Comienza el juicio contra dos “zetas” acusados de matar a un agente de EEUU
Está previsto que testifique el agente Ávila, así como algunos miembros de Los Zetas que ya se declararon culpables de haber participado en la emboscada
Una corte de Washington inició hoy el juicio contra los mexicanos Jesús Iván Quezada Piña y Jose Emanuel Garcia Sota, miembros del cartel de Los Zetas y acusados de asesinar en México en 2011 a un agente fronterizo estadounidense y de intentar matar a su compañero.
Los dos hombres podrían enfrentarse a una pena máxima de cadena perpetua si el Gobierno de Estados Unidos consigue demostrar que cometieron el asesinato del agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) Jaime Zapata y que, además, trataron de matar a su compañero, Víctor Ávila.
El juicio, que comenzó hoy, se celebra en la Corte del Distrito de Columbia y podría durar dos semanas y media.
Los encargados de decidir sobre la suerte de los dos hombres son las doce personas que componen el jurado y que este lunes fueron seleccionadas por la acusación y la defensa.
La sesión de hoy comenzó con la presentación del caso por parte de la defensa y de la Fiscalía, quienes ofrecieron diferentes versiones sobre lo ocurrido en una autopista de México el 15 de febrero de 2011, cuando dos escuadrones de los Zetas tendieron una emboscada a los estadounidenses.
El fiscal aseguró que tanto Jesús Iván Quezada Piña, alias “Loco”, como José Emanuel García Sota, conocido como “Zafado”, jugaron un papel esencial en la muerte de Zapata y en el intento de asesinato de su compañero.
Afirmó que el objetivo de los acusados era robar a los estadounidenses el vehículo blindado de color azul en el que habían viajado desde la capital de México hasta San Luis Potosí para reunirse con otros agentes del ICE y recoger una serie de aparatos electrónicos.
“Los agentes iban de vuelta a casa, por la autopista, era un bonito día, pero de repente se toparon los sicarios”, dijo el fiscal, quien describió los hechos de una forma dramática, con numerosos silencios y paseándose, de vez en cuando, frente al banco donde se sientan los doce miembros del jurado.
Según describió el fiscal, los escuadrones de los Zetas estaban en el momento del asalto “buscando coches” para poder robarlos y reemplazar los vehículos que estaban perdiendo en su guerra contra otros carteles del narcotráfico y contra el Gobierno de México.
Entonces, los narcos interceptaron el vehículo de los estadounidenses, lo empujaron fuera de la autopista, lo rodearon por todos sus costados y abrieron fuego contra el coche y contra sus ocupantes, a pesar de que los estadounidenses habían puesto las manos en alto y les habían pedido calma.
Según el letrado de la acusación, las últimas palabras que escuchó Zapata fueron los gritos de su compañero: “¡Mantente despierto!” y “¡por favor, no te mueras!”.
“Eso es lo último que escuchó Zapata y todo porque los acusados querían robarles el vehículo, un vehículo al que dispararon por dentro y por fuera”, aseguró el letrado, quien mostró fotos del coche azul con numeroso agujeros fruto del impacto de las balas.
Durante el juicio está previsto que testifique el agente Ávila, quien sobrevivió, así como algunos miembros de Los Zetas que ya se declararon culpables de haber participado en la emboscada.
Entre los acusados que se han ofrecido a colaborar con las autoridades de EEUU, destacan cuatro: Julián Zapata Espinoza, alias “Piolin”; Rubén Darío Venegas Rivera, conocido como “Catracho”; José Ismael Nava Villagrán, también conocido como “Cacho”, y Francisco Carbajal Flores, alias “Dalmata”.
La defensa de los procesados atacó la credibilidad de estos hombres, que esperan obtener de su colaboración con EEUU alguna rebaja en su condena, que podría ser de cadena perpetua.
“Para esta gente mentir es tan normal como respirar”, dijo el abogado Robert Feitel, que ha representado a otros criminales de alto perfil, como el exparamilitar colombiano Hernán Giraldo Serna.
Para poder ser condenados, los doce miembros del jurado deben alcanzar un veredicto unánime.