Centroamericanos de NYC en alerta roja por TPS
Activistas y beneficiarios del Estatus de Protección Temporal afirman que no se detendrán en su lucha por la defensa del beneficio migratorio, mientras que la congresista Nydia Velázquez impulsa un vehículo legislativo en respuesta al miedo y la incertidumbre en toda la nación
La decisión de la Administración del presidente Donald Trump de cancelar el Estatus de Protección Temporal (TPS) de Haití generó desesperanza, incertidumbre y miedo entre los neoyorquinos beneficiarios del programa, pero no disminuyó el ímpetu de lucha.
El tiempo se agota para cientos de hondureños y salvadoreños en Nueva York para persuadir a la Administración de Trump de que prorrogue el TPS. Los activistas y defensores expresaron en una conferencia de prensa el martes frente al 26 de Federal Plaza que la anulación del beneficio migratorio de Haití ha causado ansiedad entre inmigrantes, pero muchos se aferran a la posibilidad de que el Congreso pueda proveerles algún tipo de amparo.
La congresista Nydia Velázquez introdujo la semana pasada el proyecto de ley “The American Promise Act”, el cual no solo daría protección contra la deportación a los beneficiarios del TPS, sino también un camino a la ciudadanía.
“Mi legislación es una de las más comprensivas del país, porque protege a inmigrantes centroamericanos y de Haití, de África y de otros países con TPS. Es muy incluyente y tienen el respaldo de numerosos sindicatos y organizaciones de base”, dijo Velázquez. “En 18 meses hay una gran posibilidad de que el Congreso sea de mayoría demócrata (tras las elecciones congresionales) y de ser así, entonces el primer punto en la agenda será brindar la protección definitiva a estas familias”.
La congresista criticó duramente la decisión de la Administración del presidente Trump, calificándola de “inhumana, cruel y descorazonadora”.
“El presidente Trump ha dado un fuerte golpe en el corazón de cientos de miles de familias en vísperas de la celebración del Día de Acción de Gracias, es vergonzoso”, sentenció Velázquez durante la conferencia de prensa convocada por el Sindicato 32BJ y la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC).
Héctor Figueroa, presidente del Sindicato 32BJ, dijo que muchos de los miembros son inmigrantes con TPS que “realizan un extraordinario aporte económico al estado de Nueva York y al país”.
“Es realmente preocupante (…) La prioridad de la Administración de Trump no es proteger a las familias, sino crear división. Estamos pidiendo justicia, una oportunidad para estas familias”, agregó el líder sindical.
En alerta roja
Para la hondureña Perla Canales, una residente de Staten Island desde 1993, el anuncio de la Administración de Trump representa una alerta roja, pues su comunidad podría enfrentar el mismo destino de los nicaragüenses y haitianos.
Los nicaragüenses tienen hasta el 5 de enero del 2019 para regularizar su estatus migratorio o abandonar el país. El plazo de los haitianos vence en julio del mismo año.
“Estoy aterrada, anoche no pude dormir. Los hondureños podemos ser los próximos, estamos en la misma situación de perderlo todo, de perder las vidas que hemos construido aquí”, dijo Canales, una miembro del Sindicato 32BJ. “No hay futuro para mí en Honduras, allá solo hay muerte y pobreza. El presidente Trump nos enviaría a morir”.
"We will continue to fight, we will continue to struggle until immigrant communities are granted justice" #TPS pic.twitter.com/IiyqPEWjrt
— New York Immigration Coalition (NYIC) (@thenyic) November 21, 2017
Para Canales, el presidente Trump mantiene una “doble moral”, pues por un lado promete erradicar a la sanguinaria pandilla Mara Salvatrucha (MS-13) en beneficio de las familias inocentes víctimas de sus crímenes, pero al mismo tiempo “envía a las garras de los mareros” a los inmigrantes centroamericanos que han escapado de la violencia en sus países.
La hondureña Telsa Denster, una organizadora comunitaria de Brooklyn, comentó en una entrevista telefónica que sus compatriotas con TPS viven en un estado de angustia, desesperación y miedo, pero al mismo tiempo están movilizándose en defensa del programa.
. @figue32bj: “the Haitian TPS recipients are our brothers and sisters. We are going to knock at the doors of every member of Congress to stop this abuse.” #HaitianTPS @SEIU @iAmericaorg pic.twitter.com/fg2B5yolH0
— 32BJ SEIU /// #BuildingJustice 🧹✊🏽 (@32BJSEIU) November 21, 2017
“Hay un fuerte deseo de lucha, una fuerte determinación de defender lo que los hondureños y centroamericanos han aportado a Nueva York y a Estados Unidos”, expresó Denster. “Honduras está sumergida en pobreza y violencia de pandillas. No hay empleo para todas esas familias con TPS que la Administración de Trump mantiene en la cuerda floja. Nuestro país se desangra, es injusto obligar a estas familias a enfrentar esa crisis humanitaria”.
Una gran población con TPS en Nueva York
- El estado de Nueva York es hogar de 26,000 personas beneficiarias del TPS, de acuerdo con cifras de la organización Center for American Progress.
- Actualmente 21,800 niños nacidos en el estado son hijos de inmigrantes salvadoreños, hondureños y haitianos favorecidos con el programa migratorio.
- Estos inmigrantes con TPS generan anualmente $1,500 millones dentro de la economía neoyorquina. La mayor parte de la población centroamericana con el estatus radica en Long Island y algunos sectores de El Bronx, Brooklyn y Queens.
- Del total de neoyorquinos favorecidos con el TPS, 16,200 son salvadoreños, 4,600 hondureños y 5,200 son haitianos.
- Según la organización, 15,600 niños nacidos en el estado son hijos de padres salvadoreños con TPS. Además, 4,600 menores nacidos en el estado son hijos de padres hondureños beneficiados con el programa.
- El 21.3% de inmigrantes hondureños con TPS trabaja en la industria de la construcción y el 19.9% de los salvadoreños favorecidos con el programa labora en la industria de alimentos y servicios. De igual forma, el 47.7% de los haitianos con el estatus trabaja en el cuidado en el hogar y la industria de servicios de salud.
- Los salvadoreños con TPS en el estado tienen en promedio 21 años radicando en el país, los hondureños tienen 22 años y los haitianos 15 años.