Educación de los hijos, desafío de las madres solteras dominicanas
Las mujeres emigran de Quisqueya buscando liberarse de roles tradicionales y un mejor porvenir, por lo cual muchas se convierten en jefas de hogar; pero estudios indican que, paradójicamente, eso impacta seriamente en sus logros académicos y los de sus hijos
Todos los días, Yosara Trujillo lleva a su hijo Prasad, de 5 años, a la estación del bus a las 7:05 de la mañana. El niño tiene la suerte de ser el último en la ruta y llega temprano al kindergarten en una escuela chárter, mientras su madre regresa caminando a su casa, que es además su trabajo, un estudio de yoga ubicado en El Bronx.
Ella entonces se dedica a hacer papeleo, llamadas para tener todo listo para los primeros clientes. “Mi productividad está brillante”, confiesa esta madre dominicano-americana. No debe preocuparse hasta la mitad de la tarde cuando el niño regresa y entre risas se dedican a hacer la tarea y después aflojar un poco mientras llega la hora la cena e ir a dormir.
Antes de este escenario con estructura ideal, confiesa Yosara, todo era un caos. Su ingreso como madre soltera no le ha permitido contratar una niñera sino de forma esporádica y tampoco inscribirlo en un campamento de verano; su labor de madre y cuidadora ha sido las 24 horas del día… todos los días. “No tengo tregua”, se lamenta.
Ella es abogada y asegura que heredó el emprendedurismo de su madre Ana, y la fortaleza de su abuela Ana Estrella, quien llegó a este país en los años 60, cuando en la República Dominicana reinaba el caos de la revolución. Ella enviudó joven por lo cual tuvo que sacar adelante a sus seis hijos sola. Yosara considera que eso influyó mucho en las dos generaciones de su familia, ya que sus tías también son madres solteras al igual que la mayoría de sus primas, y son pocas las que han logrado grados académicos superiores.
“No me sorprenden las estadísticas, aunque no creo que sea una característica sólo de las familias dominicanas sino latinas en general”, dice Yosara al conocer una recopilación de estudios que indagan los resultados y logros educativos de los hijos de madres solteras dominicanas en EEUU y la ciudad de Nueva York.
“Yo tengo un doctorado, mi hermano una maestría y mi hermana aunque no se graduó se ha dedicado al diseño y es más bien artista. Creo que la presencia de mi padre en los primeros diez años de nuestras vidas tuvo mucho que ver”, reflexionó. Aunque sus padres se divorciaron y él se alejó por completo, tuvo mucha influencia a nivel intelectual sobre ella. “Él tuvo muchos intereses intelectuales, me daba revistas y libros… recuerdo que leí a Gabriel García Márquez cuando estaba muy pequeña. Aunque no tuvo que ver después con la estabilidad de la casa, ahora me duele mucho no haber compartido más con él”, apuntó.
Yosara no cuenta con una red de apoyo familiar en El Bronx, ya que su madre está retirada y vive en Florida, razón por la cual tiene que estar presente para su hijo todo el tiempo. “Mis recursos son bien limitados. Tengo que trabajar 100 horas a la semana, no tenemos carro para pasear… veo a mis amigas con pareja y las cosas son bien distintas… a veces ser madre soltera es una injusticia”, añadió.
Muchos factores
Estudios recientes indican que la población dominicana es la de mayor crecimiento en Nueva York, superando a la puertorriqueña, y mucho tiene que ver a que la tasa de natalidad de las mujeres dominicanas es una de las más altas. Según el Bureau of Vital Statistics, entre 2010 y 2012 se reportaron 33 mil nacimientos de madres dominicanas en NYC.
¿Cuáles son los resultados y logros educativos de los hijos de madres solteras dominicanas? Esa es la pregunta que motivó a Michelle Cera, una estudiante de la Universidad de Berkeley, en Nueva Jersey, para realizar una investigación en el Instituto de Estudios Dominicanos de la City University of New York (CUNY).
De acuerdo con sus indagaciones, Cera -de origen iraní-americano- afirma que, en general, en el país los hijos de madres solteras tienen peores resultados en la escuela, bajas calificaciones, bajas tasas de graduación y altas tasas de deserción. “Hay muchas causas, es un problema de recursos que no permite a las madres involucrarse directamente en la educación de sus hijos porque no tienen tiempo, no es que no les importe”, dijo Cera.
Aunque no hay datos específicos sobre los logros de los dominicanos dependiendo de la estructura del hogar, el estudio de Cera cita artículos, tesis y libros que discuten los logros educativos de los dominicanos. Por ejemplo, entre las cifras que más destacan están los hogares dominicanos con mujeres jefas de hogar: en la población dominicana en Estados Unidos ellas representan el 32.5% y respecto a la población dominicana en NYC, representan el 38.2%.
