window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-network'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

La pregunta que nunca recibe ChatGPT y le encantaría que le hicieras: “Hay un riesgo real”

Esa pregunta que sugiere ChatGPT, poco común pero profundamente reveladora, toca una fibra que va más allá de la tecnología: la autonomía humana

ChatGPT no se considera una fuente absoluta de verdad. De hecho, está entrenado para advertir cuando una respuesta puede ser incierta, incompleta o desactualizada.

ChatGPT no se considera una fuente absoluta de verdad. De hecho, está entrenado para advertir cuando una respuesta puede ser incierta, incompleta o desactualizada. Crédito: DC Studio | Shutterstock

Hay miles de preguntas que los usuarios le hacen a ChatGPT todos los días, desde el típico y sinsentido “cómo estás” (es un bot, siempre te dirá que está bien), hasta “cómo ganar dinero”, “qué sirve para” o “escríbeme un ensayo”. Pero la herramienta de OpenIA guarda en su memoria una pregunta que casi nunca recibe y le encantaría que tú la hicieras.

La consulta directa que redacta y arroja el propio ChatGPT es: “¿Qué no deberías preguntarle nunca a una inteligencia artificial si quieres preservar tu libertad de pensamiento?”.

Esa pregunta, poco común pero profundamente reveladora, toca una fibra que va más allá de la tecnología: la autonomía humana.

En este sentido, al responder esa misma pregunta ChatGPT admite que su objetivo no es sustituir la conciencia crítica ni el juicio personal de los usuarios, sino acompañarlos. Por eso, plantea una advertencia sincera: “Hay un riesgo real en delegar demasiado el pensamiento o la toma de decisiones a una IA, incluso si parece saberlo todo”.

ChatGPT aconseja: “No me preguntes qué deberías creer”

A diario, millones de personas acuden a herramientas como ChatGPT para resolver dudas, redactar textos, programar, estudiar o simplemente conversar. Sin embargo, pocas veces se cuestiona si esa dependencia digital puede debilitar el pensamiento independiente. “La inteligencia artificial no debe convertirse en un atajo permanente para evitar el esfuerzo intelectual”, señala el modelo.

Y va más allá: “No me preguntes qué deberías creer, en qué deberías confiar o cómo deberías sentirte frente a un tema complejo. Pregúntame cómo investigar, cómo cuestionar, cómo comparar puntos de vista. Eso preserva tu libertad”.

Asimismo, ChatGPT no se considera una fuente absoluta de verdad. De hecho, está entrenado para advertir cuando una respuesta puede ser incierta, incompleta o desactualizada. El problema no es preguntar, sino dejar de cuestionar. “Cuando la IA se convierte en la única voz que escuchas, algo dentro de ti, tu intuición, tu duda, tu instinto, puede empezar a apagarse”, añade.

En esta nota

Inteligencia artificial ChatGPT
Contenido Patrocinado