Con una serie de restricciones el próximo viernes reanudarán visitas familiares en asilos de ancianos en Nueva York
El Senado estatal llega a un acuerdo para aprobar una ley que permita visitas de supervisión familiar a ancianatos durante pandemias
En medio del poderoso ‘tsunami’ que persigue al gobernador Andrew Cuomo por su gestión frente a los hogares de ancianos durante los primeros meses de la pandemia del coronavirus, este lunes el mandatario estatal anunció que las visitas familiares a estos centros podrán reanudarse el próximo viernes 26 de febrero, con una serie de restricciones.
Según la nueva guía del Departamento de Salud del Estado (DOH), no se requerirán pruebas para las visitas en condados donde la positividad sea inferior al 5%. Sin embargo en estas localidades, aunque no es obligatorio, se recomienda encarecidamente realizarse ‘tests’ de descarte.
En los condados con un 5 a 10% de positividad, se exigirán pruebas dentro de las 72 horas anteriores a la visita.
En la Gran Manzana hasta este domingo la tasa de contagios se mantenía en 4.48% en el periodo movil de los últimos siete días, aunque específicamente El Bronx arroja 5.77% de positividad.
El Dr. Howard Zucker, comisionado de Salud estatal, aclaró que las visitas estarán “totalmente prohibidas” en comunidades con una tasa de infección superior al 10%.
Los hogares de ancianos estarán limitados a recibir solamente el 20% de su capacidad para visitas, y los funcionarios estatales supervisarán que estos sitios tengan salas separadas, a menos que los residentes estén solos en una habitación.
Los visitantes que hayan recibido ambas dosis de la vacuna y todavía se encuentren dentro de los 90 días de la segunda dosis, no necesitan hacerse la prueba.
“Una vez más insistimos a todos, se recomienda que realicen el examen de descarte”, subrayó Cuomo.
“Ellos necesitan nuestro afecto”
Horas previas al anuncio oficial, activistas y centenares de familiares de residentes en ancianatos de Nueva York, esperaban impacientes los detalles de la guía que daría paso a la añorada reapertura de las visitas.
Esto implica que nuevamente centenares de adultos mayores podrán contar, aunque con muchas limitaciones, con la cercanía y el afecto de sus seres queridos. En algunos casos, han estado aislados por meses.
“Ellos necesitan nuestros ojos y nuestro cuidado. El hecho de aislar a nuestros padres, abuelos y familiares en general, les ha causado un daño terrible”, opina Alexa Rivera, fundadora de Voces de Ancianos una organización que promueve cambios en la manera cómo se supervisan estos centros geriátricos en el estado. En las últimas horas han centrado su atención en los nuevos protocolos de visita que anunciarían las autoridades estatales.
“Un día es una eternidad”
Rivera, quien perdió a su madre durante los meses más duros del inicio del brote de coronavirus en un centro de rehabilitación en Long Island, clama para que cualquier decisión que tome el Gobierno estatal tenga efectos inmediatos.
“En algunos casos se trata de una emergencia. Muchos ancianos están deprimidos. No quieren comer. Nadie va a querer más el bienestar de un anciano que sus familiares. Un día más para aplicar una medida es una eternidad. Con todos los protocolos de seguridad deben permitir ya las visitas. Además, el Gobernador ha dicho que el 73 por ciento de esta población vulnerable ha sido vacunada”, reaccionó la activista.
Entre tanto, el docente colombiano Juan Ramírez, quien vive en Queens, asegura que su familia “está destrozada”, tras cinco meses que solo pueden ver “por accidentadas video llamadas” a su abuela de 80 años, recluida en un centro de cuidado prolongado en Kew Garden.
“Su demencia senil se aceleró, me imagino que por la tristeza. Las veces que la hemos visto por la cámara no nos conoce. A veces pasan días y no tenemos comunicación con el centro. Es un derecho humano que nos permitan visitarla, espero que no se compliquen ahora con las citas. Además a mi viejita ya la vacunaron”, contó emocionado el docente.
