se estaba adelantando a los acontecimientos.