Diáspora dominicana se congrega en la Iglesia San Patricio para recordar a víctimas de tragedia en discoteca
Plegarias, mensaje de unidad y consuelo marcan la ceremonia religiosa en la Gran Manzana

Los dominicanos acudieron a la misa en la Iglesia San Patricio el viernes 2 de mayo. Crédito: Francisco Javier Chavez | Impremedia
Hace casi un mes que Yulay y Ramón lloran la muerte de Emmanuel Gómez, una de las 233 víctimas de la tragedia de la discoteca Jet Set, que colapsó la noche del 8 de abril en Santa Domingo, República Dominicana.
Emmanuel, un agente de la Policía de Nueva York que apenas hace 12 meses se retiró de las fuerzas del orden, pasaba unas vacaciones en su tierra natal luego de muchos años de ausencia. Fanático del merengue clásico, Emmanuel aceptó las invitaciones y sugerencias de sus amigos y visitó el club propiedad del empresario dominicano y magnate de los medios de comunicación, Antonio Espaillat. Ahí pereció.
Para honrar la memoria de las personas fallecidas en uno de los desastres no naturales más mortíferos en la historia de República Dominicana, alrededor de 350 integrantes de la comunidad quisqueya en Nueva York se reunieron en la Catedral de San Patricio, donde la noche del viernes 2 de mayo se celebró una misa con motivo de la tragedia.
La ceremonia religiosa en el recinto católico más importante de los Estados Unidos fue encabezada por el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Nueva York, Josep A. Espaillat, de origen dominicano, quien estuvo acompañado por otros seis obispos, dos diáconos y sacerdotes y reverendos oficiantes.
En punto de las 7:00 p.m., el obispo Espaillat caminó por el pasillo central y se dirigió al altar de la catedral ubicada en el corazón de Manhattan, en plena Quinta Avenida, que en esta ocasión estuvo decorado con flores blancas, con una bandera de República Dominicana y un retrato del recientemente fallecido Papa Francisco.
En su homilía, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Nueva York llamó a recordar a las víctimas del incidente, justo cuando unas horas antes autoridades de República Dominicana confirmaron la muerte de la víctima 233, que falleció a causa de sus heridas tras permanecer hospitalizada desde hace poco más de tres semanas.
“Nos reunimos como familia y esta eucaristía se ofrece hoy en homenaje a las víctimas de esta tragedia, que nos ha marcado y que nunca olvidaremos. Nos reunimos para recordar y orar por nuestros hermanos y hermanas que trágicamente perdieron sus vidas el día 8 de abril de este año en la discoteca Jet Set, Como sabemos, esto ha marcado uno de los desastres no naturales más graves en la historia de nuestra querida Quisqueya.
“Me acabo de enterar que desafortunadamente hoy falleció otra víctima. El número ha llegado a 233 y no sabemos cuándo va a parar”, lamentó.

Sin embargo, Espaillat recordó las palabras del Salmo 26:1, 4, 13-14, que indica que la salvación está en Cristo, por lo que invitó a todos los asistentes y deudos de las víctimas a refugiarse en la comunidad en estos tiempos difíciles y destacó la resiliencia de la comunidad quisqueyana, que enfrentó otra tragedia similar cuando en noviembre de 2001 el vuelo 587 de American Airlines que salió del aeropuerto internacional John F. Kennedy con destino a Santo Domingo se desplomó sobre Bell Harbor pocos minutos después de despegar, dejando un saldo fatídico de 251 personas muertas, la mayoría originaria de República Dominicana.
“Necesitamos el aliento, la fuerza de Cristo. ¡Ánimo! ¡La muerte no tiene la última palabra!”, dijo desde el púlpito de la catedral, lo que arrancó aplausos entre la feligresía.
Al concluir su sermón y previo a la comunión, miembros del consulado de República Dominicana en Nueva York depositaron una ofrenda floral en el altar de la catedral.
Poco antes de finalizar la ceremonia, que contó con la participación del Coro del Sagrado Corazón, del Bronx, el congresista del 13 distrito de Nueva York, Antonio Espaillat, primer dominicano-americano en ocupar escaños en el Senado y a la Cámara de Representantes en EU, dirigió unas palabras a la comunidad.
“Muchos de nosotros todavía nos sentimos tristes, nos falta el aliento. Pero nosotros somos una comunidad de fe, una comunidad con un espíritu fuerte, y como dijo el obispo Espaillat, nos pudimos levantar a través de nuestra fe y de nuestras oraciones de vuelo 587, y yo estoy seguro que también vamos a poder superar y nunca olvidar a las personas que perdieron la vida”, dijo.

