Estas fábricas contratan narradores para que lean a los trabajadores para mejorar su educación
La importancia de las tradiciones se transmite en historias como esta
Todo el mundo sabe acerca de la calidad detrás de los cigarros cubanos, pero ¿qué pasa con el cuidado y cariño que se muestra a los trabajadores de la fábrica?
Desde hace muchos años, se decidió hacer algo por los empleados. Desde mediados del siglo XIX, los dueños de una fábrica de tabaco en La Habana delegaron a uno de sus trabajadores la tarea de leer historias a los que estaban enrollando los cigarros.
No solo hizo el trabajo más agradable para los tabaqueros, sino que también ayudó a desarrollar su educación.
La narración se convirtió en una práctica tan popular que docenas de fábricas de cigarros en toda Cuba comenzaron a contratar contadores de historias propios.
Uno de los narradores, Lucio C. Peña, contó a Great Big Story: “Generalmente, cuando termino un libro, ejecuto una especie de encuesta para saber qué quieren escuchar. La última vez que presenté una encuesta, querían una novela de aventuras. Sugerí algunas obras y eligieron “Last of the Mohicans” (El último mohicano), que es lo que estoy leyendo ahora.
De esta manera, los trabajadores sienten que su función y papel es más importante, no solo desde un punto de vista cultural, sino también en la vida cotidiana.
A través de la lectura, se pueden encontrar problemas a muchas soluciones.