Al comparar los resultados de los dominicanos con los inmigrantes de otros países se ven claramente las deficiencias; por ejemplo en 2010 el 40.1% hombres y el 39.5% mujeres no se graduaron de High School, mientras que la tasa de graduación fue de 42.4% para los hombres y 40.1 las mujeres.
En 2011 se publicó otro estudio revelador sobre las mujeres inmigrantes, llevado a cabo por Rosalina Alcalde. Bajo el título “Cosas de mujeres: familias monoparentales dominicanas en Barcelona y Nueva York”, publicado en la Revista Internacional de Organizaciones, la autora sostiene que las mujeres dominicanas emigran en grandes números a EEUU y España por dos razones principales: emanciparse y aliviar la pobreza, así como estudiar y conseguir mejores trabajos.
Según Cera, Alcalde también considera el hecho de que las mujeres dominicanas que emigraron a EEUU obtuvieron trabajos de poca remuneración y peligrosos, añadiendo a la dificultad de la maternidad. “Esto muestra que es más común paras las mujeres emigrar que para los hombres. Además, las mujeres dominicanas tienen una de las tasas más altas, dentro de todos los subgrupos hispano, de ser ‘monoparentales’”. El fenómeno indica que la modernización, para las mujeres dominicanas, significa convertirse en cabeza de familia. “Entonces vemos a las mujeres que salen de República Dominicana para emanciparse y aliviar la pobreza, resultando en grandes números de madres solteras viviendo en la pobreza en Nueva York . Estas condiciones sin duda afectan las expectativas por sus hijos y también su habilidad de ser procreadoras efectivas”.
Otros estudios incluidos en la recopilación analizan las tasas de los estudiantes que se salen del sistema, porcentaje de dominicanos viviendo en hogares donde las mujeres son la cabeza del hogar, inscripciones en escuelas públicas vs. escuelas privadas, ingresos promedio y tasas de pobreza para las mujeres dominicanas solteras, efectos de las madres solteras en los niños en la población general en los Estados Unidos, prácticas de los padres dominicanos y los efectos del involucramiento y motivación, razones por las que los dominicanos emigran a ese país, tendencias globales de las inversiones en educación y más. La investigación no es conclusiva, pero apunta a un interés particular que tienen las mujeres dominicanas en cuanto a la educación de sus hijos, y también que los resultados negativos de esos niños deberían considerar el rol que juegan el ingreso y los recursos en lugar de la estructura del hogar.
La tarea pendiente
Las madres solteras dominicanas, añade Cera, “parecen estar contribuyendo positivamente a lo que pueden en términos de participación y estímulo, pero la falta de recursos apunta a la necesidad de políticas dirigidas a mejorar el estatus socioeconómico de madres solteras dominicanas”.
La doctora Ramona Hernández, directora del DSI/CUNY, si bien reconoce el avance del empoderamiento de la mujer dominicana como inmigrante en EEUU, afirma que todavía queda mucho por hacer especialmente en la conquista de beneficios laborales como el pago equitativo y mejores políticas sociales como el acceso a cuidado de los hijos y educación de calidad.
La organización Welfare Rights Initiative (WRI) ubicada en Hunter College, que asiste a estudiantes de bajos ingresos, ha abogado ante el alcalde De Blasio para que se mejore la articulación entre los reglamentos de las agencias de servicio social (vivienda, cuidado de niños, derechos de las mujeres y recursos humanos),para no entorpecer el acceso a los servicios que prestan. Maureen Lane, co-directora ejecutiva de WRI, explicó que en 1995 había 28,000 estudiantes en todo el sistema de CUNY recibiendo asistencia pública con cambios en las leyes esa cifra bajó a 5,000 en 1997.
La organización tiene en sus registros actuales a 2,600 estudiantes, de los cuales el 95% son mujeres de color, el 40% han sido víctimas de violencia doméstica y aproximadamente el 20% son inmigrantes de diversos países latinoamericanos, caribeños y africanos.
La organización imparte clases y seminarios que cuentan como créditos anuales y de semestres en los cuales los estudiantes aprenden la historia de la asistencia pública, reciben entrenamiento legal para convertirse en activistas y pueden realizar pasantías. El objetivo es que los estudiantes usen la educación para empoderarse, conseguir empleo y valerse por ellos mismos.
WRI reconoce la apertura de la administración De Blasio y sus esfuerzos para cambiar un sistema burocrático y a veces contradictorio que muchas veces obstaculiza el reparto de la ayuda.
“La asistencia social es el factor que captura casi todos los desafíos que tenemos en el presente”, puntualizó Lane.
Importante recopilación
El estudio de Michelle Cera, realizado en el Instituto de Estudios Dominicanos de la City University of New York (CUNY), es una bibliografía comentada que incluye: estudios sobre demografía y perfil de información de los dominicanos en EEUU resultados educativos de los hijos de madres solteras, los efectos de la participación y las expectativas, valores dominicanos (con un enfoque particular en educación y trabajo) e información de soporte.