“Esto fue un evento que sacudió no solo a nuestra comunidad, me atrevo a decir que sacudió al mundo entero”.
El congresista Antonio Espaillat destacó que una comunidad unida y con fe, como la dominicana, es imparable.
En la misa en memoria de las víctimas del desplome de la discoteca Jet Set también estuvieron Lidia Pérez y Ana Beatriz Pérez, hermana e hija del fallecido cantante Rubby Pérez, quien se presentaba en el centro nocturno cuando ocurrió el accidente.
Otros asistentes a la ceremonia religiosa fueron los embajadores de República Dominicana, Maria Isabel Castillo y Wellington Bencosme, así como el cónsul en Nueva York, Jesús Vázquez Martínez, y su esposa; el vicecónsul Támiris García Marcano e integrantes de la Comunidad Altagraciana, de la Parroquía de Santa Margarita.
Testimonios del dolor
Con más de 702 mil personas de origen dominicano en Nueva York, la comunidad quisqueyana es la segunda población latina más grande en NY solamente después de las personas originarias de Puerto Rico, revelan datos del censo poblacional de 2020.
Por este motivo, los lazos entre lso dominicanos que viven en la Gran Manzana – particularmente el barrio de Bronx- y Santo Domingo son muy estrechos, por lo que en la misa celebrada con motivo de la tragedia del Jet Set varias personas dijeron conocer o estar relacionadas con alguna de las víctimas.
Awilda, de la Comunidad Altagraciana, comentó que dos amigas de su sobrina fallecieron en la discoteca.
“A mi sobrina se le murieron dos amigas: Jessica y Patricia Acosta”, dijo.
En tanto, Ramón abundó que él se enteró de la muerte de su primo, Emmabnuel Gómez, por medio de una llamada telefónica.
“Me llamaron y me dijeron que mi primo estaba ahí. Ahí no nada más murieron famosos. Uno sigue recordando, los sentimientos están aquí”, dijo mientras colocaba la palma de su mano derecha sobre su pecho.
Para recordar a las víctimas, en el programa de la misa en memoria de la tragedia en República Dominicana, la Arquidiócesis de Nueva York publicó los nombres de las personas fallecidas.

La lista, que ocupaba casi tres páginas a doble columna, sigue sin tener los números definitivos de uno de los accidentes más letales registrados en Santo Domingo en los últimos tiempos.
Una tragedia anunciada
La madrugada del pasado 8 de abril, el techo de la discoteca Jet Set, ubicada en Santo Domingo, la capital de República Dominicana, se desplomó, dejando un saldo de 232 personas muertas y más de 150 heridas.
Aquella noche, el cantante de merengue, Rubby Pérez, se presentaba junto con su orquesta ante más de 459 personas, en uno de los lugares más populares de la capital quisqueyana.
Pero alrededor de las 01:00 horas, justo cuando el cantante conocido como “El Alto del Merengue” interpretaba “De color de rosa”, el techo del exclusivo centro nocturno se desplomó sobre la audiencia.
En el lugar, frecuentado por personas famosas, se encontraban los beisbolistas Octavio Dotel, de las Grandes Ligas, y Tony Enrique Blanco, del la Liga Dominicana; la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz, y el diseñador Martín Polanco. Todos murieron.
Videos publicados en redes sociales rinden cuenta de la tragedia, ocurrida en un edificio de más de 50 años de antigüedad, sin que hasta el momento se conozcan las causas que provocaron el colapso de la estructura.
De acuerdo con un reportaje del New York Times publicado el pasado 26 de abril, ingenieros y otras personas que le dan seguimiento al caso señalaron que la investigación iniciada por las autoridades dominicanas apunta al sobrepeso del equipo de sonido instalado en el techo del centro nocturno.
“Los documentos muestran que, al menos en tres ocasiones desde 2023, los inspectores del ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales habían recomendado que los fiscales de la división especializada en medioambiente llevaran el caso a los tribunales.
“En febrero, la procuraduría notificó a la asociación de vecinos que procedería a judicializar el caso. Pero no se emprendió ninguna acción legal contra Jet Set”, reveló el NYTimes.
Hasta el momento, existen 16 querellas en contra de los administradores de la discoteca.