“Esperamos cambios para nuestras familias”
Luego de cinco meses sin poder ver a su padre, quien sobrevivió de milagro al COVID-19 tras haberse infectado en un geriátrico en Queens, y además enfrentar el dolor de recibir el cuerpo de su tío, Bolívar Burgos, quien perdió la batalla ante la pandemia, también en un ancianato de ese condado, la ecuatoriana Virginia Burgos y su familia decidieron dedicarse al cuidado de su progenitor en casa.
“Nosotros vivimos el caos de estos centros de cuidado prolongado. No hay dudas que el sistema falló en proteger a los ancianos. Mi padre se infectó y su hermano no lo pudo contar. Lo peor de todo es cuando pasan 100 días continuos sin verlo, sin tener noticias, sin que médicos ni enfermeras atiendan el teléfono. Nosotros esperamos que se produzcan cambios para miles de familias. Tristemente tuvo que correr primero sangre y dolor”, relató Virginia.
Nueva ley: presencia familiar durante pandemias
Además, este lunes el Senado estatal alcanzó un acuerdo para aprobar un paquete de once proyectos de ley para reforzar la atención, reformar los protocolos sobre los reportes de fallecidos, normas en los estándares de las visitas y vigilar más detalladamente a todo el sistema de los hogares de ancianos.
“La trágica situación en nuestros hogares de ancianos sigue siendo un recordatorio desgarrador del precio que ha cobrado esta pandemia y ha dejado en claro que se necesitan reformas reales. Debemos aumentar la transparencia y elevar el nivel de atención”, dijo la líder de la mayoría del Senado, Andrea Stewart-Cousins.
Y, precisamente, una de las legislaciones permitiría que más personas visiten a los residentes de hogares de ancianos durante una pandemia.
Un proyecto de ley patrocinado por la senadora de Rachel May (D-Syracuse) designaría a una o dos personas del grupo familiar de internos para que sean cuidadores y supervisores en situaciones de emergencia de salud pública. Estas personas podrían ingresar a un hogar de ancianos, incluso si estuviera cerrado al público, siempre que cumplan con los mismos estándares de seguridad de pruebas que el resto del personal.
“Tener visitantes habituales es más que pasar el tiempo. Se trata de salvar vidas. La gente realmente está muriendo de aislamiento”, razonó May
El argumento de la legislación es que los residentes a menudo dependen de familiares o amigos cercanos para ayudar con el cuidado personal diario.
El mismo gobernador Cuomo también presentó su propia propuesta de reforma de hogares de ancianos la semana pasada, argumentando que las leyes del estado son demasiado débiles y que los operadores de las instalaciones deben rendir cuentas a través de medidas que incluyen sanciones más severas.
Más presiones
Desde hace varios meses Cuomo ha sido el blanco de presiones sobre su responsabilidad en la decisión del pasado 25 de marzo de trasladar a pacientes con COVID-19 que estuvieran “médicamente estables” a asilos de ancianos, cuando los hospitales del estado estaban saturados de infectados con esta infección.
Pero la controversia que rodea a las autoridades de Salud del Estado se encendió aún más cuando la Fiscal General de Nueva York Letitia James, reveló una investigación en donde se expone que presuntamente la cifra de ancianos fallecidos durante los meses iniciales de esta crisis no han sido verdaderos: de acuerdo con los cálculos de esta denuncia, se estima que murieron por lo menos un 50% más personas de la tercera edad, que el número oficial reportado.
Ante toda esta marejada de acusaciones, este lunes 11 legisladores demócratas de Nueva York presentaron una resolución que propone censurar al Gobernador neoyorquino por el caso de los asilos de ancianos asociado con el presunto “encubrimiento del número real de muertes entre los residentes de asilos de ancianos”.
Cuomo ha defendido su gestión advirtiendo que entiende “la indignación por su subestimación de muertes en esas instalaciones”, pero insiste en que ninguna política estatal contribuyó a ese número.